ANÁLISIS: Agony

Publicado el 08 junio 2018 por Raúl Vázquez Santos @Generacionpixel

Esta vez hemos tenido la oportunidad de jugar a Agony, la primera obra de Madmind Studio, creado en 2016 por Tomasz Dutkiewicz y formado por sólo 9 desarrolladores a los que no les falta experiencia por haber trabajado con anterioridad en grandes títulos como The Division o The Witcher 3. Tras ver los tráiler de este Agony, no podíamos evitar sentir una enorme curiosidad por ver su gore y macabra propuesta. Se trata de un survival horror en primera persona en el que recorreremos el más oscuro y siniestro de los infiernos para lograr la redención por nuestra vida pasada.

ANÁLISIS

VERSIÓN DISPONIBLE

XBOX ONE – PS4 – PC

VERSIÓN ANALIZADA

PC

DESARROLLADOR

MADMIND STUDIOS

DISTRIBUIDOR

KOCH MEDIA

VALORACIÓN

6

NUESTRA FORMA DE VALORAR LOS JUEGOS

La historia nos pone en la piel de un alma sin nombre, quien ha muerto tras una vida supuestamente malvada y tormentosa y ahora debe cruzar el infierno en busca de la diosa roja, la diosa de la sangre, quien le promete devolverle al mundo de los vivos si se esfuerza lo suficiente.

Pocos detalles sabemos acerca del argumento más allá de esta breve información, la cual es la mínima y obligatoria para ponernos en contexto y comenzar nuestro viaje. Ciertamente se echa de menos algo más en este aspecto, todo se hace excesivamente básico y confuso, y hará que continuamente nos preguntemos el porqué de todo, dejándonos una sensación un poco frustrante.

Donde Agony echa toda la carne en el asador, es en el apartado visual, creando su propia interpretación del infierno. Si nos dijeran que pensáramos en todo lo más macabro, gore, y violento que se nos ocurra, quizás incluso nos quedaríamos cortos para lo que el decorado de Agony nos presenta. Sin ningún tapujo, veremos túneles repletos de cadáveres empalados, niños quemados, genitales tanto masculinos como femeninos, corazones arrancados, órganos esparcidos por todas partes, y cantidades industriales de sangre.

Al comenzar el juego, esto causa un enorme impacto y nos deja muy sorprendidos, no pudiendo evitar mirar a todas partes para apreciar todos los detalles. Sin embargo, el “sobreexceso” de todo esto, hace que pasemos de la sorpresa a la monotonía demasiado rápido. Al cabo de un par de horas, después de haber visto de todo, el mapeado nos resultará un poco reciclado de lo anterior, y lo único que veremos será rojo a nuestro alrededor sin pararnos a observar los detalles. En cierta manera, te inmuniza de una forma negativa, anulando su capacidad para sorprendernos de nuevo.

Posiblemente donde Agony se lleva la peor parte, es en la jugabilidad. Todo se torna tremendamente repetitivo desde la primera hora de juego. En general, se basa en dos cosas: escondernos de los súcubos, y recolectar objetos para colocarlos en algún sitio para abrir puertas. Estas dos mecánicas se repiten constantemente a lo largo del juego. Además, hay que sumar a la ecuación la extraña colocación de los puntos de control. Veremos uno cada 20-25 minutos aproximadamente, por lo que si morimos justo antes de llegar al siguiente, tendremos que repetir toda la parte anterior, y la verdad es que no es precisamente difícil morir en Agony.

Si los súcubos nos detectan, cosa que es relativamente fácil debido a sus movimientos erráticos, no podremos hacer nada para defendernos ya que nos encontraremos siendo atravesados por su brazo o con el cuello partido. Para ayudarnos a pasar desapercibidos, podremos aguantar la respiración durante un breve periodo de tiempo. Si bien es cierto, la muerte en Agony no tiene por qué ser el final, ya que nuestro protagonista tiene el poder de poseer otros cuerpos para revivir. Para ello, a lo largo del juego nos encontraremos a otros humanos con las cabezas cubiertas por sacos. Si nos acercamos a ellos y se lo quitamos, nos darán la oportunidad de poseerlos en caso de morir.

Por último, para ayudarnos a recorrer el vasto infierno y sus diversos caminos, tendremos la ayuda de las líneas del destino, unas pequeñas luces con una breve duración que nos indicarán el camino a seguir. Estas luces tienen usos limitados, por lo que deberemos usarlas sabiamente ya que perderse es fácil, y puede llegar a ser frustrante.

En el apartado auditivo no hay mucho que destacar más allá de sonidos ambientales como el fuego, la sangre corriendo, las pisadas y los latidos del corazón. Aportan su granito de arena a la ambientación, lo cual es positivo, pero tampoco se nos hace nada especial.

A nivel técnico, es un juego que se mantiene estable en cuanto a FPS, pero en ciertas partes será muy difícil hacerlo correr a 60 FPS en calidad ultra. A lo largo de todo el juego no hemos experimentado ningún crasheo, aunque sí el clásico bug de quedarnos atascados entre las ramas de algún árbol al saltar y tener que reiniciar desde el último punto de control, pero nada más.

NUESTRA OPINIÓN FINAL

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En conclusión, Agony es un juego que prometía muchísimo en sus trailers sobre todo por su originalidad visual, pero una vez que lo jugamos, nos damos cuenta de que flaquea en prácticamente todos sus aspectos, dejándonos decepcionados y un poco frustrados por su monotonía y repetitividad. Es una lástima ya que creemos que no se ha sabido aprovechar el enorme potencial.

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