Análisis Axiom Verge (por Ayaxsoul)

Publicado el 01 julio 2015 por 99redpotions @99RedPotions
Axiom Verge: La banda homenaje a Metroid.
Primero que nada prepárense para leer muchas veces la palabra “Metroidvania”, “Metroid” e “Igarashi”  en este artículo, ya avisados de que voy a redundar una y otra vez sobre ellos acerca de ese tipo de juegos de plataformas en 2D de exploración no linear… pues aquí vamos.

Los metroidvanias son un género la mar de peculiar, no es para todos los gustos ya que hay algunas convenios que el jugador tiene que aceptar desde el primer momento sin chistar: la acción directa y frenética se disminuye considerablemente para abogar más por la exploración de los escenarios, el volver sobre nuestros pasos interfiere mucho con la idea de algunos de juegos de ir pa´lante; hay que ir probando cada habilidad en cada cuadro del mapa y eso a algunos les puede parecer cansino, pero sin todo esto se le quitaría el sello de identidad tan propio que tienen este tipo de juegos.
Guardando las distancias me gusta comparar los Metroidvanias con el heavy metal, (si… estoy comparando un género de videojuegos con un género musical, mala mía) ya que ambos  poseen ciertas similitudes en cuanto manejan ciertas reglas propias que le dan una coherencia monolítica al producto final, todos sabemos a lo que vamos cuando escuchamos a Black Sabbath: oír potentes y pesados riff de guitarra con letras oscuras, al igual que sabemos que encontraremos en un metroidvania: Un extenso e interconectado mapa a ser explorado para buscar upgrades que te dan habilidades nuevas necesarias para ir abriendo el acceso a nuevas zonas. Y ya está… eso en mayor medida es lo que ofrece Axiom Verge, un clon que copia o “se deja influenciar” por todos los mandamientos escritos que el profeta Igarashi consiguió desperdigados por Zebes y los cuales se ha encargado de predicar desde entonces.

La pregunta entonces es ¿Qué hace especial a Axiom Verge?, a sabiendas de que es un clon más o menos ducho del Super Metroid, pues yo diría que es un juego que logra conectar con aquellos que hemos seguido las aventuras de Samus en su universo 2D; hay cierto sabor a soledad, a desazón, a aire denso y horror espacial que solo sabían transmitir hasta este momento los Metroids. Tiene mucho que ver en eso la certera elección del entorno en donde se desarrolla la aventura: un planeta desconocido y hostil con criaturas y escenarios que beben mucho de la ciencia ficción y la bio-robótica; además claro está, el remarcado estilo retro a lo 8 bit que transmite en su (adrede) limitada paleta de colores e inmersiva música chiptune.
Si Shovel Knight era una revisión actual de las convenciones retro de lo que proponían clásicos como los Mega Man de NES, Axiom Verge es un juego muy consciente del tiempo que le toca vivir y del lenguaje propio del videojuego de la época que quiere rememorar y homenajear, Es un juego que desde su humildad se permite sonrojarse tímidamente ante nosotros y darnos dentro de sus limitaciones algunas ideas frescas en cuanto al uso de los upgrades y de guiños a tiempos pasados: hay un arma en específico al avanzar en el juego que le hace “debug” a ciertas zonas corruptas, tal cual como si se tratase de un cartucho de NES mal colocado en el cual los pixeles y caracteres en la pantalla se mezclan formando monigotes sin forma, solo que aquí no sirve soplar ninguna ranura.
Es de destacar que es el trabajo de una sola persona (o así no los han querido vender) por lo cual hay ciertas cuestiones que no están del todo pulidas como los sosos patrones de ataque de los subjefes o un estilo algo áspero y sobrecargado, pero que no quitan en ninguna medida el gran mérito que representa Axiom Verge como un más que digno “Metroidvania” de toda la vida.

Si Super Metroid es Black Sabbath (e Iga es Ozzy, faltaba más), Axiom Verge es el grupo homenaje que hace unos bastantes competentes covers de los cinco primeros discos, mostrando un real aprecio por el material original, sin la maestría de un Iomi y fallando algunas notas en los trastes, pero se las apañan en dar una muy buena presentación, al final del concierto tienen la suficiente actitud para mostrarle a su público las dos o tres canciones propias en las cuales han estado trabajando, y que la verdad sea dicha… suenan muy bien.