Ana - roberto santiago

Publicado el 15 marzo 2017 por De Lector A Lector @deLectorALector

Esta es una de las reseñas que no tenía claro si dejar reposar unos días para escribirla, ya que la acabé la novela el lunes, o ponerme en seguida manos a la obra con la novela aún caliente y los sentimientos a flor de piel para poder transmitir de verdad lo que me ha gustado. Y es que eso es lo que puedo anticipar desde ya, que sus 864 páginas me han durado menos de dos semanas y que el día que sabía que iba a acabar realmente no tenía claro si quería hacerlo porque me ha costado, y mucho, desprenderme de Ana Tramel.

EL AUTOR

Roberto Santiago es escritor, dramaturgo y director de cine. Ha escrito más de veinte novelas infantiles y juveniles. Entre otras, la colección Futbolísimos (Editorial SM), que se ha convertido en la saga de literatura infantil española más vendida en nuestro país en los últimos años, y que ha sido traducida a varios idiomas. Ha escrito y dirigido, entre otras, las películas El penalti más largo del mundo (nominada al Goya al mejor guion), El club de los suicidas, Al final del camino y la coproducción internacional El sueño de Iván. En teatro ha escrito las adaptaciones de Ocho apellidos vascos, El otro lado de la cama y Perversiones sexuales en Chicago, de David Mamet, entre otras. Ha participado en varias series de televisión; es profesor de la Escuela Oficial de Cine de la Comunidad de Madrid; y su cortometraje Ruleta fue el primer corto español en competir en la Sección oficial del Festival de Cannes. Ana, es su primera novela para adultos.

EL ARGUMENTO

Años atrás, Ana Tramel fue una brillante penalista a la que se disputaban los mejores despachos. Un oscuro suceso en su pasado cambió su vida y ahora pasa sus días entre recursos administrativos en un mediocre bufete, ahogándose en un vaso de whisky. Pero su vida da un vuelco cuando su hermano Alejandro, con el que no habla desde hace cinco años, la llama angustiado. Ha sido detenido por el asesinato del director del Casino Gran Castilla.Ana pide ayuda a su jefa y vieja amiga, Concha. Necesita la estructura y recursos del despacho para llevar adelante una defensa en la que tiene prácticamente todo en contra. Acompañada de un peculiar equipo (un viejo investigador, una abogada novel y un becario ludópata) se enfrentará a las grandes empresas del juego.
Ana, un thriller absorbente protagonizado por una mujer inteligente pero acabada, brillante pero autodestructiva, única.


