Analisis sobre la nueva película cristiana “The Shack” (La Cabaña)¿QUÉ DICE LA CABAÑA ACERCA DE TU DOLOR?
La película “La Cabaña” se estrena en los cines este fin de semana, ya que este año se cumplen 10 años de la publicación de Paul Young que lleva el mismo título. El libro, lanzado en 2007, fue publicitado dentro de la literatura cristiana hasta convertirse en un fenómeno global. A principios del verano de 2008, se registraban más de un millón de ventas , y para finales de 2009, más de diez millones.
Young creció como un niño misionero y fue abusado sexualmente en el campo misionero. La Cabaña, según Young, nació de su propia lucha con el trauma y su “problema existencial de dolor” – ¿cómo Dios puede ser soberano y bueno y, no sólo permitir tanto mal en el mundo, sino también permitirlo en mi vida?
La Cabaña es ficción, pero no pienses ni por un minuto que Young no esté escribiendo de manera clara e intencionada. La teología no se transmite simplemente en proposiciones abstractas. Decenas de géneros literarios componen las Escrituras cristianas. Dios no solo habla a través del apóstol Pablo, sino también por medio de Salmos, Proverbios y los escritos apocalípticos. Jesús mismo habló en historias, llamadas parábolas. La historia es una poderosa herramienta para enseñar a alguien acerca de Dios y su mundo. El hecho de que Young escribe una novela no significa que sea indiferente acerca de Dios y del dolor. De hecho, la clave para entender por qué tantos aman su novela es que habla muy vívidamente acerca de Dios y del dolor.ATAQUE DE CABAÑA
Leí el libro en 2008 en medio de la controversia que causó el retrato de Young sobre la Trinidad. Honestamente, no me impresionó la escritura o la teología. La historia tiene
suficiente intriga y tensión narrativa para atraer a los lectores y mantenernos interesados en cómo las cosas se resuelven, pero falla mucho en los puntos más finos. Más allá de la Trinidad, que se ha tratado con detenimiento, el libro hace afirmaciones problemáticas y falsas que parecen estar más motivadas por las falsas suposiciones de muchos cristianos, que por lo que la Biblia dice realmente .
La historia comienza con un secuestro y un asesinato. En un viaje familiar, Mack Phillips, quien acampa con sus hijos, corre a salvar a su hijo de ahogarse, y en toda la conmoción pierde de vista a su hija menor. Pronto descubre que ha sido secuestrada y, finalmente, la policía encuentra pruebas de que fue asesinada en una choza en algún lugar en el desierto.
Tres años más tarde, Mack, aun luchando con esta Gran Tristeza, como Young la llama, recibe una carta de Dios pidiéndole que se reúna con él en la choza donde fue asesinada su hija. Al principio Mack se pregunta si es una broma cruel. Pero luego decide que debe ir. Necesita hacerlo en medio de su duelo.
Cuando llega, Dios está allí, pero no es como esperamos que fuese. Dios el Padre es una mujer afroamericana llamada Papa. Jesús es, bueno, Jesús – un carpintero de Oriente Medio. Y el Espíritu Santo es una mujer asiática llamada Sarayu. Pero no te distraigas demasiado con esta extraña, e inútil, representación de la Santísima Trinidad. Por extraño que sea, la historia se está moviendo a un algún lugar más profundo – para tocar un nervio teológico más tierno.
Sin ánimos de estropear el resto de la historia a aquellos que planean ver la película, Mack termina por confrontar su Gran Tristeza. La ira de Mack con Dios sobre la muerte de su hija eventualmente sale a la superficie. Él finalmente admite, “¡Sí, Dios es culpable!”
La defensa que Young presenta para justificar el dolor es que Dios tiene las manos atadas. Los seres humanos eligen el mal. Dios está limitado por las elecciones que ellos hacen con su libre albedrío. La Sabiduría (una mujer hispana que retrata la sabiduría
divina) explica: “Papá nunca ha necesitado el mal para lograr sus buenos propósitos. Son ustedes los humanos los que han abrazado el mal y Papa ha respondido con bondad. “Como Papa le dijo a Mack “No había forma de crear libertad sin que costara algo“.NO ES NUESTRO TRABA JO
Cuanto más leía La Cabaña, más claro se hizo que la realidad teológica más profunda para Young no es la Trinidad, ni el libre albedrío autónomo, sino el problema personal del dolor. Y en los diversos grados de error en cada uno de estos temas, lo que la historia no puede dejar de evidenciar es una sutil, pero significativa ignorancia de la revelación divina: ¿cómo es que Dios nos habla hoy en día?
