Análisis de sagas y trilogías: Resident Evil

Publicado el 09 junio 2011 por Cinefagos


A la espera de una quinta entrega he decidido hacer balance de la saga cinematográfica Resident Evil. La cual a su vez se basa un gran éxito consolero que también ha ido sufriendo modificaciones según avanzaban los años.

He de decir antes de nada, que tan sólo he conseguido acabar los dos últimos juegos. Resident Evil 4 para GameCube (más tarde apareció para PlaySation 2) y Resident Evil 5 en Xbox360 (también para PlayStation 3). ¿La razón? Pues ni más ni menos que por su acercamiento al arcade más puro y duro. Donde las balas acaban sobrándote y parece más un shooter que otra cosa. Eso no quita, por otra parte, que la saga de Resident Evil, en su versión consolera, haya acabado mutando y alejándose de sus orígenes. Eso, aunque luego explicaré cosas al respecto, me cabrea en cierta manera. Aunque como ya digo, a mí personalmente me han hecho un favor.

Hablaremos sobre Milla Jovovich, el cabreo de muchos de los fans al ver como han destrozado numerosas cosas de su juego favorito y también de si dicha actriz acabará jubilándose ejerciendo el papel de Alice.

Resident Evil fué un bombazo en su momento. En parte acabó siendo el precursor del género del Survival Horror en los píxeles debido a los momentos de alta tensión que poseía y a esos zombies que tan pocas veces -por no decir ninguna- habían dejado a los jugones con los pelos de punta. Una intro rodada con actores reales ya dejaba bien claro lo que nos encontraríamos una vez empezase el juego, susto tras susto y correr como alma que lleva el diablo. Personalmente creo que hablamos de esos videojuegos (al igual que hay películas que consiguen eso) trascendentales, que marcan un antes y un después. Dejando una estela en la cual se quieren agarrar no pocas compañías y acaban engendrando esos productos híbridos que desaparecen a las primeras de cambio o sobrevivien teniendo entidad propia.

En los primeros Resident Evil imperaban varias cosas. Por una parte la investigación. La resolución de puzzles (en Lara Croft ocurre tres cuartos de lo mismo) que llevaban al jugón a darse coscorrones en la pared o a recurrir a la guía de turno (normalmente regalada en las revistas dedicadas al mundo de los videojuegos). Pero había algo que me sacaba de quicio y que normalmente acababa desesperándome. Los tiempos de carga. Salías de una habitación y cuando entrabas en otra la cosa se paraba, veías la puerta abrirse y esos segundos -eternos para mí- hacían que la jugabilidad se resintiera. Como digo, una opinión muy personal que no por ello hace que vea de forma negativa a esta larguísima saga.

Ahora, parece que la cosa ha cambiado totalmente. Los zombies han dejado paso a los infectados. Cada día más extraños y metamorfoseados en monstruos dignos de la mente de Clive Barker. Los obstáculos -resolución de puzzles- son prácticamente inexistentes, las balas no escasean (antes había que andar con cuidado de no gastarlas innecesariamente) y al final la “esencia” se ha perdido tal y como comentan muchos de los fans de Leon Kennedy, Alice y compañía.

No voy a seguir hablando mucho más de los videojuegos, tan sólo comentar que la lista de entregas es enorme y ha demostrado que todavía le queda cuerda para rato. Así que las nuevas generaciones seguirán disparando a gente deformada debido al virus T (o como se llame en ese momento).

Resident Evil (2002)

Podía haber sido una de las grandes adaptaciones sobre un videojuego. La historia estaba allí, terror en estado puro y con un presupuesto medianamente digno la cosa habría acabado estupendamente. Con estas palabras no estoy diciendo que la película de Paul W. S. Anderson sea un desastre, pero sí que se desaprovecharon multitud de elementos que habrían sido tremendamente positivos. Aunque bien hay que decir que conforme avanza la saga la cosa va a peor. A muchísimo peor.

