Muchas cartas y muchas artes
Como buen amante de los juegos de cartas, mazos, y ante todo, de los combates con tintes roleros y estratégicos. No he podido dejar estos días de disfrutar de una nueva experiencia de este género de moda, para traeros el análisis de Soulvars.
Un juego que sorprende en ciertos factores bastante innovadores dentro del género. Siempre manteniendo unas bases solidas dentro de un género que se sabe trabajar. Llevándonos esta vez a combates frenéticos, muy divertidos, y llenos de posibilidades, que aportan una experiencia que esconde muchos más profundidad y detalles de lo que pueda parecer a primera vista.
Metiéndome ya de lleno en el análisis de Soulvars. Deciros que este es un juego de rol bastante particular y único, pero sin dejar a un lado la tendencia de los últimos años que es la personalización de barajas de cartas. Que en esta ocasión nos va a llevar a enfrentarnos a los desafiantes dominadores en un universo lleno de peligros y secretos.
Como ya os digo, el concepto base del juego radica en la construcción de mazos para el combate. Utilizando su sistema combinación de cartas conocido como soulbits. El cual se compone por más de cien artes disponibles, que nos permite elaborar estrategias infinitas. Donde iremos descubriendo como las habilidades del personaje determinarán las cartas disponibles, lo que añade una capa adicional a un juego que os va a sorprender por la profundidad que puede llegar a tener.
Ya dentro de su esquemático mundo. Como es normal, nos vamos a encontrar con cantidad de peligros, que nos van a dar a conocer a estos enemigos aberrantes conocidos como dominadores. Unos enemigos bastante variados de todo clase de tipo y tamaños, que nos va a acercar variadas batallas dinámicas con un equipo de tres personajes muy diferenciables, que nos llevan a enfrentarnos a enemigos con mecánicas particulares, ataques devastadores, efectos adversos, e incluso unas debilidades sobre la que podremos utilizar un sistema de burst que cancela su turno y te permite infligir un mayor daño. Teniendo que ser muy observador y analítico durante la contienda, y elegir sabiamente las cartas que utilizarás en cada turno.
"Mucho más profundo de lo que parece"
Todo ello, teniendo que tener muy en cuenta la habilidad de construir un mazo efectivo y adaptable a las diferentes situaciones que se presenten. Donde un nexo central, y una serie de habilidades mejorables al subir de nivel y progresar en el juego, desbloquearán esas nuevas cualidades que ampliarán tus opciones tácticas que te permitirán adaptarte a diferentes situaciones de combate. Todo ello aportando nuevos matices y cualidades necesarias para poder enfrentarnos con otro cariz a los diferentes seres que nos iremos encontrando.
Además de las batallas, podremos explorar la ciudad en busca de dominadores para desafiar. Una caza de dominadores que no solo nos brinda recompensas valiosas, sino que también te permitirá obtener equipamientos poderosos para mejorar nuestras habilidades y fortalecer nuestro mazo, como ya os he comentado en parte.
"Hay que saber analizar a cada enemigo"
Por cierto, la historia de Soulvars desarrolla en un futuro en el que las almas humanas pueden ser digitalizadas. Sin embargo, este avance tecnológico trajo consigo consecuencias nefastas, la aparición de los dominadores. Para contrarrestar esta amenaza, surgieron los portaalmas, humanos capaces de resistir los ataques de los dominadores y que poseen una segunda alma conocida como AltSoul. Te pondrás en la piel de Yakumo, un portaalmas encargado por la organización privada ODD de acabar con esta amenaza sin precedentes. Una historia con unas buenas bases, pero que se queda ahí estancada más como contexto que como hilo narrativo mucho más amplio en esta veintena de horas que puede durar como mínimo este particular juego.
APARTADO TÉCNICO
El apartado visuales tiene una estética pixel-art. Con un toque retro muy bien acabado. Donde destaca el buen trabajo realizado en cuanto a diseño, el colorido, y la fluidez de las animaciones. Aunque también es cierto que tiende a volverse algo monótono visualmente tras muchas repeticiones.
Tema a parte es su muy buen apartado sonoro. Donde destaca la genial musicalidad, y unos efectos bastante potentes. Todo ello acompañado con textos en español que se agradecen mucho.