Para Young y sus lectores, la historia lucha profundamente con el dolor. Lo que es notable es que mucho antes de que Mack Phillips, y Young, luchara con el problema del dolor, Dios mismo nos dio una historia más confiable de otro hombre que sufre dentro de una cabaña teológica. Su nombre es Job.
Al mismo tiempo, llegó la noticia de que los asnos de Job, ovejas, camellos e incluso sus siervos fueron exterminados en una serie de tragedias. Y entonces, el más devastador de todos los reportes llego: La muerte de sus hijos. (Job 1:19). ¿Qué hizo Job y qué dijo acerca de Dios?
“Entonces Job se levantó, rasgó su manto, se rasuró la cabeza, y postrándose en tierra, adoró, y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre y desnudo volveré allá. El Señor dio y el Señor quitó; bendito sea el nombre del Señor” Job 1:20-21
Pero la historia de Job está lejos de terminar. Con el permiso de Dios, Satanás ataca el cuerpo de Job con “llagas repugnantes” de la cabeza a los pies (Job 2: 7). Una vez más, a diferencia de Mack Phillips, que sacude su puño contra Dios en ira, Job inclina su cabeza en fe. “¿Recibiremos el bien de Dios, y no recibiremos el mal?” Y el escritor inspirado
verifica, “En todo esto Job no pecó con sus labios” (Job 2:10).
Entonces, durante treinta capítulos, los tres amigos de Job sostienen, en su teología popular, que el sufrimiento de Job es la retribución de Dios por su pecado. Sin embargo, Job defiende su justicia, y al mismo tiempo es fiel a su Dios. Por último, Dios mismo habla a Job en los capítulos 38-41, y no suena para nada como el aliento y el consuelo de Papá y Sabiduría.
En lugar de tratar de resolver el problema del dolor al deshacerse de la explicación superficial de las decisiones humanas, la historia de Job levanta nuestras cabezas hacia la incomprensible gloria, grandeza y majestad de un Dios misterioso y soberano. La expresión climática de Job no es que las pequeñas decisiones humanas descarguen la voluntad de Dios, sino esto: “Sé que puedes hacer todas las cosas, y que ningún propósito tuyo puede ser frustrado” (Job 42: 2).
Y para que no creamos que el inspirado escritor de este libro está presentando a Job en este momento como un mal teólogo, agrega su propia descripción autorizada de todo el dolor de Job: “Entonces todos sus hermanos y todas sus hermanas y todos los que le habían conocido antes, vinieron a él y...se condolieron de él y lo consolaron por todo el mal que el Señor había traído sobre él” Job 42:11
Si estamos en Cristo, Dios hace de nuestro dolor un canal de su gracia para provocar
una profunda confianza y deleite en él. Sin responder a todas nuestras preguntas sobre el dolor, aprendemos que Dios es más grande y sus propósitos más misteriosos y más sabios de lo que podemos entender; Y que el dolor, en su buena providencia y plan, es su extraña gracia para atraernos a él – no simplemente una pregunta que requiere una respuesta en nuestros términos.
Para los amantes de la Biblia, nuestra gran tristeza, como dice John Piper, debe ser de un tipo muy diferente al de Young: “Es una gran tristeza cuando, quienes sufren, buscan alivio al quitarle a Dios su soberanía sobre el dolor. La tristeza es que esto socava la esperanza misma que pretende crear “(Job, 8).¿QUIERES ESCUCHAR A DIOS HABLAR?
El problema del dolor es el enfoque más profundo de la historia de Young, pero falla al aceptar las suposiciones falsas y generalizadas sobre cómo oímos a Dios hablar hoy. ¿A dónde vamos a escuchar la voz de Dios? Una y otra vez, Young apunta lejos de las Escrituras, y al hacerlo, él representa bien lo que se asumen hoy muchos cristianos profesantes.
No necesitamos una cabaña solitaria para escuchar a Dios. Él nos dio su palabra, a través de sus profetas y apóstoles designados en el Gran Libro, y nos dio el Espíritu para iluminar nuestra audición. En resumen, las voces en tu cabeza no son Dios; esas voces son tuyas. Si quieres escuchar a Dios de manera audible, entonces lee la Biblia en voz alta.
No pienso ver la película. En mi caso, no estoy deseoso de prestar mi apoyo a una historia mediocre con afirmaciones problemáticas acerca de tan preciosas realidades. Puede muy bien representar lo que Young y muchos cristianos profesan hoy, pero no representa bien la teología y las enseñanzas de la Biblia. Si lees el libro o ves la película, tal vez puedas ayudar a otros a luchar con estos asuntos importantes, y señalarlos a la Palabra revelada de Dios en las Escrituras para mayor claridad y esperanza en su dolor.