Amritsar y el Templo de Oro

Por Gracia Gracia Rodriguez @viajarcongrace

Comenzamos nuestra ruta por el norte de India y nos vamos hasta Amritsar, en el estado de Punyab, en la frontera con Pakistán. Este sitio queda un poco a desmano en cualquier ruta, pero el Golden Temple junto al Taj Mahal es otra de las maravillas que hay que ver en este país, y que recibe aún más visitas que el que ya todos conocemos!

Desde Nueva Delhi nos fuimos en tren nocturno, nada menos que 10 horas y con un retraso de 3 horas, la paciencia de esta gente es infinita y mi resignación total. El tema de trenes merece un post aparte... El caso es que sobrevivimos, y la tierra de los sijs nos recibía con los brazos abiertos.
Si pensábamos que Nueva Delhi era caótica las calles cercanas al Golden Temple eran aún peor. Estrechas calles en las que los coches circulaban en ambas direcciones, sin carriles delimitados, vamos en plan kamikaze, y miles de personas caminaban a ambos lados por la carretera. Esto de la aceras no saben lo que es, cuanto menos te la juegas cruzando una calle. Y a donde mirar? Mejor al frente, con un punto fijo al que quieres ir, porque sino no cruzas. Tú te la juegas y ellos te esquivan. Desde luego, hay que ver la destreza que tienen!
Amritsar, considerada la capital espiritual del sijismo, reúne a miles y miles de personas que acuden a visitar el Templo de Oro todos los días. El sijismo surgió en el conflicto entre el hinduísmo y el islamismo, y trata de aunar todas las religiones en una. Para ellos TODOS somos iguales, independientemente del sexo, raza y religión. El Templo de Oro es para los sijs, lo que para los cristianos el Vaticano o los musulmanes la Meca. Estos han de venir por los menos una vez en la vida y bañarse en el "estanque del néctar" para purificarse en sus aguas sagradas.

El aspecto de los sijs es fácilmente identificable con sus turbantes y barbas, de hecho, se dice que el verdadero sij no se corta ni el pelo ni la barba ninguna vez en su vida. En general, tienen un aspecto robusto, grande, y facciones de la cara muy marcadas.Todos ellos siguen un estricto código de conducta que se recoge en el libro sagrado, y deben llevar encima los artículos de fe conocidos como las cinco k's :
Kachha, usar calzón de algodón.
Kesh, pelo y barba larga.
Kangha, peineta de madera con el que sujetan el pelo bajo el turbante
Kirpan, llevar un sable o daga. Simboliza poder y libertad de espíritu, autorespeto, la lucha constante del bien y la moralidad sobre la injusticia.
Kara, brazalete metálico.

Para entrar en el Golden Temple hay que llevar el pelo cubierto y descalzarse, pero el suelo de mármol blanco esta tan limpio que casi se podría comer en él, eso sí un poco fresquito. En medio del estanque y comunicado por una pasarela llena de peregrinos está el magnifico templo de Oro, con una cúpula de 750 kg de oro puro. Dentro de él no es posible las fotografías, y aquí varios sacerdotes no paran de recitar el canto del Guru Granth Sahib, el libro sagrado sij. Dos veces al día, a las 21:30 y 4:30 de la mañana hay una ceremonia en el que los devotos rezando mueven de lugar el libro sagrado, sacándolo y devolviéndolo por la mañana de nuevo al templo.

El primer día que llegamos era tarde y vimos un poquito por la noche de esta ceremonia, pero no estábamos seguros de si sería o no. Muchos viajeros recomendaban principalmente ver la que hacen de madrugada y como uno no está siempre en estos lugares pues decide hacer como una buena "pringada" el esfuerzo. Personalmente lo que vimos era exactamente lo mismo que a las 21:30 de la noche, y desde luego si era por ver el amanecer aún quedaban un par de horitas para verlo y con el fresquete que hacía no íbamos a quedarnos, así que personalmente me pareció una chorrada ese madrugón.

Si hay algo que destacar es la paz, serenidad y sobretodo la hospitalidad tan grande que se respira. En este último punto nos llamó la atención que se ofrece alojamiento y comida gratuita para todos los que pasan por aquí, y la cantidad de manos que se prestan a ayudar para hacerlo posible! Muchos peregrinos duermen en una especie de patio abierto pero también se ofrecen unas humildes habitaciones dobles y compartidas, en un albergue situado a la entrada, y la estancia máxima es de 3 días. Reconozco que debe ser toda una experiencia, pero haber leído en varias ocasiones la posibilidad de ser comida por un millón de chinches no me apasionaba, así que buscamos un alojamiento barato a escasos metros de allí. Un muy barato que aquí se traduce a algo muy cutre, pero bueno...las habitaciones que vimos eran más o menos todas por el estilo, así que estando hasta las narices de cargar con la mochila, nos decidimos por un sitio cercano al Templo de Oro.
En cuanto a las comidas, tres veces al día reparten bandejas con comidas y todos sentados en el pasillo te van sirviendo: pan chapati, arroz, lentejas indias especiadas y picantes (dhal), otra cosa picante que no supe que era, y arroz con leche. Uno puede repetir tantas veces como quiera pero no puede dejarse nada. Esto fue algo incómodo para nosotros, la comida no estaba mala aunque creo que la comimos con algo de miedo de irnos después por la pata abajo. Ninguno de los dos fuimos capaces de acabarnos todo, aunque yo el arroz con leche no lo perdone. Para los curiosos, no hubo rastro de encuentro amoroso con el WC.
Todos los días pasan entre 60.000 y 80.000 personas por este comedor y todas las manos que se ofrecen ayudar son bienvenidas. Pudimos ver que la cantidad de gente que había fregando bandejas, pelando ajos, e incluso nos colamos en la "cocina" donde en inmensas ollas preparaban todo.

