Si no has visto aún el penúltimo episodio de la temporada de Revolution mejor no sigas leyendo. Spoilers a continuación.
El episodio diecinueve de la primera temporada de Revolution, de nombre Children of Men, dejó cosas interesantes. De todo lo que pasó, con el misterioso nivel 12 de por medio, me quedo con lo que pasó dentro del bunker de Dick Cheney, el otrora vicepresidente de Estados Unidos.
Si el episodio dieciocho nos dejaba a Rachel Matheson (Elizabeth Mitchell) entrando en la tienda donde estaba Bass Monroe (David Lyons) con algunos milicianos granada en mano dispuesta a acabar con él y sin importar, a priori, morir para consumar su venganza; el inicio del diecinueve nos mostraba cómo tras quitar el seguro de dicha granada, a Monroe le protegen y a Rachel le quitan la granada reduciéndola rápidamente.
Y después, entran en la Torre… Hay una emboscada, porque dentro del lugar ya había gente, y Rachel se esconde en el bunker de Cheney. Pero Bass la sigue y se acaba escondiendo con ella.
Allí tienen lo que para mí fue una gran conversación. Porque, Revolution tiene en la señora Matheson y el general Monroe a dos de sus mejores personajes y de los que más cosas en claro se pueden sacar, aunque siempre acaban sorprendiendo.
Por esa conversación me parece que Rachel y Bass, antes amigos ahora enemigos, son dos caras de la misma moneda. Son dos personas rotas, a las que parece no importarles morir pero que en el fondo quieren seguir viviendo para, probablemente, redimirse. Dos personas que viven con el peso de haber llevado a cabo una o varias acciones aún sabiendo que estaban mal.
Rachel quiere salvar al mundo par arreglar lo que ayudó a quitarle; Bass, por su parte, ha sido cegado por el poder y ha perdido el norte. Ella quiere proteger a su hija, él encontrar a su hijo. Y con ese poder de convicción que tiene, Monroe hace que Rachel confié en él y que ella se olvide de lo que él la hizo y se fíe de su palabra, y Bass demuestra salvando a Charlie (Tracy Spiridakos) y a Aaron (Zak Orth) que su palabra sí vale algo.
Lo que me pregunto ahora es si Monroe seguirá siendo el enemigo público número uno o será derrocado debiendo luchar en el bando que quiere acabar con él, siendo sustituido por Tom Neville (Giancarlo Esposito).