Aún recuerdo cuando estaba a la venta el Amstrad CPC en las tiendas del país, yo era muy pequeño y como a cualquier niño los videojuegos me atraían cosa mala. Fue el primer sistema que conocí en el que se pudiera jugar a algún videojuego y siempre estuve detrás de que me compraran uno, pero los años pasaron mientras mis padres me ponían escusas para no comprarlo.
Hoy día los ordenadores son capaces de hacer cosas inimaginables y no somos ya conscientes de cómo serían nuestras vidas sin ellos, pero en los años 80 lo más que podía hacer un niño corriente de mi edad era soñar con los ojos abiertos el día que pudiera hincarle el diente a alguno, día que nunca llegó.
Bueno, os hablaré un poco de la máquina en cuestión. Se empezó a comercializar en el año 1984, con una arquitectura de 8 bits basada en el procesador Zilog Z80A que iba a la velocidad de 4 Mhz, disponía de 64 a 576 KB de memoria RAM, dependiendo del modelo y su sistema operativo fue el famoso BASIC tan utilizado en los años 80. Las siglas de CPC querían decir Color Personal Computer, pero también se podía adquirir con una pantalla de fósforo verde como las que usaban los bancos antiguamente.
El Amstrad CPC se diseño para competir directamente con los famosos Sinclair ZX Spectrum y Commodore 64 teniendo bastante éxito ya que llegaron a vender 3 millones de ordenadores englobando los 6 modelos que se sacaron al mercado (CPC464, CPC664, CPC6128, 464plus, 6128plus y la consola de juegos GX4000)
Una de las bazas a la hora de venderlo es que en la caja te vendían todo lo necesario para echarlo a andar, mientras que sus competidores te vendían su aparato sin televisor.
En el apartado jugable hay que destacar que disponía de una gran variedad de videojuegos para todos los gustos, solían venir grabados en casettes y por 500 pesetas de la época podías comprar uno.