A la hora de enfrentarme a un análisis de Game of Thrones, siempre trato de ser lo más objetiva posible y distanciarme, en la medida de lo posible, de la comparación con los libros. Y es que, por mucho que le pese a los lectores más puristas, Juego de Tronos, la serie de TV, es eso: una adaptación. Una adaptación que, si bien, ha sido realmente fiel en las primeras temporadas (principalmente en la primera) ha ido evolucionando a medida que avanzaba la trama. Y para muestra, un botón: el capítulo de esta semana, OathKeeper, o Guardajuramentos para los que prefieren la versión en español, ha sido objeto de grandes libertades creativas que, al menos a la que suscribe, le han gustado. Porque, si ya sabemos todo lo que va a pasar ¿dónde queda la emoción?
Comparaciones aparte, nos enfrentamos hoy con un episodio de transición (sí, otro más), que nos invita a situar en el tablero a esas fichas protagonistas del juego de tronos que es la serie y que nos deja adivinar qué deparará el destino a cada personaje. No cabía esperar menos después de un capítulo que nos dejó a todos trastocados nada más empezar la temporada (no nos van a poner todo lo bueno del tirón). Pero dejémonos de divagar y, adentrémonos, con muchos spoilers, a ver qué ha pasado en Guardajuramentos. Quedan todos invitados.
Más allá del Mar Angosto
Desembarco del Rey
Mientras tanto, en la capital de los Sietes Reinos, la vida sigue su curso. Como dicen en el mundo del espectáculo, “the show must go on“, y el primero en hacer gala de esta hermosa frase no es otro que Lord Tywin Lannister. Consciente de el Trono de Hierro lo ocupará ahora el pequeño Tommen (fruto también del incesto entre Jaime y Cersei), no tarda en ponerse manos a la obra para formar al pequeño sin darle un minuto de luto a la inconsolable madre. Y es que, esta vez, nos encontramos ante un chico maleable y que representa todo aquello que su hermano repudiaba. Y, claro, ¡habrá que aprovecharse!
Rumbo al Valle de Arryn
En medio del océano, rumbo al valle, nos encontramos a Sansa, que sigue muy bien acompañada. Lord Petyr Baelish le ha desvelado ya sus intenciones: va a casarse con su tía Lysa (la hermana de Catelyn) y juntos la protegerán. Sin embargo, ése no es el mayor secreto que tiene que desvelar Meñique. Después de que Sansa le acusara de acabar con la vida del difunto rey, su futuro tía niega cualquier tipo de implicación directa. Eso sí, tuvo mucho que ver pero menos que la última persona que pueda Sansa imaginar. Y es que la reina de la Espinas, Lady Olenna, ha estado más implicada en la trama que lo que todos sospechábamos haciendo gala de una astucia e intrigas a la altura del personaje que representa.
El Muro
Así las cosas, no es de extrañar que, precisamente, Bran y sus compañeros sean apresados en la Guarida de Craster precisamente a pocas horas de que Jon marche para allá. Pero ojo, los hermanos negros corruptos no son los únicos enemigos del tullido y sus amigos. Entre los hombres que acompañan a Nieve en su misión, se encuentra Locke: un recién llegado, espía de Lord Bolton cuyo objetivo es acabar con la vida de todos los Stark que quedan, con bastardo incluido. Y es en este punto donde los lectores de los libros se pueden llevar las manos a cabeza y gritar. Pero, ¡tranquilos! Seguro que lo que viene es bueno… ¡Oh, gracias, queridos guionistas por hacer menos soporífera la trama de Bran y darle algo de emoción! ¡Gracias, gracias, gracias!
Sin embargo, eso no es todo lo que pasa más allá del muro. En las inmediaciones de esa horrible guarida, un bebé varón, hijo de una de las mujeres de Craster, es abandonado a su suerte. Su llanto se pierde en la oscuridad mientras su aliento se hace visible por culpa del frío. Pero no está solo. Una figura fantasmagórica que desprende luz a pesar de la negrura de la noche hace aparición. A lomos de un caballo muerto, un caminante blanco recoge a la criatura para depositarla en un altar donde otro ser la toma entre sus brazos. Como si de la muerte se tratara, con un solo roce, hace que la tierna mirada del último hijo de Craster se torne fría y azul como la suya.
Y con esto, finaliza el cuarto episodio de la cuarta temporada de Game of Thrones. Un episodio que ha encantado a los telespectadores pero que ha defraudado a muchos lectores. Pero hagámonos una pregunta: ¿cuál es el objetivo de los guionistas al introducir todos estos cambios? Yo no lo sé pero, desde luego, lo aprecio. Nada mejor que esperar con ganas a que llegue la semana que viene para averiguar, por fin, qué va a pasar. ¡Intriga, te echábamos de menos!