ANÁLISIS: Pillars of Eternity II Deadfire

Publicado el 26 mayo 2018 por Raúl Vázquez Santos @Generacionpixel

Ya estábamos deseosos de probar este Pillars of Eternity 2: Deadfire, sucesor del aclamado Pillars of Eternity creado por Obsidian Entertainment, y es que esta empresa ha encontrado su lugar en el mundo de los videojuegos como creadora de fantásticos RPGs que no dejan indiferente a nadie, como Tyranny, Fallout: New Vegas o South Park: La vara de la verdad.

Esta entrega continúa con el legado de la anterior, tanto en estilo como en historia, por lo que seguiremos encontrando el mismo sistema de combate y un argumento similar, pero con grandes mejoras en todos los apartados.

ANÁLISIS

VERSIÓN DISPONIBLE

PC

VERSIÓN ANALIZADA

PC

DESARROLLADOR

OBSIDIAN

DISTRIBUIDOR

THQ NORDIC

VALORACIÓN

9’3

NUESTRA FORMA DE VALORAR LOS JUEGOS

La historia se sitúa varios años después de los sucesos ocurridos en Pillars of Eternity. El dios de la luz Eothas, quien se creía muerto después de habitar el cuerpo de un humano, ha regresado para llevar a cabo un largo viaje hacia el norte del archipiélago. Nuestro protagonista sigue siendo el Observador de Caed Nua, capaz de ver las almas inmateriales, cuya tarea será seguir a Eothas con la ayuda de los consejos del resto de dioses, para descubrir cuáles son los verdaderos planes del dios de la luz.

Si no hemos jugado a la primera entrega, nos costará un poco seguir el argumento ya que se hace un poco confuso al principio, aunque esto cambiará una vez que nos adaptemos. El desarrollo del mismo sigue un ritmo constante y muy positivo, consiguiendo esa intriga que nos hace querer avanzar. Asimismo, los diálogos tienen una fluidez y naturalidad fantástica, con ciertos toques de humor y sin cortarse un pelo con las palabras malsonantes.

Al comenzar el juego, lo primero que nos permitirá será usar el archivo de guardado de Pillars of Eternity, para continuar la historia exactamente como la dejamos, con nuestro personaje intacto y con las consecuencias de las decisiones que tomamos en la primera entrega. Esto es algo francamente interesante, aunque si no disponemos de ella, nos darán varias opciones para customizar nuestro pasado y partir de ahí.

El primer aspecto a destacar es la creación de personaje, la cual podemos calificar como abrumadora en el sentido positivo de la palabra. Tendremos una infinidad de opciones para cambiar la forma de actuar de nuestro protagonista, desde su forma de dialogar hasta su forma de combatir. A modo general, se divide en 2 grupos principales: los talentos, y las habilidades.

Los talentos (destreza, constitución, inteligencia, etc) son los que determinarán el daño físico, daño mágico, vida, etc, de nuestro personaje, y que tendremos que modificar a nuestro gusto dependiendo de la clase y raza que queramos elegir. En cuanto a las clases, hay una enorme cantidad de ellas, ya que dispondremos de 11 clases de base, pero dentro de cada una hay varias subclases, e incluso podremos elegir clases híbridas que combinan las habilidades de 2 clases en una. De esta manera, también hay razas que están más orientadas a cierto tipo de clase, ya que nos darán bonificaciones, por ejemplo, los elfos ganan más destreza y percepción que los demás. Además de ello, podremos elegir con qué tipo de arma será diestro, para que al empuñar dicha arma tengamos bonificaciones muy interesantes.

En cuanto a las habilidades, dependiendo de la clase que hayamos elegido, tendremos un abanico gigantesco de habilidades activas así como pasivas. Dentro de las habilidades pasivas, no sólo encontraremos aquellas que nos potencian en combate, sino también aquellas que nos ayudarán en los diálogos, como por ejemplo la intimidación o el atletismo. En ciertos diálogos, dependiendo de estas habilidades, podremos tener diferentes resultados. Por ejemplo, en muchas ocasiones si nuestro nivel de intimidación es lo suficientemente alto, nos librará de batallas o el atletismo nos hará alcanzar lugares que de otra manera no podríamos.