Anderson nos adentraba en el mundo de R. Evil de una forma eficaz. Metiendo a Milla Jovovich en la piel de Alice (personaje que interpretaría en las cuatro entregas que hay hasta el momento), una agente de seguridad con amnesia (algo siempre interesante por las incógnitas que se van resolviendo poco a poco) que deberá adentrarse en la corporación Umbrella.

He visto varias veces esta película, en parte porque es un entretenimiento donde la desconexión es inmediata. Y que queréis que os diga, me gusta ver a Jovovich repartir estopa (aunque en Ultravioleta acabé hastiado y cabreado). Llega a tener momentos de tensión, como cuando el virus se extiende y algunos grupos de personas acaban sufriendo dichos efectos (la escena del ascensor es buena muestra de ello), el pasillo con lásers cortantes es genial o la primera aparición de zombies atacando al grupo contención (con Michelle Rodríguez entre ellos). Incluso los perros mutados estan logrados y son fieles a lo que se vio en los juegos.

Otro elemento que se introdujo y que era bastante efectivo, fué el de la presencia del ordenador central. Heredero directo de Hall-9000 por su bordería y su manipulación. En esta ocasión encarnado por una niña con más mala uva que Nicolas Cage sin sus extensiones. Un gran acierto la verdad, sobre todo por su interacción con los personajes y los aprietos que provoca. Aunque bien habría que destacar que los humanos abren la Caja de Pandora y no ella.

Pero, y ese es un gran pero, no llega a provocar TERROR. Terror puro y duro. Ése que habría hecho que la película subiese muchísimos enteros. La acción (bien desarrollada en muchos momentos) llega a imperar por encima de ese sentimiento que sí desprendía el videojuego (aunque para mí Silent Hill superaba a Resident Evil en cuanto a sustos y asaltos al corazón). La actriz de origen ucraniano es prácticamente invencible (ya no digamos en posteriores entregas) y en ningun momento crees, o eso me pasó a mí, que vaya a sufrir un trágico destino. Con lo cual acabamos en un pequeño pecado que acaba volviéndose grande en las secuelas. Alice es Superman. El Superman de los zombies.  ¿Realmente la hemos visto en serios apuros?

Un horror para muchos. Enfado por la dirección de Paul W. S. Anderson. Y una afrenta en cierta manera a su videojuego favorito. Esos fueron muchas de las críticas que se vertieron en su momento. Yo la considero una película entretenida y con algunos momentos bien hechos que para sí los querrían muchas producciones que se reciben a bombo y platillo. Eso sí, fallos tiene, no se pueden negar. Ojalá se llegue en un futuro a hacer un “verdadero” Resident Evil donde el espectador no haga más que saltar de la butaca por los sustos y no por las patadas voladoras que se sucedan.

Resident Evil Apocalypse (2004)

Sólo se tuvimos que esperar dos años para que Alice volviese a las salas de cine. Si en la anterior entrega sólo sobrevivía ella y uno de los protagonistas (al cual se lo llevaban para seguir experimentando con él), aquí vemos como nuestra particular heroína acababa con una fuerza y una velocidad inusitada. De nuevo en pelotillas (tal y como aparece en la primera entrega) y quitándose multitud de cables y zarandajas que tenía en su cuerpo (sí también estaban haciendo experimentos varios con ella). Algo que por otra parte ya hace al final de la primera entrega. Así que se vuelve a rodar alguna escena más y a correr. Se sabía de antemano que algo pasaba y que las cosas no quedarían tranquilas. En Exintction nos lo explican. El virus se ha propagado y la empresa Umbrella no se anda con chiquitas. La ciudad queda en cuarentena (por no decir como campo de pruebas) y el que esté ahí dentro se las tendrá que apañar como pueda.

