Hace ya más de una década Hideki Kamiya firmaría el que se convertiría en una de las obras de culto más queridas aún hoy en la actualidad. Ōkami llegaría a una ya anciana PlayStation 2, aportando a su catálogo otra de las obras más queridas de la exitosa sobremesa de Sony, además de otra de las claras muestras con las que los defensores del medio podemos ampararnos para afirmar rotundamente que los videojuegos sí pueden llegar a ser arte.
No en vano esta obra de Clover Studios (de cuyas cenizas resurgiría más tarde el reconocido estudio Platinum Games) rezuma arte en absolutamente todos sus aspectos, y esta remasterización que recientemente ha llegado a nuestras PlayStation 4 continúa haciéndolo a pesar de sus errores y ausencias.
Por último, antes de comenzar con nuestras impresiones, debemos destacar que el influyente lanzamiento ha recibido ya algunas otras remasterizaciones que han permitido jugarlo en la no tan antigua PlayStation 3, una plataforma que permitió al título deslumbrar aún más en su apartado artístico dando el salto de una resolución propia de hace una década a los 1080p. Esto también es una carencia que encontramos al Ōkami HD de PlayStation 4, pues el salto gráfico no se nos antoja tan revolucionario como el de su antecesor a pesar de ser compatible con la resolución 4K (solamente para aquellos que puedan disfrutarlo desde una PlayStation 4 Pro, claro está).
Un largo y disfrutable viaje repleto de folklore japonés
Y sin más preámbulos comenzaremos a detallaros las impresiones que esta obra nos ha dejado, como siempre comenzando por su historia. Ōkami HD inicia una larga aventura no sin antes relatarnos los acontecimientos que llevaron a Nagi, un valiente guerrero, y a Shiranui, un dios protector que adopta la forma de una loba, a enfrentarse al demonio de ocho cabezas Orochi para finalmente y tras una dura batalla lograr sellarlo bajo la espada del primero. Cien años después, cuando esta historia tan solo parece un cuento de hadas, un insolente y despreocupado descendiente de Nagi rompe el sello liberando de nuevo a la bestia, condenando así a la oscuridad a todo Nippon.
Aquí es donde llega el momento del jugador, que toma el control de la diosa del sol Amaterasu encarnándose ésta y dándole vida a la estatua conmemorativa de Shiranui. A partir de ahí, Amaterasu deberá encomendarse a la tarea de devolver el color y la vida a Nippon y enfrentarse a los peligros y enemigos que le depare el largo viaje que deberá recorrer para ello.
A lo largo de la aventura, además, deberá reunir los dones repartidos por todo el camino que le otorgarán otros dioses nacidos de la propia Amaterasu y que podrán hallarse tras las constelaciones que los representan. Estos dones harán las veces también de habilidades que permitirán a los jugadores atravesar caminos o resolver puzles que antes hubiera sido imposible, aunque no ahondaremos más en este apartado por ahora.
El largo viaje de Amaterasu se convertirá en una experiencia mucho más liviana gracias a la compañía de Issun, un bicho de lo más parlanchín que también es artista y que tomará el papel de “Pepito Grillo” guiando y dando consejos a la diosa, además de convertirse en su traductor en la mayor parte de las conversaciones ya que el resto de personajes no hablarán directamente con la que ellos suponen que es una simple loba.
Sin embargo, el extraño acompañante no será el único personaje que los jugadores encontrarán a lo largo de la aventura, aunque sí el más recurrente, por supuesto. El viaje también les brindará la oportunidad de descubrir algunas historias “secundarias” mientras conocen y ayudan al resto de los personajes que pueblan el universo de Ōkami HD, ayudando así a enriquecer al mismo llenándolo de vida y de posibilidades de lo más interesantes. Si bien es cierto que la historia principal puede sonarnos poco original, debemos tener en cuenta que el título es en sí toda una sucesión de homenajes al folklore japonés incluyendo leyendas antiguas en las cuales se ha inspirado enormemente.
Una aventura de la vieja escuela aderezada con el combate propio de los que más tarde se convertirían en Platinum Games
A nivel jugable el título nos presenta un esquema clásico de videojuego de aventura. El mapa de Nippon que compone el juego se encuentra dividido en diferentes niveles separados entre sí generalmente por puzles que no podremos resolver hasta haber conseguido cierta habilidad (como los ya mencionados dones). Cada uno de estos niveles actúa, además, como un pequeño mundo abierto que nos permitirá explorar a nuestro antojo para tener así la oportunidad de descubrir secretos, hablar con los personajes o enfrentarnos a los enemigos que allí se encuentren.
Una vez limpiado un nivel de la corrupción de Orochi y conseguidos los requisitos necesarios ya estaremos listos para continuar al siguiente nivel y hacer lo propio. Sin embargo, esta fórmula se rompe gracias a ciertas habilidades que nos permitirán descubrir secretos y caminos de zonas anteriores, ofreciéndonos un nuevo nivel de exploración que le sienta de maravilla a la experiencia.
Y si bien es cierto que la fórmula anteriormente mencionada no es nada nuevo en la industria, ni siquiera cuando salió el título a la venta 11 años atrás, es posible que muchos de vosotros la hayáis asociado ya directamente a una de las más reconocibles franquicias que más se ha valido de ella. No es ningún secreto a estas alturas que Kamiya se inspiró en la saga The Legend of Zelda para crear el título que hoy nos ocupa, añadiendo a la receta el ya citado folklore japonés y muchas novedades que el director convirtió en su marca personal otorgándole así una personalidad única y cautivadora.
