Análisis: Mortal Kombat

Publicado el 14 diciembre 2011 por Portalgameover

Hay sagas que llevan años en decadencia y otras cuyo cadáver es arrastrado, sistemáticamente, por el fango, en busca del fan nostálgico que pague por un producto mediocre basado tangencialmente en aquel juego o juegos que tanto le gustaba.

Un ejemplo perfecto es Mortal Kombat.

Mortal Kombat // NetherRealm Studios - Warner // Xbox 360 - PS3

Me encanta Mortal Kombat, ¡me apasiona!

Jugaba como un loco a la recreativa y jugué a la segunda parte hasta hacerme callos en las manos con la versión de PC. Su tercera parte no me gustó, por aquello de la barra de energía para correr y los combos, pues aunque era un juego fiel a los anteriores, añadía una complejidad que no estaba dispuesto a aceptar.

Y sí, no soy bueno con los juegos de lucha y no juego online porque no quiero que un maldito preadolescente de Luisianna me oiga llorar por el Live tras destrozarme al Street Fighter IV.
Me gustan los juegos asequibles que no requieren una maestría digital digna de Lupin III.

Y por eso amo Mortal Kombat, por su estilo de juego accesible y, sobre todo, por su trasfondo y personajes.

Seamos sinceros: la idea de que el destino de la humanidad se decida en un torneo en el que participan ninjas, una estrella de cine1, monjes Shaolin, militares, mercenarios o ¡el puto dios del trueno! es algo que no me cabe en la cabeza de lo que mola. Y si encima, esos personajes tienen historias entre ellos como que la militar va persiguiendo al mercenario o un ninja se quiere vengar porque el otro mató a su familia, la cosa ya se sale de la escala.
Pero vayamos más allá y añadamos una jugabilidad fabulosa y un nivel de gore nunca visto, pero de una forma tan exagerada y grotesca que es hilarante.

¿Cómo no iba a salir de ahí un juego de lucha absolutamente épico?

Monjes shaolin, ninjas cyborgs. Lo tiene todo.

Y Mortal Kombat fue un título delicioso para muchos de nosotros, y la segunda parte aún mejor y más grande. De la tercera podemos discutir, pero al menos era honrado y mantenía su esencia intacta.
Pero entonces llegó el 3D. El maldito 3D.

Mortal Kombat 4 sufrió lo que tantos y tantos juegos de la época: un paso al 3D porque sí, porque, en aquel momento, alguien decidió que si un juego no era 3D, estaba abocado al fracaso. Personalmente espero que aquella persona haya muerto dolorosamente, porque el montón de basura que era Mortal Kombat 4 no es explicable.

Así la saga cayó en un pozo, cada vez más hondo y nauseabundo provocado por el intento fallido de innovar un producto que ya funcionaba. Cosas como Mortal Kombat: Special Forces dejaron claro que la defunción de la franquicia era un hecho a pesar de los intentos de insuflarle oxígeno mediante Alliance y Deception, que no satisficieron a los ingenuos fans, ni con el modo Konquista en el que recorríamos el mundo realizando todo tipo de quest…
Toda conversación acababa a mamporros…

En serio, ¿quién pensó que si juego Mortal Kombat quiero explorar el mundo? Yo he venido a sacarle la columna por la traquea a alguien, coño.

Regla dolorosa en 3, 2, 1...

Afortunadamente, este año hemos visto como el fénix resurgía de sus cenizas, alzándose orgulloso y brillante. Siempre y cuando sustituyamos fénix por cadáver violado repetidas veces y cenizas por mierda de gorrino.

Mortal Kombat, pues así se llama esta nueva versión, es un reboot de la serie, de esos tan de moda últimamente y hay que decir que está muy, muy bien hecho.

Para empezar, fuera todos los personajes basurientos añadidos en la etapa 3D2. Fuera también toda esa basura de babalities, animalities y demás zarandajas que no añaden nada al producto; al carajo el modo Konquista, demonios, que ésto es un juego de lucha y como tal debe ser.
Y sobre todo y ante todo, fuera la lucha en 3D. Mortal Kombat es un juego de lucha 2D con gráficos 3D.