Un gozo para la vista es la presencia de Sienna Guillory (Eragon), interpretando a un personaje emblemático de la saga, Jill Valentine. Muy fiel, tanto por la vestimenta como por el físico, a lo que se pudo ver en los videojuegos. Lástima que en la película acabe eclipsada en cuanto Alice (Jovovich) hace acto de presencia. Pero claro, está en desventaja claramente ya que…

Alice juega en otra liga. Si ya comentaba en la anterior película que el personaje femenino parecía indestructible (aunque al fin y al cabo era tan humana como tú y como yo), ahora pasamos al siguiente nivel. Infectada (pero sobreviviendo sin mutar exteriormente) por el virus-T Alice se convierte en una superfémina de armas tomar. De ahí que su lucha con los Lickers acaba siendo rápida y eficaz a más no poder. Algo de lo que Jill no puede presumir en absoluto por los problemas que estaba teniendo con ellos.

Como las adaptaciones tienen que tener su base y respetarla (en cierta manera, claro está), aquí nos encontramos de nuevo con las manipulaciones de la empresa Umbrella y un personaje bien conocido por los fans. Hablo, como debería ser evidente, de Némesis. El pobre hombre que se lo habían llevado deprisa y corriendo en la anterior entrega para experimentar con él, acaba siendo una cosa más fea que un dolor y con la misma capacidad de correr que un caracol reumático (si llega a sprintar apaga y vámonos, que no se salva ni el apuntador).  En el videojuego -el tercero de la saga- este villano era indestructible. Más valía ahorrar la munición o lo que tuviésemos y no parar de correr. Es decir, podías frenarlo, pararlo, pero no vencerle o destruirlo. Precisamente esos momentos en los que aparecía eran los más tensos del juego. Si bien está perfectamente recreado en la película, le falta esa (de nuevo) angustia que producía.

La familia de Alice se va ampliando con nuevos personajes -sumados a la mencionada Jill-. Algunos no llegan a acabar esta aventura y otros seguirán de cara a la siguiente entrega.

Y es que Resident Evil Apocalypse (y esperad, esperad) acaba subiendo el nivel de acción de la anterior entrega, dejando a un nivel secundario (demasiado secundario) a esos muertos vivientes que tanto juego podrían -y deberían- haber dado. La película es entretenida (siendo condescendientes y sin tener mayores pretensiones cuando se hace su visionado) y su hora y media se pasa volando. Sin embargo, la saga -con esta película en su haber- seguía teniendo ampliando los errores que se deberían haber subsanado.

Resident Evil Extinction (2007)

Para muchos la mejor entrega. Yo la situaría empatada con la primera (ya que tiene algunos aciertos).  Aquí el pescado ya está vendido y el planeta Tierra está con una población zombie (o infectado, o como queráis llamarlo) abismalmente superior a la humana. Vamos, que quedamos poquitos y con fecha de caducidad inmediata.

El aire a lo Mad Max (o Road Movie ya puestos) es posiblemente lo más destacable y agradecido de la película. Si en la primera parte estábamos en un sitio cerrado (la corporación Umbrella), en la segunda nos situaban en una ciudad abierta, aquí no hay fronteras. Desierto y carretera serán los compañeros de Alice.

Ya de primeras vemos que algunos seres humanos tienen ese nombre por bien quedar. Trampas y canibalismo será el primer obstáculo de la heroína de la saga. Luego reunión con amigos perdidos y una aparición espectacular (con efecto digital de rigor, todo sea dicho) donde cientos de cuervos acaban bien chamuscaditos.

Un nuevo personaje de la saga aparece en la pantalla grande. Claire Reindfield, interpretada por Ali Larter. Pensaba que no podía darle menos vida a un personaje… hasta que volví a verla en la cuarta entrega. Una decepción, por mucho apocalipsis que haya a su alrededor. Planos, muy planos. Otro de los grandes lunares de la saga en la mayoría de los personajes que nos muestran.