En definitiva, pasaremos un buen rato creando nuestro personaje para que sea exactamente como queremos, y esto para los amantes de los RPG, es una auténtica gozada.

El combate usa el tiempo real con pausa al que ya estaremos acostumbrados si hemos jugado a la primera entrega o a otros juegos como Tyranny o el clásico Baldur’s Gate. Cada vez que queramos, podremos pausar el combate, dar las instrucciones que queramos a cada personaje, y continuar. A diferencia de la primera entrega, aquí nuestra grupo tendrá capacidad para 5 personajes en vez de 6, lo que hace que tengamos que ajustarnos un poco más  pensar mejor nuestra combinación de clases, algo que considero bastante positivo. También podremos elegir que los personajes sean controlados por IA, aunque no es recomendable ya que no se adaptará bien a la situación.

A medida que vayamos ganando combates, así como explorando nuevos lugares y completando misiones, nuestros personajes subirán de nivel, lo que nos permitirá desbloquear nuevas habilidades pasivas y activas como las que mencioné anteriormente. Hay una opción interesantísima, para que el nivel de los enemigos escale con el nuestro, de forma que vayamos a la zona que vayamos, nunca iremos demasiado “sobrados”.

Pillars of Eternity 2: Deadfire pone a nuestra disposición un mundo francamente grande y completamente abierto, por el que nos podremos desplazar a nuestro antojo en el momento que queramos. A través de él encontraremos decenas de localizaciones, ciudades e islas en las que entrar para descubrir objetos y misiones. Es un auténtico lujo para los amantes de la exploración.

Para ayudarnos en la exploración de éste archipiélago, tendremos la ayuda de nuestro barco, uno de los nuevos núcleos de esta entrega. Podremos customizarlo, tanto estéticamente como su tripulación. Dicha tripulación necesitará víveres que irán consumiendo a medida que nos desplacemos con el barco, por lo que tendremos que ir consiguiéndolos en nuestras aventuras tanto en forma de loot como comprándolos en las tiendas.

Mientras navegamos nos encontraremos otros barcos, que bien pueden ser amigables o bien pueden ser barcos piratas que querrán hundir nuestro navío. Aquí entra en juego el combate naval, que puede ser a distancia con nuestros cañones, o bien un abordaje en toda regla. El combate a distancia se realiza a través de textos de diálogo, en el que tendremos que tomar decisiones en función de los movimientos del barco enemigo, como si de un combate de turnos se tratase. Si bien es cierto, este tipo de combate puede resultar repetitivo o un poco aburrido.

Sin embargo, los abordajes ofrecen buenos combates ya que pasaremos al sistema normal, en el que nuestros personajes lucharán en las cubiertas de los barcos contra toda la tripulación enemiga, ofreciendo una dificultad y disfrute muy positivo.

A nivel visual, es un juego con un diseño muy cuidado y que saca buen provecho de la cámara isométrica, prestando mucha atención a los detalles. Sin embargo, el ámbito auditivo supera al visual gracias a su banda sonora, la cual encaja a la perfección en todo momento a lo largo del juego.

A nivel técnico, es un juego que funciona sin problemas a 60 fps, y sin ningún bug ni crasheo experimentado a lo largo del mismo. Sin embargo, los tiempos de carga, a pesar de haber sido mejorados con respecto a la primera entrega, a veces se hacen un poco largos a no ser que tengamos un buen PC.

NUESTRA OPINIÓN FINAL

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En conclusión, Pillars of Eternity 2: Deadfire logra alzarse con la cabeza bien alta como sucesor, consiguiendo un balance perfecto entre todos los aspectos del juego. En resumidas cuentas, un fantástico RPG que no puede faltar en la colección de ningún amante del género.

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