Lo esencial es que los socialistas han perdido. El PP sube 558.000 votos y el PSOE baja 1.485.000. IU sube más de 200.000 pero dudo que aumente su poder político con ello. Irrumpe de pleno derecho UPyD, en algunas zonas, con un tercio de votos de IU y 100.000 más que el PNV. Y Bildu se encarama con 314.000 votos casi al nivel del PNV, para hacernos idea del avispero que se abre tengan en cuenta que suponen el doble de electores que los de HB.
a) El voto ha tenido un fortísimo componente global como era de esperar, general, la crisis sus errores de gestión, su falta de explicaciones de lo que se hacía y por qué, y la concepción ideológica global de pertenencia a la derecha han pesado más que nada en el comportamiento electoral. Como ya indiqué en anteriores análisis de la precampaña, lo local iba a quedar sumido en la avalancha de la crisis, de lo global. La concepción del mundo ha orientado y dirigido más a mayor número de personas que cualquier realización autonómica, alternativa o proyecto municipal.
b) El aspecto anterior ha sido dominado en mayor medida por la estrategia nacional del PP, aplicada en todos sus ámbitos durante toda la legislatura. Su evidente y clamorosa falta de proyectos y alternativas concretos jugaba en esta dirección, era su orientación electoral de mantener prietas las filas propias y dejar que las dificultades restaran a los adversarios, que francamente se lo han puesto muy fácil con los errores globales desde el Gobierno y desde el PSOE.
c) Del componente estrictamente local, en cada lugar parece destacable la pérdida del electorado PSOE, su arrastre por la crisis en una gran parte y quizás por la política municipal concreta en otra muy pequeña. El silencio como partido, junto con IU, durante los años anteriores ha sido mayúsculo. La acción política necesita de comunicación, no puede entenderse sin ella, (no confundir con publicidad de lo realizado). De poco sirve hacer muchas cosas si no son comprendidas, ni defendidas, porque pueden llegar a ser mayoritariamente no aceptadas.
d) La acción política para que sea tal tiene que contener dentro de ella la relación con la ciudadanía, con los mensajes a desarrollar dirigidos a encajar lo realizado en un conjunto. Cada acción concreta municipal hubiera requerido de un antes, durante y después de actividad de comunicación de los partidos que apoyaban la labor de gobierno.
e) El electorado socialista ha castigado a su partido, mientras que el electorado de derecha ha pasado olímpicamente de corrupciones. Este es un tema que llama la atención, parece cada día más claro que la ciudadanía de izquierda es capaz de plantar cara a sus partidos en algunos momentos, mientras que la ciudadanía de derecha parece necesitada de una regeneración entre sus filas que logre introducir mayor ética a su comportamiento. Valencia ha clamado a favor de la dirección del PP, y Madrid ha encumbrado al equipo Aguirre cuando están sumidos en el mayor caso de corrupción política y financiación ilegal de toda la democracia, muy superior al asunto Filesa.
f) Los electores y partidos de derecha tienen claro que el poder político es extremadamente útil para organizar y dirigir una sociedad, además de para hacer negocios, y ponen toda su imaginación y fuerza para conquistarlo. Lo cual no termina de estar claro entre la ciudadanía de izquierda que no llega a entender mayoritariamente la utilidad del poder político.
g) Sobre los indignados y sus concentraciones, que han logrado un papel protagonista en la campaña, decían los líderes del PP que con ellos no iba el asunto. En parte llevaban razón, parece que ha aumentado el rechazo al PSOE dejándolos a ellos al pairo, lo cual indica que el público de las concentraciones era más de izquierdas que de derechas. Otra vez la ética de la ciudadanía derechista queda separada, cuestionar la opacidad, corrupción, poca permeabilidad y sordera de los partidos importa más a unos que a otros.
h) Las elecciones han vuelto a mostrar que el mensaje de la derecha, además de claro para su público, tiene un conjunto de medios extraordinarios a su disposición para ser difundido. Prensa de pago, gratuitos múltiples, radios, teles autonómicas, locales, tdt y sus militantes, son agitadores y propagandistas constantes por los barrios y pueblos y por la red. Lo cual no es visible en número y capacidad a las fuerzas de izquierdas, cuyos partidos si desempeñan labores de gobierno local, carecen de fuerzas suficientes para apoyarlos desde la sociedad.
i) Los partidos de izquierda no tienen más remedio que modernizarse e introducir como objetivos inmediatos modificaciones en los medios, en los mensajes, en relaciones con la militancia y simpatizantes y ciudadanía, en el tratamiento de debates y toma de decisiones, en definitiva tienen que adaptar recomendaciones del pueblo indignado.