Que el juego haya tenido mejor acogida que la mayoría de Dinasty Warriors no es por casualidad, los desarrolladores han sido muy inteligentes a la hora de meter elementos típicos de la saga del elfo en las mecánicas habituales del "mata-mata" japones por excelencia. Así que bajo la premisa del típico "musou", en la que básicamente tienes que acabar con cientos y cientos de enemigos a golpes mediante sencillos pero devastadores combos, mientras además vas capturando zonas del escenario, nos encontramos abriendo cofres, consiguiendo corazones extras, buscando escurridizas "skulltulas" por los escenarios... Y no solo eso, algunos de los items mas emblemáticos de la saga de Nintendo están muy bien representados en el juego, bombas, boomerangs, arco, gancho lanzable... incluso las geniales bombchus... En ningún momento sientes que estés jugando con un Zelda, pero al mismo tiempo te sientes muy cómodo entre toda la iconografía de la serie si eres fan de la misma.
Pero que conste que lo que te agarra al juego no es estar en el universo Zelda ni descubrir que Impa es mas poderosa que He-Man fusionado con Goku y Superman. Lo que te agarra al juego es la increíble capacidad de adicción que genera el destrozar hordas y hordas de enemigos sin despeinarte y sin apenas haber desayunado. Hay cierta y perversa satisfacción en los videojuegos que te hacen parecer invencible, quizás sea porque simplemente te permiten desconectar con facilidad y dejar el tiempo pasar mientras haces volar a decenas de enemigos sin parar dejando un reguero de destrucción y muerte tras de ti. Es cierto que el juego carece de cualquier tipo de complegidad mecánica y con usar apenas dos botones eres el Rey del lugar, pero es que en muchas ocasiones en la sencillez está al virtud, los musou no pretenden competir con otros hack & slash como pueda ser Bayonetta, son un concepto distinto, más accesible y con otras aspiraciones.
El caso es que casi todo en Hyrule Warriors está bien, incluso el sistema de desarrollo de personajes, dividido en tres ramas repletas de "insignias" que debemos desbloquear encontrando ciertos elementos, incide de manera positiva tanto en la experiencia de juego como en la rejugabilidad. Al igual que el sistema de mejora de armas, mezclando los elementos de las mismas hasta lograr multiplicar su poder, y el propio elenco de personajes realmente variado, no solo en número, si no en el propio manejo de los mismos. No es igual usar al brutal pero algo tosco Ganondorf que a la "grácil" pero espectacular hechicera Lana, a poco que echéis unas partidas os encontraréis con que habrá personajes que se adapten mucho mejor a tu estilo de juego que otros y eso es algo muy de agradecer. Sobretodo porque aunque en el modo Leyenda (la campaña principal) más o menos te imponen un determinado personaje por escenario en los otros modos puedes ir más a tu aire, y a veces puede cambiar mucho el llevar a según que héroe o villano.
Y para hacer de nexo de unión de todas las realidades del universo Zelda nos encontramos con un argumento algo absurdo pero que al final funciona bien como excusa. Una hechicera ultrajamelga, digna de un Dead or Alive, se obsesiona tanto con Link y su alma que la lía pardísima abriendo portales a todas las lineas temporales de la saga, trayendo con ello a personajes y enemigos. Así visitaremos escenarios de Ocarina of Time, Skyward Sword y Twilight Princess en los que recordaremos viejas hazañas a los mandos de nuestras queridas consolas de Nintendo. Puede ser que no se sostenga demasiado, pero es un gustazo volver a dar de hostias al desgraciado de Grahim o volver a luchar codo con codo con la mordaz pero nunca suficientemente aplaudida Midna. Es cierto que podrían haber explotado la propia linea temporal creada sin necesidad de recurrir a los clásicos de Nintendo pero oye... el fanservice bien entendido no siempre tiene porque ser malo.
El único elemento que no me parece a la altura de un capítulo de pleno derecho de la saga es el visual. Si bien los personajes principales mantienen un buen aspecto (sobretodo las femeninas, que hablamos de Tecmo) tanto escenarios como enemigos parecen sacados de un par de generaciones atrás. Entiendo que un juego con tanta carga de enemigos como este necesita ciertos sacrificios para lograr una estabilidad y que el framerate no acabe afectando a la jugabilidad, pero oye ya que trabajas con Nintendo en una de sus franquicias creo que se podría haber explotado de mejor manera la capacidad técnica de Wii U. No es que sea ni mucho menos un tema de mayor importancia, pero al final es lo que te entra por los ojos y a un hardware con apenas dos años de vida hay que exigirle un poquito más, no demasiado, pero si un poquito. Por otro lado lo que si me parece brutal es la OST, con unos arreglos que han conseguido incluso que un tema como Ballad of the Goddess tenga su sitio en un juego de acción, simplemente genial.
En definitiva Hyrule Warriors es un juego que sorprenderá a más de uno de los que arqueraon la ceja, funciona bien como musou y es un spin-off respetuoso de la saga Zelda. No es el juego por el que te querrás comprar una Wii U pero si ya la tienes es uno de esos títulos que sin ser AAA le hacen muy bien al catálogo de cualquier consola. Eso sí, si no te gustan los Dinasty Warriors en absoluto no te acerques por mucho que te atraiga el universo Zelda, Te llevarás un chasco.