MIS IMPRESIONES

Como he dicho al principio no sé bien como hacer esta reseña para de verdad poder transmitir todo lo que ha gustado, todo lo que me traspasado, me ha hecho sentir y sobre todo lo atrapada que me ha tenido desde el minuto uno porque Ana, como no podía ser de otra forma, empieza fuerte, nada más y nada menos que con la llamada de Ale, su hermano, para pedirle ayuda: le acaban de acusar del asesinato del director del casino de Robredo, Menéndez Pons. Esto no sería raro si no fuera porque Ale y Ana llevan sin hablarse años, incluyendo el hecho de que Ana desconoce que Ale está casado con una polaca llamada Helena y que tienen un niño de dos años, Martín.
Ana hace años que dejó de ejercer de abogada pero ante un hecho así no tiene nada que pensar.
Como veis es un principio más que prometedor pero solo es eso, el principio, porque en Ana nos vamos a meter en una vorágine de sucesos, subtramas y giros argumentales que te harán preguntarte hasta el mismo final qué es lo que va a pasar.
Quiero decir que es difícil hablar de esta novela sin desvelar absolutamente nada de lo que pasa en ella porque aunque lo que os he contado es el inicio, el caso va a evolucionando y desmembrándose en una serie de subtramas de las que no quiero hablar para que os pille como a mí, totalmente de nuevas. Solo diré que aunque este es el arranque, pronto habrá otro hecho que hará que la defensa y por lo tanto el juicio se centre en otro asunto totalmente distinto al asesinato y que supondrá el primer gran giro de la novela. Y a partir de aquí todo va a más.
Además, aunque este es el caso principal se nos presentará otro caso sobre el que Ana tampoco tendrá posibilidad de decir que no cuando le piden que lo defienda, lo que nos llevará a ir intercalando la acción entre los dos procesos judiciales.
Creo que la elección de que haya dos procesos ha sido muy acertada, ya que para una absoluta desconocedora del mundo del Derecho y todo lo que le rodea como yo, me ha permitido tener una visión muy amplia de este mundo. Cada proceso avanza de una manera distinta, las maneras de llevar la defensa de uno y otro caso no tienen nada que ver, así como la manera de los abogados de la parte contraria de defender a los acusados y por supuesto la resolución.
Como os digo soy una absoluta ignorante de todo lo relacionado con el Derecho, nunca me ha interesado y esta novela ha conseguido despertar en mí un interés insólito. Me ha encantado descubrir cuál es proceso hasta llegar a un juicio, cuáles son las opciones, cómo es necesario presentar las pruebas y los testigos en un momento u otro y sobre todo me ha maravillado la manera en que tanto los abogados de la defensa como de la acusación son capaces de sembrar la duda ante cualquier indicio que a simple vista puede parecer irrefutable y hacerte dudar a ti misma. No voy a decir que yo haya dudado de la veracidad de unas pruebas, ya que en Ana vamos a vivir todo tal y como ella nos lo cuenta, pero sí me ha hecho pensar que si yo fuera una persona ajena podría convencerme de lo que me dice la parte contraria, consiguiendo así desmontar por completo cualquier indicio, a priori, claro.
Quiero dejar claro que Roberto Santiago consigue todo esto sin darnos ninguna clase. En ningún momento me he sentido aburrida o abrumada por tecnicismos, leyes o cosas que no conocía y que no me interesaban. Lo bueno de todo esto que el autor consigue explicarnos todo con claridad sin resultar denso, distribuyendo la información en su justa medida cuando es necesaria.
El otro tema principal de la novela es una crítica a la industria del juego. Roberto Santiago me ha hecho reflexionar a este respecto mucho. Ahora que se ha puesto de moda el mundo de las apuestas, por internet o en persona, no es difícil ver anuncios protagonizados por cualquier famoso animándonos a que apostemos y debemos tener mucho cuidado. Estoy segura de que las estadísticas de ludopatía que se dan en la novela son reales o están muy cerca de serlo. Yo no apuesto, es más no me produce especial satisfacción ir al casino pero es verdad que conozco mucha gente que lo hace y es algo que cada vez está más en auge. Yo también espero que esta crítica sirva para hacernos ver que se puede convertir en una adicción tan peligrosa como otra cualquiera así como para hacernos ver que existen asociaciones para ayudar a los jugadores.
Otro de los puntos que quiero destacar es la manera de narrar. En Ana es la propia Ana quién habla con nosotros, se va a dirigir al lector, llegando incluso a hacernos aclaraciones sobre su personalidad. Eso sí, esto conlleva que solo vamos a conocer su punto de vista y lo que ella conoce, sorprendiéndonos al mismo tiempo que ella, sufriendo cuando ella lo hace y desconociendo todo lo que ella desconoce. Me ha encantado esta manera de comunicarse con el lector que hace que haya empatizado perfectamente con ella desde el minuto uno. Roberto Santiago ha hecho una maravillosa labor con esta manera de escribir haciendo que un personaje nada común que incluso en otra novela nos podría caer hasta mal o por lo menos con el que no llegaríamos a empatizar conecte con nosotros de tal manera que nos pase lo inevitable, que no queramos despedirnos de ella una vez finalizada la novela.
No podemos terminar sin hablar de los personajes. El autor no sólo ha contruido un gran personaje, todos los que desfilan por la novela nos harán sentir. Obviamente el peso de la novela se lo lleva Ana, una mujer poco frecuente, adicta a los tranquilizantes (entre otras cosas), que dice lo que piensa aunque sea políticamente incorrecto, que no intenta caer bien, que cree en su trabajo, que ha sufrido y se ha levantado muchas veces pero sobre todo una mujer a la que no es fácil tumbar, que sabe aguantar los golpes, por duros que sean, y levantarse y luchar con más fuerza que cuando cayó. Como ella misma se compara a lo largo de la novela, una Rocky que aguanta asalto tras asalto aunque no la queden fuerzas para resistir. Creo que el éxito de Ana es que todos querríamos ser un poco como ella.
Pero como decía no solo Ana es un personaje que me ha atrapado, Roberto Santiago ha conseguido dar vida a toda una serie de ellos, totalmente opuestos entre sí y totalmente creíbles con el plus de que, en su mayoría, ninguno tiene nada que ver con Ana, sin embargo consigue que ninguno chirríe, que entendamos la relación que cada uno de ellos tiene con ella y cómo ha llegado hasta allí.
No quiero acabar sin mencionar que la novela transcurre en Madrid, además por lo general he pasado por todas las calles que se mencionan con lo que me ha encantado visualizar a Ana, situarla de verdad en mi mente en un sitio determinado. Y es que es otra de las cosas que sucede en Ana, es una novela muy visual, no es difícil imaginarse a una actriz (yo ya tengo a la mía) dando vida a este personaje. Ojala que sea así y podamos ver en un futuro una serie o una película basada en esta novela porque creo que hay material más que de sobra. 
Solo me queda decir que espero que el pequeño punto que se queda sin cerrar en esta novela sea una puerta abierta a que haya otra protagonizada por Ana Tramel porque me encantará seguir viéndola pelear en un tribunal, luchando por la justicia y tumbando a "los malos". 
En conclusión, Ana es thriller jurídico que encierra mucho más, una novela llena de giros inesperados que te mantendrá atrapado hasta el final y con una protagonista incomparable a nada de lo que hayas leído hasta ahora. La rocky de los juzgados.
FICHA DEL LIBRO
PRIMER CAPÍTULO