Análisis de ventas: radiografía del negocio

Por Spb

La importancia del análisis de ventas en peluquería se refleja en una realidad aplicable a toda actividad: lo que no se mide, no se puede mejorar. En una peluquería, como en cualquier empresa, llevar el registro de caja y la facturación al día, aporta un conocimiento concreto del negocio que posibilita la acertada toma de decisiones para mejorar la rentabilidad.

Partiendo de que este registro se realiza y se mantiene actualizado, es vital no perderse entre los números; sabemos que el profesional dispone de muy poco tiempo para la gestión de su peluquería y pretender analizarlo todo no sólo es un error, sino una tarea irrealizable; la clave es contar con un cuadro de mando; una tabla o gráfico donde se recogen los principales índices a estudiar y que va a ayudar al profesional a disponer de una radiografía del negocio y de las ventas en una primera vista.

Algunos de estos aspectos básicos serían:

Venta semanal por días. Aunque la propia experiencia aporta un conocimiento aproximado sobre cuáles son los días más fuertes y más flojos de la semana, este dato permite analizarlo de forma más pormenorizada, valorando la conveniencia de realizar acciones comerciales en determinados días y observando posteriormente su impacto en los resultados.

Las ventas mensuales expresan la estacionalidad del negocio en el volumen total de facturación de la peluquería, marcando el calendario de temporada alta-media-baja. Esto los permite tomar iniciativas dirigidas a estabilizar las ventas en unos mínimos durante todo el año.

Tener una visión de las ventas mensuales por empleado implica poner el acento en la competitividad de los profesionales, fomentar el liderazgo, el trabajo en equipo y su cohesión en torno a los objetivos generales.

El volumen de ventas anuales nos permite evaluar la progresión del negocio de peluquería, haciendo comparativa con años anteriores, y realizar previsiones de futuro a corto y medio plazo.

Disponer de un cuadro con estos datos cada mes en torno a los que pararse y valorar, implica para el profesional un importante avance en la gestión de la peluquería. No sólo por el conocimiento concreto que implica de sus puntos fuertes y sus puntos débiles, sino porque le va a permitir desplegar distintas acciones e iniciativas en respuesta a los problemas que va detectando, avanzando en los objetivos.