Por Isabel Alcántara
Aún estoy conmocionada con la noticia de que Donald Trump sea el presidente de EEUU, pero sobreponiéndome lo más rápido que puedo y dándole un vistazo desde las perspectiva del marketing, podría sacar las siguientes conclusiones:
1. Que los tiempos cambiaron y las empresas de investigaciones y encuestas no acertaron una vez más, y ya son muchas. Deberían revaluar metodologías, márgenes de error, etc. Perdieron la credibilidad de poder leer la opinión de la gente, y eso es grave desde todo punto de vista.
2. Que los influenciadores a veces no lo son tanto… y que ser famoso no es sinónimo de influir necesariamente en tu decisión de compra. Todo Hollywood, Lady Gaga, Madonna, Jennifer López, Ricky Martin, Eva Longoria, Bruce Springsteen, estrellas de la NBA, etc. apoyaban muy activamente a Clinton, pero eso no tuvo al parecer ninguna mella.
3. Que al parecer el “que hablen de mí aunque sea mal” funciona. Tanta controversia, tanta polémica en redes sociales y en la calle, le dio una visibilidad gratuita y una rápida difusión de su mensaje. Todos hablaban de las barbaridades de Trump, pero nadie de las propuestas de Clinton.
4. Con relación al punto anterior, como dice Risto Mejide en su singular libro “Annoyomics”, hay marcas que consiguen vender desde lo negativo y Trump lo hizo muy bien. Hay modelos de carro que consiguen que su modelo más feo y criticado sea un éxito en ventas, o como existe un hotel en Europa del Este que vende suciedad, cero higiene y tiene reservas por los próximos 2 años. Cuanto más criticaban al candidato, más se fortalecía en su posicionamiento y más propagaban su discurso. Lo políticamente incorrecto en las marcas también vende.
5. Que un mensaje “diferente”, no necesariamente bueno o malo sino diferente, llama la atención, se destaca y logra llegar a la audiencia seleccionada. Y en este caso había un mensaje destacado, rompedor, polémico, casi cruel, pero al fin y al cabo diferente.
6. Que conocer al target y saber cómo ayudarlo a superar sus frustraciones o a conseguir sus anhelos, lo es todo. Y por increíble y locos que nos parecieran sus mensajes, declaraciones y propuestas, conocía muy bien al target y de qué adolecían.
7. Que una valiosa promesa de marca, enfocada al target adecuado, vende independientemente de si el producto nos gusta o no. Y Trump tenía una promesa clara y fuerte para esas audiencias a las que conocía tan bien… “Volver a hacer de EEUU la gran nación que era… recuperar el orgullo perdido”, sin duda era música para los oídos de muchos desencantados.
8. Que el consumidor tiene memoria corta y selectiva, perdona y obvia lo que considera y recuerda lo que quiere. Y en este caso, la promesa de “recuperar EEUU” versus los posible abusos, discriminaciones, etc. pesó más .
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Independientemente de si el resultado de las elecciones nos agradó o no, que me imagino que no, en conclusión, fue una gran lección de marketing y a eso se reduce todo: conoce a tu consumidor, ayúdalo a superar sus frustraciones o a conseguir sus anhelos a través de un estilo de comunicación diferente, una promesa fuerte y diferenciada.