Tanta hospitalidad y más en un país como este es algo conmovedor que no habíamos visto en ningún otro sitio.

Para ir desde la estación de trenes hasta el Templo de Oro, se puede ir en autorickshaw por unos 70 Rps. o en unos autobuses amarillos que son gratuitos. Nosotros cogimos solo los autobuses para volver a la estación el último día, pero no lo recomendamos mucho. Estos van hasta los topes de abarrotados, y con las mochilas aunque son 5 minutos se hace el trayecto eterno. Yo llevaba mis casi 10 kg de mochila más otros tantos de la gente que se apoyaba.


Aprovechando la proximidad de Amritsar con la frontera de Pakistán, no quisimos perdernos la ceremonia de bajada de banderas de India y Pakistán. Para poder llegar es muy sencillo, solo hay que darse una vuelta a medio día por la puerta principal y en seguida te vendrán a ofrecer la posibilidad de llevarte allí en taxi privado por unos 600 Rps. por persona i/v o en jeep compartido por unas 200 Rps i/v. Bueno, ya sabéis cual escogimos nosotros, lo que además nos dio la oportunidad de conocer a unos chicos universitarios de Nueva Delhi, que querían compartir muchas cosas de la historia de su país, así como interesarse por la política y crisis de España jejjejej Tanto taxis privados como compartidos suelen salir hacia las 2 pm. para allá.

La ceremonia tiene lugar todos los días a las 5:30 pm en el pueblo fronterizo de Attari, a 30 kms de Amritsar. Importante saber que no se puede pasar con ningún tipo de mochila ni pequeña ni grande, solo cartera con documentación y dinero, y la cámara de fotos. En caso de llevar mochila te obligaran dejarlas en un "consigna" por unas 40 Rps. así que lo mejor es ir con lo imprescindible.

Desde donde te dejan hay que caminar unos 10 minutos, donde pasarás por varios controles. Hay un punto en el que indios y extranjeros pasamos por diferentes sitios y los asientos designados en las gradas también lo son. Los extranjeros tenemos muy buen sitio en las gradas y casi junto con la puerta de frontera por lo que se ve también las gradas con la gente de Pakistán. Esto es como un partido Madrid-Barça a ver cual arma más follón, gritando por su país, ondeando banderas, y ya si te pintas la bandera en la cara pues mucho mejor.

Algunos les acaba pareciéndo la ceremonia un tostón, pero a mi me pareció muy divertida, y hasta graciosa. Tras unos cantos o gritos infinitos que entonan, unos machos corpulentos tanto por el lado de India como por el de Pakistán con un casco con cresta, empiezan a caminar hacia la puerta fronteriza como si llevaran un petardo en el culo al ritmo rápido de la música, y acaban lanzando la pierna que ni yo en mis mejores años bailando el Aurresku! Después se paran frente a la puerta, parece que les entra la pataleta y acaban levantando los brazos como en señal de victoria y enseñando musculito. Todo un espectáculo!!! jajajja

En esta frontera hoy las cosas están calmadas y ceremonias como esta demuestran el pacto de paz que existe por el momento, y es que durante muchos años está ha sido una zona muy conflictiva, en la que ambos han luchado por la región de Cachemira. Esta ha llegado a ser considerada como una de las fronteras más peligrosas, vamos que está dentro del top 10...

Nuestro último día aún teníamos hasta medio día antes de que saliera nuestro tren para Agra. Nos fuimos a la estación a dejar las mochilas en la superconsigna, que si no fuera por la buena mujer que estaba en el mostrador, no apetecería mucho dejarla allí. La marcaron con un número con tiza y nosotros cruzamos dedos para que a la vuelta aquel cuartucho polvoriento siguiera teniendo nuestras mochilas. Desde la estación cogimos un tuk-tuk que nos llevó a la otra zona de Amritsar. No muy lejos de allí hay dos templos, el de Sri Durgiana y el templo de Mata. Ninguna de las dos visitas fueron espectaculares pero bueno, nos valió para salir del estación de trenes que ya íbamos a quedarnos tirados bastantes horas allí.
El templo de Sri Durgiana es como una versión hinduista del Templo de Oro pero más pequeño, y menos majestuoso.
Y el templo de Mata es un templo al que se le atribuyen poderes de fertilidad. El templo era de lo más hortera que hemos visto nunca, llenos de espejitos de colores, parecía una feria. Nos descalzamos, como es costumbre aquí para entrar, y por primera vez me dio algo más que asquete pisar aquel suelo sucio. Encima para colmo el templo es como un laberinto de las ferias, donde cualquier niño lo podría encontrar hasta divertido menos nosotros que no encontrábamos la salida. Escaleras para arriba, para abajo, túneles con agua (qué emoción! ahora encima nos mojamos los pies!) para acabar viendo en un montón de sitios a una señora con gafotas, la santa Lal Devi, que todos veneraban, y donde al final del recorrido, frente a ella, te ofrecían flores para comértelas y así purificarte y vendecirte! Bueno, un templo desde luego de lo más curioso y extravagante!

To be continued...       

Precios orientativos en tuk-tuk :
- Desde estación de trenes hasta Templo de Mata: 40 Rp- Desde Templo de Mata hasta Sri Durgiana : 25 Rp


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