Los esteroides anabolizantes intentan realizar la misma función que las hormonas anabólicas que nuestro propio cuerpo sí produce, pero de manera exagerada. Aunque los anabolizantes están prohibidos porque dañan la salud, mucha gente no es consciente de cómo lo hacen o de por qué no deberían tomarlos. Únicamente se conoce que ayudan a aumentar la hipertrofia muscular y a reducir el catabolismo.
Sin embargo, los efectos secundarios que tienen este tipo de sustancias, las convierten en un arma de doble filo por los efectos perjudiciales que pueden tener. Entre ellos:
- Incrementan acné, ataques cardíacos y tensión arterial.
- Aumentan la agresividad.
- Aumentan el deseo sexual, pero también provocan impotencia, con lo cual el deseo sexual puede ser frustrante en esta ocasión.
- Incrementan el riesgo de lesión en el sistema óseo y muscular porque los músculos, tendones y huesos no crecen en la misma proporción.
- Detiene el crecimiento.
- Provoca crecimiento de mamas en hombres.
- Aumentan el colesterol en sangre.
- Cambios en la voz (masculinizante).
- Crecimiento de vello corporal.
- Aumentan el número de daños hepáticos, riesgos de tumores e ictericia.
Pese a todos estos efectos negativos de los esteroides anabolizantes, se puede observar su uso con frecuencia. Como no se suelen vender en el mercado, suelen ser obtenidos del mercado negro, sin pasar ninguna revisión sanitaria, siendo extraídos de animales (vacas, etc). Por ello su uso es injustificable en todos los casos.
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