Análisis de la serie Banshee: Brutalmente bella

Publicado el 31 mayo 2016 por Seriemaniac

Analizamos la serie al completo Banshee y su final

Algo se muere dentro de mí cuando una serie concluye, aunque lo haga como lo ha hecho Banshee, de forma elegante y casi sin hacer ruido, acostumbrados a los mediatismos de otras series como pueden ser Juego de Tronos o House of cards.

Y es que Banshee acaba de concluir su cuarta y última temporada de puntillas, pero con la confianza de haber hecho las cosas bien, realmente bien. Pocas series tienen la valentía de saber decir basta, de saber sobrevivir al éxito y a las adulaciones que provocan estiramientos infinitos de temporadas vacías.

Algunas como Dexter, Heroes o Prison Break deberían tomar buena nota de ello, las historias deben tener un comienzo y un final y el número de temporadas debe responder únicamente a la necesidad de terminar de contar los relatos que interesan, todo lo demás me hastía, sobra.

Pero no, Banshee es diferente, los creadores de la serie lo han tenido claro desde el principio, querían contar la historia que querían contar y una vez hecho, la han terminado. Si bien es cierto que esta última temporada (la cuarta) ha sido con diferencia la peor de todas, han sabido mantener el pulso y una estética única, más allá de los rumores de un posible spin-off protagonizado por el personaje de Job. Y es que detrás de todo está Cinemax, canal filial de la mismísima HBO.

Si quieres saber más de Banshee no te pierdas nuestro artículo: razones para ver la serie Banshee.

Brutalmente bella

Banshee es una serie brutalmente bella, con una estética violentamente preciosista. Una serie 100% de acción pero con un intimismo y una puesta en escena al alcance de muy pocas, quizá actualmente solo la pueden igualar series de la talla de Fargo o The Leftovers.

Banshee es una serie brutalmente bella, con una estética violentamente preciosista

En Banshee, no se escapa un detalle, desde la maravillosa banda sonora coronada con su música de cabecera ( canción de la serie Banshee) hasta su puesta en escena, sus montajes plagados de planos aéreos, planos secuencia, escenas que se entremezclan. En cada plano nos encontramos con una clase magistral de fotografía contemporánea, un guión audaz y unas tramas originales y atractivas. Todo eso, aderezado con dosis de auténtica adrenalina y violencia explícita en las peleas a mamporro limpio, brutales y primarias, tan al estilo de Hood (el personaje protagonista).

Los personajes de Banshee

Y es que la serie tiene uno de sus puntos fuertes en sus protagonistas, partiendo de la premisa de que Lucas Hood (interpretado por Antony Starr) es un convicto que usurpa la identidad de un sheriff de un pueblo de la américa más profunda, que está a medio camino entre el bien y el mal, y que no duda en justificar el medio con cada fin que se topa con alguno de sus puños, un personaje físico y primario, sin punto medio. Además un cuerpo de policía que pronto se deja llevar por los encantos de este misterioso sheriff y que no dudan en ser el brazo ejecutor de una justicia que parece haberse tomado unas largas vacaciones en la ciudad de Banshee.

Por otro lado, Sugar, Anna o Job, acompañan a este Ulyses en su viaje iniciático a ninguna parte, a cualquiera, a un lugar en el que encontrarse a si mismo. Histriónicos y descaradamente diferentes, como no podía ser menos si consideramos que uno de las cabezas pensantes de este proyecto es el mismísimo Alan Ball, responsable de la bizarra y sorprendente True Blood.

Respecto a los malvados, un personaje que pasará a la historia de la televisión como Kai Proctor, seguido de cera por su miope amigo que aterra con su sola presencia, o la desbocada belleza salvaje de Rebecca interpretada por la cada vez más conocida Lilly Simmons. Y es que la belleza es un punto a favor de la serie, aquí todos son guapos, desde los malos, las chicas, los buenos, los tipos duros, los polis, los fiscales o los detectives. Y es que Banshee es un alarde estético al servicio del entretenimiento y la calidad cinematográfica.

Además a lo largo de las cuatro temporadas nos hemos cruzado con un montón de grupos interesantes como los Amish cuya presencia inquieta en cada plano de la serie, las tribus de indios autóctonos, o más tarde los neonazis o los grupos satánicos.

Pasaran al olimpo de las series personajes como el malvado indio de la tercera temporada, el descomunal prisionero albino con el que se pelea en la primera temporada o la lucha encarnizada con un campeón de boxeo hasta que uno de los dos caiga al suelo. Y como no, el personaje de Rabbit que atemorizó el atormentado pasado de los personajes durante las primeras temporadas.

El final de la serie

Decían los productores de Banshee que cada episodio es como una pequeña película, y no les falta razón: persecuciones, cliffhangers de infarto, escenas de sexo, giros de las tramas, tensión y más, mucho más, todo ello tratado con una estética cuidada al detalle. No en vano, se nota que la serie surge del iderio creativo de dos escritores que poco o nada tienen que ver con el mundo del cine o la televisión: Jonathan Tropper y David Schickler.

El final de Banshee ha sido correcto, mucho menos arriesgado para lo que se podía esperar de una serie a la que parece importarle un pimiento lo que la crítica pueda pensar de ella. Mucho mérito hay que darle a una serie que desde el principio ha querido mostrar lo que le ha dado la gana, nada más y nada menos... Con el tiempo la echaremos de menos, pero hay que aplaudir que hayan tenido la valentía de darla por terminada y concluir todas las tramas. Sin ser un final espectacular es un final que cierra con un círculo perfecto una serie de 10.

Tráiler de la serie Banshee (Temporada 1)