Analfabetismo científico

Publicado el 25 abril 2015 por Abel Ros

Doce millones de españoles no saben aquello, que a Galileo le trajo tantos quebraderos de cabeza


a Secretaria de I+D+i - Carmen Vela - presentó, el otro día, los resultados de la Encuesta de Percepción Social de la Ciencia. Un estudio, para que nos entendamos, que estudia el grado de alfabetización científica de los ciudadanos. Pues bien, agárrense porque vienen curvas: "el 25% de los españoles – o sea un cuarto de la población – cree que el Sol gira alrededor de la Tierra". Y – como diría Súper Ratón – ¡no se vayan todavía, aún hay más! "El 30% cree que los dinosaurios convivieron con los humanos", tal y como sucede en los dibujos animados de "los Picapiedra". Estos datos no serían noticia si los encuestados fueran ciudadanos de países subdesarrollados. Países, como digo, sin un Estado del Bienestar como el nuestro y, sin un derecho a la educación reconocido por una Constitución. Son, precisamente, las dificultades para cubrir las primeras necesidades de Maslow, las que justificarían su ignorancia científica en contraste con nosotros.

Nuestro caso es muy distinto al de los países del Tercer Mundo. La Hispania del ahora responde al ideal de una sociedad avanzada. Una sociedad alejada de la losa del franquismo y de su alto analfabetismo. En días como hoy, España es un país con un derecho a la educación, reconocido por la Carta Magna; donde la escuela es obligatoria hasta los dieciséis años y, el acceso a la información está al servicio de la mayoría, gracias a las Tecnologías de la Información y la Comunicación. Vivimos – en palabras de Manolo, el cuñado de Gabriela – tiempos abanderados por la ciencia y la tecnología, donde las letras han perdido el lugar que ostentaban en los años de Quevedo y, la filosofía ha sido castigada por los caprichos de la derecha. Tiempos, como digo, donde lo que sobra es información y lo que falta es pedagogía para encontrarla. Con estos mimbres sobre la mesa, resulta inverosímil que con tantas facilidades para el conocimiento, doce millones de españoles no sepan, en pleno siglo XXI, aquello, que a Galileo le trajo tantos quebraderos de cabeza.

La mayoría de los ciudadanos – según se desprende del estudio – acceden a la información científica a través de Internet; siendo la "Wikipedia", el sitio más recurrido para estos menesteres. A pesar de que dicho sitio Web reciba millones de visitas y se haya consolidado como diccionario de consulta, lo cierto y verdad, es que esta enciclopedia está editada, de forma libre. Una página  formidable para el enriquecimiento de la sociedad del conocimiento y la libertad de expresión en el limbo de los píxeles pero, al mismo tiempo, criticada por científicos y expertos por la indeterminación de sus fuentes. Aunque la mayoría de los ciudadanos acuda – acudamos – a la Wikipedia y páginas similares para buscar respuestas inmediatas a nuestras necesidades de conocimiento; se debe – debemos – realizar un uso responsable de las mismas. Un uso responsable, basado en un contraste de las fuentes y, en una mirada crítica hacia todo aquello que leamos. Ingredientes necesarios para la toma acertada de decisiones. 

Aunque los ciudadanos busquemos respuestas a través de la Wikipedia u otras páginas similares, lo que está claro, es que el mensaje de la ciencia no está calando en el ideario colectivo. Luego, algo estamos haciendo mal para que las vocales de la rama no hayan sido bien digeridas por el común de los mortales. Hace falta, como digo, una nueva pedagogía de la ciencia; para que el avance del conocimiento, no se convierta en un rumor distorsionado por el boca oído de sus interlocutores. Para ello, para que el saber científico circule sin deterioros, es necesario acercar la ciencia al ciudadano. Un acercamiento, señoras y señores, basado en una mayor visibilidad de los científicos en los medios de comunicación; en la divulgación de programas científicos, al estilo de  "Érase una vez… el cuerpo humano" o "Érase una vez … la vida" y, en la recuperación de las enciclopedias de papel. Acercamientos necesarios para que estos datos vergonzosos no se reproduzcan en años venideros. Aún así, tres cuartos de los encuestados saben que la Tierra da vueltas alrededor del Sol. Un dato atractivo, si tenemos en cuenta que la mayoría de los españoles leen el Marca; consumen programas de cotilleo y están enganchados al "wasap". 

Artículos relacionados:
El pensamiento atrapado