An Education, film dirigido por Lone Scherfig, nos cuenta la historia de una chica de 16 años Jenny. Jenny es una joven estudiosa e inteligente que estudia cada día para poder ir a Oxford. En su tiempo libre sueña con ir a Francia, fumar cigarrillos caros, escuchar a cantantes francesas y seguir una vida bohémica en la ciudad del amor o en la Londres/Oxford intelectual. Sus padres son los encargados de mantener a la joven en buen camino para que pueda ser aceptada en Oxford y tenga la vida un poco más fácil. Un día, después del ensayo de música, se encuentra a un hombre misterioso quien le ofrece llevarla a casa. Este hombre se ganará poco a poco el corazón de nuestra protagonista y supondrá para ella una vía de libertad, un acercamiento a sus sueños. Podrá asistir a club nocturnos, conciertos y llegar tarde a casa. Ante la llegada de ese joven apuesto y educado, sus padres caerán también en la verbigracia de David. Su discurso se verá de alguna manera manipulado al ver un camino más fácil para que su hija pueda tener una vida digna, sin advertirle sobre el peligro de David, un misterioso seductor.
El film nos muestra la evolución madurativa de la protagonista, su desengaño ante el mundo real y el antes y el después que supone su relación con David. El guión lo firma Nick Hornby. El escritor americano conocido por High Fidelity (Alta Fidelidad) y que en esta ocasión adapta la novela de Lynn Barber nos plantea muy bien la situación de la chica. Curiosamente ambas películas tienen un tema central en común, la madurez y finalmente la capacidad de superar los problemas. Aunque las dos películas tienen un enfoque muy diferente, esa falta de madurez de Jenny queda patente en cada fotograma, así como la conclusión y la evolución de ella como persona. Además el guión y la historia retrata a unos padres trabajadores y ahorradores que aunque quieren lo mejor para su hija acaban cayendo también en los regalos y el retórico discurso de David, un dundee en toda regla.
Interpretativamente destaca el trabajo de Carey Mulligan. La jovencísima actriz inglesa ha sido reconocida por el papel de Jenny. Y es que para servidora hace la mejor actuación femenino del año, una actuación que va in crescendo empezando un poco tímida y acabando demostrando de todo lo que es capaz. Con su reconocimiento, las comparaciones con Audrey Hepburn no se han hecho esperar. Mulligan posee la dulzura y la mirada inocente y pícara de Audrey, pero compararlas sería un error y sobre todo sería meterle presión de manera innecesaria a la joven actriz. A Mulligan le acompañan un acertadísimo Alfred Molina como padre contradictorio e ingenuo y Cara Seymour como madre, y Emma Thompson en un pequeño papel como directora de la escuela de la protagonista. Peter Sarsgaard es el encargado de interpretar a David. Un hombre a priori atento, sensible y detallista que esconde un gran secreto y está en todo momento rodeado de un halo misterioso. Sarsgaard cumple con la papeleta, aunque queda en ocasiones encumbrado por la actuación de Mulligan. Dominic Cooper y Rosamund Pike interpretan a Danny y Helen los amigos de David, con los que sale de noche, va a las carreras de caballos y va a subastas de cuadros.
Como conclusión un film con un sabor británico 100% con un gran guión muy trabajado y buenas actuaciones que le sirven al film, con una sobria dirección, convertirse en una de las sorpresas positivas del año.
Nota: 8/10