Os hablaba de lo invencible que era Alice, ¿verdad?. Ríete tú si lo comparamos con lo que nos enseñan en esta tercera parte. Aquí se nos desvela que el personaje podría simpatizar tranquilamente con un grupo mutante que responde a la letra X. Poderes telekinéticos y todo lo que quieras. Una vez más los zombies son una excusa para crear alguna situación problemática (el típico hombre o mujer mordido que no dice nada y… bueno ya sabemos que ocurre siempre). No hay tensión, ni miedo (nuevamente). Resident Evil se asienta en las bases de la más pura y dura acción, dejando de lado cualquier atisbo de cambio. No podemos decir lo contrario simplemente por algún momento concreto. Eso sí, el científico -loco- es de lo mejorcito de la película. Un nuevo guiño para los fans.

Si hay algo que me llegó a sonrojar fué la pelea que desarrolla Alice (y otros colegas suyos) contra los zombies. Sí, esos que salen de unos contenedores enormes. ¿Se puede crear menos tensión? ¿desde cuando los zombies son casi expertos en kárate -o me lo pareció a mí-?

¿El final? Pues abierto, como en todas. Y cuando estrenen la quinta harán igual. Estas películas no son excesivamente caras y a poco que recauden cubren gastos y provocan ganancias. Así será todo hasta que llegue una que cree un déficit y la productora pase de arriesgar dinero en ellas.

Una cosita. Cuando ví a todas las Alice que empiezan a salir en los segundos finales, me dije “esto ya ha desvariado demasiado”. No, no estaba preparado para lo que vendría.

Resident Evil Afterlife (2010)

Mi primo me ha echado la bronca en más de una ocasión (él es fan de la saga, tanto consolera como cinematográfica) cuando hablamos sobre la cuarta entrega. Dice que me paso demasiado y que tampoco es una película de la cual tendría que esperar mucho de ella. Que da lo que promete (usease, acción sin ninguna pretensión) y poco (nada diría yo) más.

Ya en su momento hice la crítica de esta película y desde luego vomité todo lo que tenía decir sobre ella. Para mí (la volví a ver una segunda vez en blu-ray) un horror de principio a fin. Desde el minuto uno hasta el 97 (que a Dios gracias esta saga no suele durar más de hora media cada peli). Es una cúmulo de tonterías que me impide ser bueno con ella. Acepto que haya gente que le guste y encuentre valores que yo no hago, pero me es imposible decir algo positivo sobre ella. Bueno, quizás que los efectos especiales no esten del todo mal (aunque a veces cantan demasiado).

Sus excesivas cámaras lentas (insufribles), su total desprecio hacia esos caminantes sin vida que tantos buenos momentos podrían haber dado (de ahí que vaya de la mano con su versión consolera), dejándolos en un segundo o tercer plano, unos personajes estúpidos, prescindibles, absurdos y sin carisma (empezando por la protagonista y acabando por el que quieras) o algunas situaciones (diría que todas) que rozan el más absoluto de los ridículos (el plan que ha llevado a cabo el villano -y que explica al final- es sonrojante).

La saga está muerta a más no poder. Resident Evil se ha convertido en una burla hacia lo que se basaba. Por mucho que queramos buscar parelelismos con los últimos videojuegos. Mostrar al “tío la vara” (imagen de arriba) o a los infectados que abren la boca cuan vampiro de Blade II (vistos en Resident Evil 4 y 5) no significa mucho si el resumen de la película se puede mostrar con un simple adjetivo. TRUÑAZO. Así de simple y claro.

Desconozco si la quinta (y a este paso insufrible) entrega solventará una saga que está yendo a la deriva desde practicamente sus inicios, pero apostaría a que no. Volverán las cámaras lentas, los personajes idiotas y poco más. No no creo que me equivoque. Milla Jovovich empezo con 27 años esta saga y cuando estrenen el año que viene R.E. 5 (está en pre-producción) contará con casi 37 (los cumple en Diciembre). En diez años cinco entregas. Ríete tú de Stallone y Rocky.