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Análisis de Struggling – Miedo y asco en el Olimpo

Publicado el 24 septiembre 2021 por Jorge Farinós Ibáñez @Living_PS

Llega hasta nuestras consolas Struggling, un juego de plataformas 2D que está muy lejos de resultar fácil de definir. Uno de esos extraños títulos que no encaja en ningún molde. 

Análisis de Struggling – Miedo y asco en el Olimpo

Dos héroes; un anti-héroe

La delirante historia que nos cuenta (o más bien nos insinúa) Struggling, parte de la premisa de que el mundo cayó en desgracia antes de que dos héroes, Héctor y Aquiles de la mitología griega, vinieran al mundo. En un mundo miserable y en destrucción, los dos seres se han visto abocados a vivir en un mismo “cuerpo”, en una misma abominación llamada Troya, y que únicamente posee una cabeza compartida por ambos seres, y un par de brazos deshuesados: uno controlado por Héctor y otro por Aquiles. 

Con estas cuestionables armas, Troya pretende enfrentarse a los Antiguos Dioses (Old Gods) y restaurar un mundo en el que todo es sufrimiento y desgracias, lamentos y penurias, y que está repleto de retos y terribles enfrentamientos que superar. 

Análisis de Struggling – Miedo y asco en el Olimpo

Coordinación, físicas…

Si algo destaca por encima de todo en Struggling es su jugabilidad. Un juego de plataformas y puzles, cuyo protagonista es un ser compuesto únicamente de dos brazos anclados a una cabeza amorfa, o está bien planteado o naufraga. No hay medias tintas. Y el título, sin duda, logra su propósito con creces. 

El control de los brazos supone el 90% del apartado jugable. Un control que parte del uso de los sticks del mando para el movimiento (el izquierdo controla el brazo de Héctor y el derecho el brazo de Aquiles) y los gatillos, que  nos servirán para que las manos se agarren a cualquier superficie. También nos permitirán avanzar, coger y lanzar objetos, y un buen puñado de acciones más que irás descubriendo a medida que avanzas.

Si estamos jugando sólos, ya será un reto avanzar coordinando el movimiento entre el brazo izquierdo y el brazo derecho, teniendo en cuenta que tras algunas volteretas de Troya no coincidirá la posición con la de los sticks. Pero esto se vuelve aún más desafiante en el juego cooperativo, en el que cada jugador deberá controlar uno de los brazos. No hace falta decir el elevado nivel de coordinación que deberás conseguir con tu compañero . 

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e ingenio

Y es que toda habilidad será poca para superar los excelentes niveles diseñados en Struggling. Una suerte de intrincados túneles repletos de pústulas, ojos, carne macilenta, y todo tipo de extrañas criaturas que nos harán la vida imposible para lograr avanzar. Pero no todo es horror y asco, pues los desarrolladores se han guardado algunos momentos para sacarnos una sonrisa, ofreciéndonos niveles en los que nuestro deforme protagonista jugará en una especie de pinball, o conducirá una moto con sus maltrechos brazos.

Todo este aparente sinsentido se siente coherente cuando nos ponemos a los mandos. Y, extrañamente, resulta satisfactorio dar solución a cada puzle y reto que se nos plantea para llegar a un final incierto que en realidad nadie espera. 

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Mutaciones y evolución

Aunque comenzamos la aventura con la nada desdeñable capacidad de perder uno de los miembros a voluntad, y que vuelva a crecer (algo que se agradece cuando el extraño brazo queda atascado), el juego nos premia con algunas sorpresas.  Aunque la duración del juego sea de lo más ajustada, tiene tiempo para ofrecernos algún “giro de guión” jugable. 

En un par de ocasiones durante nuestro avance, obtendremos la posibilidad de utilizar nuestras extremidades de forma imaginativa por medio de unas oportunas mutaciones. No queremos destriparos el modo en el que lo hace, pues sin duda es parte de la gracia del juego, pero os aseguramos que resulta un cambio de lo más refrescante tras algunas horas de juego.

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Un apartado técnico inquietante

Todo en Struggling está pensado para hacerte sentir incómodo. Aunque sospechamos que la brutal carga de vísceras, deformidades, sangre y bilis hicieron optar a los diseñadores por unos gráficos de aspecto cartoon que suavizaran algo el impacto visual. 

Al mismo tiempo el sonido subraya cada choque carnoso, cada flatulencia producida por el propio escenario o los personajes, en un conjunto en el que la música no aparece, dejando todo el protagonismo a los sonidos más incómodos e inquietantes. Quizá el “peor”, los continuos quejidos y chillidos del propio Troya cada vez que le obligamos a estirarse, contraerse o caer por cualquier desnivel cárnico. Toda una experiencia. 

Análisis de Struggling – Miedo y asco en el Olimpo

Conclusiones

Struggling es un juego realmente desagradable. Gamberro y desagradable. Pero también es un juego francamente divertido, desafiante y bien implementado dentro de su sencillez. Todo en él te llevará a sentimientos encontrados. Su dificultad puede llegar a frustrarte, pero sin duda alguna es una de sus grandes bazas. Su corta duración, quizá su defecto más objetivo, se ve atenuado por lo exigente de su jugabilidad y el bajo precio del título.

Jugabilidad - 85%
Gráficos - 70%
Sonido - 60%

72%

Struggling no te dejará indiferente. A pesar de las primeras sensaciones te recomendamos encarecidamente que le des una oportunidad a su decadente sentido del humor y a sus locas mecánicas. Y si quieres saber lo que es sufrir, intenta pasártelo con un compañero. ¡Suerte con vuestra relación!

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