Análisis de Crematorio. Un paso no tan grande

Publicado el 08 mayo 2011 por Lapalomitamecanica
La mejor ficción nacional de los últimos años llega a su fin

Nota: 7,5
Solo una vez vistos los 8 episodios que componen la primera y única temporada de Crematorio podemos comprender el significado real de su título. Si, el entramado corrupto de Rubén comienza a desmoronarse cuando se descubre un pequeño fraude en el crematorio de la localidad, pero Rafael Chirbes se refería a otro tipo de cremación cuando titulo la novela que ha dado pie a esta magnífica serie. Lo que realmente termina reducido a cenizas al final de esta historia es la integridad moral de un hombre que tiene que pagar por la sangre mezclada con cemento con la que ha levantado su multimillonario imperio.
Aún así, a pesar de la infinidad de matices y lecturas que se pueden extraer de su argumento –y por lo que solamente ya merecería vuestra atención en detrimento del resto de series españolas- y de sus más que trabajados aspectos técnicos e interpretativos, se ha echado en falta un ritmo más trepidante y algo de contundencia en el último acto. Pequeños fallos propios de la inexperiencia de una televisión joven (la nuestra) y que impiden que Crematorio pase a la historia con toda la gloria a la que estaba destinada.
El análisis completo de la temporada tras el salto. Y si aún estáis indecisos respecto a si verla o no, aquí tenéis la review del piloto.
La de Rubén Bertomeu es una de las mayores historias que  nos ha contado la televisión española. No vamos a reiterar aquí las razones por las que consideramos a Crematorio el salto cualitativo más importante  de los últimos años en la ficción nacional (para eso os vuelvo a remitir al análisis del piloto), pero ahora que todo ha terminado, si que debemos bajar un grado o dos nuestro entusiasmo inicial.

No me entendáis mal, considero a cada uno de los 8 capítulos como una pequeña joya de gran brillo, pero lo que no me termina de convencer es el collar entero. Me explico. Tras un piloto más que excelente y  un segundo episodio aún mejor,  la historia de Rubén Bertomeu (un inmaculado José Sancho) nos cautivó hasta un punto entre la fascinación y el rechazo convirtiéndose en una de nuestras drogas semanales preferidas. Pero poco a poco fueron bajando la intensidad de las dosis. El argumento de Crematorio se estanca de forma más que evidente en el quinto episodio y no sale de ese dique seco hasta el final. No es que los capítulos de la segunda mitad sean malos,  pero si que dejan cierta sensación de vacío.
Lo cierto es que tampoco lo tenían fácil para extraer un desarrollo argumental adecuado de esa recopilación de pensamientos de Rubén que es la novela, pero la decepción ha llegado tras hacernos creer en las entregas iniciales que eran capaces de lograrlo. Collado (Pep Tosar) pronto pasa a ser el tocapelotas nervioso del hospital y no pasa de ahí, al igual que Silvia (la siempre perfecta Alicia Borrachero), eterna hija inconformista, o la abuela, nieta e incluso el siempre fiel Torralba (Manuel Morón). Todos llegan pronto a un punto en el que no avanzan un ápice y simplemente son testigos de lo que acontece a su alrededor, que en realidad es lo que sucede en torno a Rubén.

Sólamente con el personaje de Mónica (Juana Acosta) podemos decir que la cosa cambia. Su evolución es la mas palpable –casi la única- de toda la serie. De presunta viuda negra en prácticas a devota esposa. Pero el asunto tiene trampa, ya que también es el personaje que más minutos gana a cada entrega. Otros personajes que merecen mención son el abogado Emilio (espléndido Pau Durá) y el mafioso Traian (Vlad Ivanov). Aunque ambos adolecen de la estaticidad que ya hemos comentado, el primero se revela como el personaje más coherente y realista de la toda la función en su última maniobra, mientras que el ruso pasa a ser una de las grandes sorpresas/decepciones de la serie tras irrumpir con una fuerza tremenda e ir apagándose. No olvidéis que Traian fue el encargado junto a Rubén de darnos la bienvenida en la primera escena de la serie, y no tardamos en conocer su temperamento incluso en uno de los -cada vez menos- logrados flashbacks de la serie. Pero al final sus apariciones quedaron reducidas a pequeñas notas informativas sobre sus reacciones al respecto de lo que le ocurre a Rubén.

Por tanto, la parte negativa de Crematorio está más allá de ningún aspecto concreto o apreciable a primera vista. Su principal problema ha residido en una mala dosificación de la novela al intentar crear un comienzo de serie potente, y que al final ha dejado algo cojo al resto. Pero donde no se le puede poner casi ningún reparo es en el aspecto técnico. Y digo "casi" ya que hasta al mejor bólido de nuestra competición se le pueden sacar pegas, como algo de tacañería estilística dentro de un conjunto sobervio. Veamos algunos ejemplos: en nuestro país no estamos acostumbrados a realizar escenas previas a los créditos, que suelen retratar una acción o conversación lo suficientemente contundente como para situarnos en el acto en el universo de la serie. En Crematorio se aprecia el intento pero no son capaces de lograr dicha contundencia en todos los inicios dejando alguno un poco descafeinado, a lo que la anticlimática canción de Loquillo durante la cabecera no ayuda demasiado. Algo parecido sucede en los finales de capítulo, donde apuestan por planos poéticos al hilo, por ejemplo, de Breaking Bad. Aunque en este caso si que muestran más acierto como en ese de Mónica meciéndose en la piscina sin imaginar la tormenta que está por venir.

Tras las excelentes críticas que ha recibido la serie muchos preguntabais precipitadamente si íbamos a poder disfrutar de una segunda temporada. Y os estaría mintiendo si os digo que pensaba que iban a ser capaces de asesinar a Rubén. Quizás si el patriarca le hubiera pasado el testigo a su hija. Quizás si hubiera terminado por perder la paciencia con Collado. Quizás si hubiera contestado a esa llamada de teléfono...solo quizás podríamos ver la luz al final del túnel. Pero no amigos, el Crematorio ha cerrado sus puertas definitivamente dejando tras de sí a un creciente grupo de seguidores expectantes ante la próxima serie de Canal +.