La historia de Persona Q: Shadow of the Labyrinth se sitúa entre Persona 3 y Persona 4. Se trata de un spin off en el que no necesariamente debemos jugar a ninguno de los dos juegos mencionados, pero siempre es mejor hacerlo. Una historia con un universo paralelo, el laberinto y el instituto en el que aparentemente las cosas serán normales. La incertidumbre será la clave de todo. Nada más comenzar, nos dan a elegir entre dos personajes, del que podemos personalizar un poco y de los que cuentan con momentos únicos en la trama, que no varía a la historia principal, pero que hace que lo aconsejable sea rejugarlo, como puede pasar en títulos como Folklore y Tales of Xillia, entre muchísimos otros.
Persona Q: Shadow of the Labyrinth quiere revivir una modalidad casi muerta del rpg, y es que se trata de un juego de rol en el que los combates, por turnos, son en primera persona, y con la particularidad que manejaremos cinco personajes en lugar de, por norma general, cuatro. Un poco abrumador, pero que con escasas horas de juego, de las muchas que tiene, acaba de dominar uno.
Las mecánicas que P-Studio ha implantado a este Persona es la resolución de puzles en los diferentes niveles que tiene cada laberinto para llegar al final y poder abrir la ventana que nos da la libertad para salir del mismo. En cuanto a la mecánica de combate, como ya dijimos podemos manejar cinco personajes de la saga Persona, y cada uno de ello puede asociarse con un Sub Persona, que para que nos entendáis sin necesidad de expandirnos, es lo equivalente a un objeto en cualquier otro tipo juego de rol. Además tenemos una formación clásica en la que los personajes que pongamos en la primera fila sufrirán más que los que están en la línea de atrás, algo que últimamente se ha ido perdiendo. Cada personaje tiene un elemento de poder que hará más daño a enemigos que sean débiles a ese tipo de poder. Y por último, superar la barrera de energía en los combates da la posibilidad de realizar un ataque All Out Attack, es decir, todos atacan.
Realmente Persona Q: Shadow of the Labyrinth no es que innove en nada, pero sí es verdad que revive matices ya olvidados, como la formación y la vista de combate en primera persona.
Las inteligencia artificial en combate, que es donde más lo notaremos y donde más se debe evaluar en este juego, es muy buena, ya que los enemigos, pro norma general, suelen hacer movimientos coherente y dejarnos fuera de combate si tiene oportunidad, aunque bien es verdad que solemos estar niveles por encima de los mismos entonces rara vez le podremos dar esa oportunidad.
Por último, decir que la duración es elevada ya que, como dijimos, tenemos oportunidad de pasarnos el juego dos veces con bastantes diferencias entre ambos personajes, insistiendo, sin variar la trama principal. Pero si pasa un tiempo y tenemos ganas de jugarlo, lo podremos hacer sin ser aburrido.
El apartado técnico también está a la altura de lo que el juego ha ido cosechando de principio a fin. El apartado visual exprime notablemente el rendimiento de la portátil de Nintendo, incluso el efecto tridimensional se deja ver con un gran resultado final. Y mejor aún, el apartado sonoro, de la mano de Shoji Meguro como la mayoría de los juegos de las saga. Unas composiciones pop y rock que gustarán a todos, sean o no amantes del género, porque cuando hay calidad, no hay más remedio que admirar y pararse a escuchar cada composición.
Ponemos punto y final a este análisis en el que como bien dijimos al principio, estamos ante uno de los juegos top del catálogo de Nintendo. No vamos a comparar con franquicias exclusivas porque no es justo, ya que el fan boy hoy día predomina mucho y nos tacharían de locos, pero os recomendamos, y obligamos, a jugar a este juego que no debe pasa desapercibido para los jugadores poseedores de una Nintendo 3D.
LO MEJOR
-Banda sonora
-Revivir mecánicas obsoletas
-Rejugable
LO PEOR
-Pese a ser fácil, llega totalmente en inglés