En una tarde que trajo la lluvia otoñal y el fresco desapacible me acerqué a este nuevo concierto de órgano del FIOCLE, y nada que ver lo escuchado en el viejo órgano maragato de Amezúa (construído en 1857 y restaurado por Acitores en 1985) con lo programado en la web del festival, aunque se nos regaló el programa que en la capital se vende a 2€. La organista guipuzcoana volvía a Astorga tras su paso por Ponferrada en un festival que no se olvida de los intérpretes españoles, y Ana Belén García Pérez tiene una larga trayectoria donde las obras de nuestro tiempo siempre están presentes en sus conciertos, aunque los órganos no suelan responder a sus exigencias. Pensaba en poder escucharla en "el bicho de Kleis" porque el programa que trajo era para disfrutar en su totalidad, o al menos equiparable al esfuerzo y trabajo realizado.
Las Diferencias sobre la gayta, un anónimo del siglo XVIII, exploran el timbre de la cornamusa o gaita, sea gallega, asturiana, bretona o escocesa, con una nota pedal o bordón sobre la que escuchamos los floreos del puntero, aquí teclado, exponiendo un tema popular para proseguir con la técnica de la diferencia, nueva demostración de virtuosismo en el órgano astorgano que resonó cual aerófono popular.
Del fraile franciscano Antonio Martín y Coll pudimos escuchar y saborear tres números de "Flores de Música", El villano, Marizápalos y Canarios, barroco en cronología pero aún deudor renacentista que además de recoger y variar temas españoles utiliza los efectos que el instrumento de Aquilino Amezúa tiene, en especial los "pajarillos", bien ayudada la guipuzcoana en los registros para su entrada a tiempo en esta auténtica recreación a los teclados.
El Veni Creator de Grigny no estuvo a la zaga en cuanto a despliegue de color para sus cinco movimientos perfectamente contrastados en todo: el primero (Plein Jeu en taille) con trompetería y pedalero gimiendo en el arranque, el tema fugado (Fugue à 5) en las dos voces, una por teclado, el intimismo del tercer número (Duo) buscando registros agudos y trémolo para una trompeta magna de batalla delicada en ornamentos (Récit de Cromorne - Amen), finalizando en un tutti (Dialogue sur les Grand Jeux) donde pies y manos retoman aires fugados con cambios de registros manteniendo siempre presente la línea melódica ante nuevos tutti siempre recios y sin excesos para un órgano castellano en colorido y fortaleza.
No hubo descanso del guerrero ni obras de relleno y el Allegro appasionato (de la Sonata V op. 80) de Guilmant resultó como el título, apasionada, exigente para un instrumento que se "empapizaba" con un aroma francés en armonías y registros variados donde el pedalero tiene su protagonismo rezumando romanticismo coral casi sinfónico en cuanto a sonoridades que otro órgano más "capaz" hubiese sacado chispas, finalizando con esa modulación en modo mayor antes del acorde final menor, guiños de compositor en una partitura dura en toda su extensión y perfectamente resuelta por el magisterio de Ana Belén.
Auténtico arco iris de timbres más allá de los registros elegidos que se quedaron algo pequeños para el poderío exigido, técnicas interpretativas que aprietan en la búsqueda del impacto sensorial sin perder el motivo coral hecho fantasía como los grandes compositores para el órgano. Un descubrimiento que Ana Belén García ya ha interiorizado (ahí está el vídeo), ha hecho suya esta partitura que llevará en sus muchos conciertos por España y Europa, esperando repetir con un órgano acorde a la obra y la intérprete.