La última alternativa humana
Más que bien medido, totalmente controlado y, llevado a límites de perfeccionamiento extremo está el mal llamado concepto metroidvania. Con obras de todo tipo y características, que hacen que sea una tipología de aventura muy gratificante y adictiva. Y a la que si además le añadimos la magia artística que tienen ciertos estudios, termina saliendo a la luz obras tras interesante cómo está que os traigo en este análisis bajo el nombre de Itorah. Un proyecto que bajo la firma del estudio Grimbart Tales, me ha parecido una obra realmente satisfactoria, que consigue enamorar y, y que te deja con ganas de seguir viendo que otras sorpresas, a la altura de esta, nos traerá este género en seguros futuros juegos.
SIN SALIR DEL ESQUEMADesde el punto de vista jugable he encontrado con un producto sólido y con bases muy claras. Y es que Itorah es un metroidvania de concepto realmente clásico. Cosa que consigue hacer que prácticamente cualquier mecánica pase por ser más que conocida por los amantes del género. Y la progresión y avance dentro de este le suceda por igual. Cosa que puede que suponga también un lastre a los que ya llevan muchas horas dentro de este subgénero aventurero.
Ya entrando más en el juego. Lo primero que tengo que subrayar es el manejo o control de esta obra. Y es que este se goza por lo bien implementado, explicado, preciso, y ágil que puede llegar a ser. Reaccionando a la perfección tanto a nivel de movilidad, como en momentos de acción. Y donde los saltos, las esquivas, o los golpeos se varios tipos se coordinan casi de forma inconsciente.
Por otro lado, os tengo que hablar del buen, y siempre importante, diseño de escenarios que posee. Donde la clásica concepción de ir desbloqueando zonas a medida que vamos adquiriendo habilidades concuerda perfectamente con este diseño. Haciéndose en todo momento claro y accesible. Donde perderse será casi imposible. Y que permite algunos desvíos, encontrando en ellos algunos secretos en forma de cofres que ampliarán un poco el concepto de exploración de estos. Y que nos recompensará con joyas de varios tipos, al igual que los enemigos, que nos servirán como moneda de cambio para mejorar a nuestro personaje.
Por cierto, Un mundo que se plantea de forma abierta. Y donde una serie de misiones bien especificadas nos llevará de un lado a otro de forma ágil y eficiente. Encontrado en nuestro camino zonas de plataformeo por momentos algo exigentes. Donde las trampas, los objetos móviles, o los momentos de habilidad se plantean de forma inteligente. Uniéndose a un buen número de enemigos de variados tipos y mecánica, entre los que destacan algunos jefes muy bien planteados o momentos de frenéticas huidas. Y donde la colocación de hogueras como puntos de control, agiliza la aparicion tras las pocas muertes que sufriremos.
Por último, como y ya os he nombrado, no podían faltar las posibilidades de mejora de nuestro personaje. Siendo sencillas mediante la entrega de esas joyas que iremos encontrando. Y basándose principalmente en; mejorar la vida, las posibilidades de regeneración de esta, y una barra de resistencia, que forma parte de un pequeños desgaste que tenemos que gestionar al hacer ciertos movimientos como golpes potentes o esquivas.
La parte narrativa es otro punto curioso del juego ,pero que por desgracia no todo lo bien conectado y consistente que debiese. Planteando un mundo muy curioso, una humana de lo más especial, y una corrupción que está haciendo estragos, y que esconde un misterio que se irá descubriendo de forma muy progresiva, eso si aunque con ciertas lagunas de guion que cuesta enlazar demasiadas dudas.
Es un juego realmente fácil y poco exigente. Y es que más allá de cierto pequeño repunte, especialmente en las plataformas, la aventura se vuelve un paseo de no más de una docena de horas. Por otro lado, a nivel narrativo, y especialmente de guion, podría dar mucho más de si, ya que base y universo hay, la cosa es desarrollarlo.
Como ya os he comentado. Puede que para muchos conceptualmente sea demasiado poco innovador. Con mecánicas que pese a ser variadas nunca terminan de sorprender.