Ya hemos comentado anteriormente que a lo largo de la aventura tendremos que vérnoslas con diferentes enemigos. Las batallas de Ōkami HD se llevarán a cabo en secciones muy reducidas del mapa con un estilo de juego dinámico y adictivo afín al hack and slash cuya curva de dificultad nos ha parecido de lo más correcta, ofreciéndonos combates muy simples al principio pero que irán ganando complejidad conforme avancemos en el camino de Amaterasu. Aunque en estos momentos las batallas que nos presenta el juego no nos parezcan ya todo lo impresionantes que fueron cuando el título vio la luz, debemos tener de nuevo en cuenta el tiempo transcurrido desde entonces, y que éstas se convertirían más tarde en los primeros pasos de Kamiya y de los que más tarde se convertirían en los miembros de Platinum Games para ofrecernos sus más recientes trabajos. Ello queda más que demostrado en la rápida acción de los combates, en el gran trabajo realizado en el diseño de los enemigos (sobre todo en el de los jefes) y en la impecable jugabilidad.
No podemos finalizar nuestro breve vistazo al aspecto jugable de Ōkami HD sin hacer una especial mención al Pincel Celestial. Esta se convierte en una de las mecánicas más importantes a lo largo de todo el juego: será nuestra herramienta principal a la hora de resolver los puzles que separan las zonas o que ocultan los secretos (recomponiendo un puente roto pintándolo de nuevo, por poner algún ejemplo de los más básicos), además de ser una más que eficaz herramienta que podremos y deberemos utilizar durante los combates. De esta forma se ha convertido al pincel tanto en llave como en arma, dejando que sean las manos de los jugadores las que interactúen directamente con el juego. En la anterior remasterización llegada para PlayStation 3, esta mecánica ofrecía la posibilidad de utilizar el control Move para facilitar la sensación de inmersión del jugador aunque para la nueva versión de PlayStation 4 debemos conformarnos con hacerlo mediante el panel táctil del DualShock 4, algo que no llega a convertirse en una experiencia muy aconsejable al ser poco precisa y no tan inmersiva.
Arte en movimiento
Pero por supuesto, el Pincel Celestial no es solamente una mecánica, sino que también sirve de perfecto enlace entre la parte jugable del título y su razón de ser: el arte. El estilo artístico de Ōkami HD es una clarísima oda al Ukiyo-e (un estilo de pintura japonés en el que prevalecían entre otros temas las pinturas paisajísticas). La paleta de colores elegida para el título ha sido sacada directamente de ese estilo de pintura, ofreciéndonos para adornar el universo del videojuego toda una serie de colores llamativos y alegres que, recordemos, el jugador deberá restaurar eliminando las zonas corrompidas por Orochi.
En cuanto al apartado sonoro del título, volvemos a encontrar una recopilación de temas que nos permitirán transportarnos continuamente a Japón. La característica percusión nipona estará presente a lo largo de los combates, así como otras melodías menos recurrentes pero de igual forma de lo más representativas que nos acompañarán a lo largo del viaje.
Sin embargo, no es oro todo lo que reluce y esta remasterización podría haber presentado un salto evolutivo mayor con respecto a su antecesora. Como ya ha sido mencionado anteriormente, el salto de PlayStation 3 a PlayStation 4 no es tan notorio como lo fue el de PlayStation 2 a PlayStation 3, repitiendo con unos 30fps (que son cómodos, sí, pero nada nuevo) y dejándonos con una resolución de 1080p de nuevo para los poseedores de la última sobremesa estándar de Sony (versión de la que nos hemos valido para realizar nuestro análisis) y en 4K para los que disfruten de la versión Pro de la misma.
El sonido peca de la misma falta de novedades, presentándonos de nuevo los “murmullos” tan característicos durante las conversaciones de videojuegos de hace varias generaciones sin ningún tipo de doblaje y, además, sin ofrecernos la posibilidad de disfrutar del título traducido al castellano por lo que necesitaremos un cierto nivel de inglés para enterarnos de la densa y larga historia (algo, por supuesto, completamente necesario para disfrutar del juego).
Conclusión
En conclusión, esta nueva remasterización que llega a nuestras PlayStation 4 con el nombre de Ōkami HD nos parece la excusa perfecta para todos aquellos que aún no hayan disfrutado de una de las primeras obras de Hideki Kamiya. Su propuesta jugable vuelve a parecernos de lo más correcta, ofreciéndonos una aventura ambientada en un rico universo cargado de homenajes a la cultura japonesa que fácilmente podrá superar las 50 horas de juego.
Por otro lado, el título también nos ha dejado con un sabor agridulce al ofrecer muy pocas novedades con respecto a sus antecesores, sobre todo en la calidad gráfica que no llega a justificar la necesidad de probar la nueva versión si ya hemos tenido la oportunidad de disfrutar de la lanzada anteriormente para PlayStation 3.
(Este análisis ha sido realizado con una copia de descarga digital que nos ha proporcionado Koch Media).
Historia - 90%
Jugabilidad - 89%
Gráficos - 87%
Sonido - 92%
90%
En conclusión, esta nueva remasterización que llega a nuestras PlayStation 4 con el nombre de Ōkami HD nos parece la excusa perfecta para todos aquellos que aún no hayan disfrutado de una de las primeras obras de Hideki Kamiya. Su propuesta jugable vuelve a parecernos de lo más correcta, ofreciéndonos una aventura ambientada en un rico universo cargado de homenajes a la cultura japonesa que fácilmente podrá superar las 50 horas de juego.
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