Nos detenemos hoy a analizar una consola bastante desconocida y que, como todos sabemos, no tuvo impacto apenas en el mundo de las videoconsolas de los años 90. Nos referimos a la vetusta Amstrad GX-4000.
La GX-4000 fue producida por la mítica Amstrad, siendo este su único intento de adentrarse en el sector de las consolas. Lanzada en 1990, competía directamente con la NES y con la Master System, todas ellas de tercera generación (8 bits), si bien las consolas de Nintendo y Sega llevaban ya algunos años en el mercado europeo (desde 1986 y 1987 respectivamente). Este dato resultó fundamental en el fracaso comercial de la GX-4000, ya que competía directamente con consolas muy asentadas, perfectamente conocidas para los usuarios y, lo más importante de todo, lanzada en un momento en que estaban a punto de llegar las consolas de 16 bits (de hecho, la Mega Drive ya se había lanzado en Japón dos años antes).
¿Cómo era técnicamente la GX-4000? En líneas generales, no era una mala consola de 8 bits. Realmente superaba a la NES y Master System ampliamente (pudiendo incluso competir cara a cara con las de 16 bits), especialmente en el apartado gráfico. Hay que tener en cuenta que la consola de Amstrad podía llegar a una resolución de hasta 640×200 (dos colores), paleta de 4096 colores, 32 colores simultáneos en pantalla y 64kb de memoria RAM.
Sin embargo, la superioridad técnica no fue suficiente para convertirse en un producto exitoso, tal y como sucede en muchas ocasiones. Las causas del desastre comercial fueron fundamentalmente dos:
- Por un lado, los juegos lanzados para la consola (27 en total) fueron muy pocos y, lo que es peor, en la mayoría de las ocasiones eran conversiones idénticas de los juegos del CPC6128. Ello no sólo frenaba el interés por la consola, al no contar con ningún título novedoso, sino que al utilizar soporte cartucho hacía que el coste fuese fácilmente cinco veces superior al que el mismo juego tenía en casette para el CPC.
- Asimismo y, como hemos mencionado antes, el momento elegido para lanzar la consola al mercado fue desastroso, demostrando que Amstrad nunca tuvo en mente competir seriamente en el mundo de las videoconsolas. En 1990, año de su lanzamiento, la generación de los 8 bits estaba amortizada, con una eminente salida en la SNES en Japón (salió 3 meses después) y con una Mega Drive ya asentada en dicho país desde 1988. Tampoco se puede olvidar que los ordenadores de 16 bits como el Amiga y el Atari ST llevaban unos años en el mercado y gozaban de gran popularidad.
En el anterior contexto, el público no acogió la consola de Amstrad con ningún entusiasmo, resultando las ventas finales totalmente irrisorias (se habla de unas 15.000 unidades en el año escaso en el que estuvo en venta). Lógicamente, quien ya tenía una consola de 8 bits no veía ventaja alguna en comprarse la GX-4000 ya que, o bien se compraba un ordenador de 16 bits o bien se esperaba al lanzamiento de las consolas de cuarta generación.
En definitiva, un intento torpe de Amstrad por adentrarse en un nicho en el que, posiblemente, nunca quiso estar y que culminó con uno de los tortazos más importantes de la industria del videojuego.
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