Por fin lo han entendido.

El juego vuelve a sus orígenes y lo hace como debe ser. Los combates se sienten exactamente igual que en Mortal Kombat II y los personajes y escenarios son los de los primeros juegos. Volver al patio del templo, al bosque encantado o a la armería, resulta fantástico porque ha cambiado la tecnología, pero no la esencia, y se aprecia el cuidado por recrear aquellos espacios de combate de antaño.

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El combate se desarrolla exactamente igual que en los primeros Mortal Kombat, con la excepción provocada por la aparición de una barra que se irá llenando según provoquemos y recibamos daño. Dicha barra, de tres etapas sirve para dos cosas. Gastar una de las etapas nos sirve para bien romper el ataque al oponente o realizar nosotros uno potenciado.
Pero el arte, la salsa, es lanzar el superataque que nos proporciona la barra completa.

Y en eso acierta de nuevo el juego:  Mortal Kombat no debe ser un juego complicado: bastará con presionar los dos gatillos a la vez para que lancemos un ataque que destrozará al oponente en una secuencia a cámara lenta y con rayos X en la que disfrutaremos de las roturas de hueso más tremebundas y con mejor sonido que hayamos visto.
En serio, la epidermis de ave de corral.

También se añade la posibilidad de luchas 2 vs 2, con los consabidos movimientos especiales de entrada y de compañero, pero no aportan nada, más allá de algunos combates de interés en el modo historia.

Pero no nos olvidemos de los personajes. Volvemos a los clásicos de la saga, incorporando alguno de la etapa posterior, como Quan Chi. Pero uno de los grandes méritos del título es un modo historia en el que vemos la historia de la saga, desde el puno de vista de varios personajes. Pero no asustarse, porque aquí la trama trascurre como debe: a ostias. Todo se reduce a una secuencias enlazadas de “cutscene – pelea – cutscene” que sirven para llevarnos a través del torneo, al enfrentamiento con Shao Khan y a la invasión de la tierra por los Mundos Exteriores.

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Ésto sirve, por un lado, para aprender a usar a los personajes, de los que tenemos el listado de movimientos en el menú de pausa, y por otro para explicar el origen de muchos de ellos, como Mileena, Sektor o Stryker y, sobre todo, para explicarnos quién es quién y dar un trasfondo a los luchadores, ganando así el juego en carisma bastante.

En cuanto a los modos, como es obvio, tenemos el arcade clásico, donde avanzamos por el torneo hasta hacernos con el título, modo de exhibición, así como el consabido modo multijugador3 y otros como la Torre, que es una sucesión de desafíos de dificultad progresiva y que nos reportarán jugosas monedas para desbloquear ítems del juego.
Pero mi favorito es el modo Test your Luck4, donde una ruleta de tragaperras determinará al inicio del combate las condiciones del mismo. Os aseguro que un combate con la pantalla invertida y en modo psicodélico mientras intentas acabar con un rival es lo más delirante que he visto en un juego de lucha.

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Las citadas monedas, que iremos ganando a lo largo del juego sirven para desbloquear ítems en la Kripta, ya presente en títulos anteriores, pero esta vez mejor ideado, al ser menos personajes y ser un juego destinado al fanservice más puro. El desbloqueo de trajes alternativos o fatalities extra para los personajes es un verdadero vicio y aporta mucha emoción. Por supuesto, otras cosas, como personajes secretos, se desbloquean jugando.
Como debe ser.

Resumiendo mucho, podemos decir que Mortal Kombat es una vuelta a los orígenes que hacía mucha falta teniendo en cuenta por lo que ha pasado un título tan emblemático. Por fin se hace justicia, y por fin tenemos el Mortal Kombat que hacía falta. Y sí, peca de lo que todos los Mortal Kombat, de no tomarse en serio a sí mismo en algún momento, pero para mí eso es una virtud.
Es puro placer para el fan, que verá mil referencias en el juego y reconocerá todos y cada uno de los elementos, pero es, en sí mismo, un juego sólido y disfrutable por cualquiera.