Análisis Strikers Edge – El balón prisionero más arcade

Publicado el 26 febrero 2018 por Jorge Farinós Ibáñez @Living_PS

Ya hace algunos añitos desde que la iniciativa PlayStation Talents comenzó a ofrecer la posibilidad de conseguir apoyo tanto económico como profesional a jóvenes estudios independientes que luchan por abrirse camino en la industria del videojuego, una que puede llegar a resultar verdaderamente voraz en algunos casos. Este grupo de medios que es en sí PlayStation Talents tuvo su origen en nuestro país, aunque no tardó mucho en saltar las fronteras portuguesas, ofreciéndole también a desarrolladores de nuestro país vecino sus ventajas.

Gracias a ello el pasado año 2015 vio cómo tuvieron lugar los primeros Premios PlayStation en Portugal, donde el estudio Fun Punch Games logró coronarse como vencedor gracias a su aún entonces propuesta Strikers Edge. Este es un videojuego ha llegado recientemente (por fin) a nuestras PlayStation 4 apostando por una jugabilidad arcade de lo más clásica y enfocándola al juego multijugador, reinventando para ello el típico juego de balón prisionero (o brile, como se le conocía en mi infancia) y añadiéndole un toque mucho más fantasioso y, por supuesto, armas.

De Dioses, corrupción de almas y otras aventuras

Y para aderezar la fórmula que compone Strikers Edge, los chicos de Fun Punch Games han preparado todo un trasfondo con el que nos transportan a una trama con dioses en guerra de por medio, corrupción de almas y toda una serie de clichés no muy inspirados que desembocan en ofrecernos 8 guerreros distintos. Cada uno de ellos contará con su propia historia personal que le llevará a recorrer el mundo para alcanzar cierta meta, aunque todas ellas de nuevo vuelven a pecar de ser tópicos no demasiado elaborados.

De esta forma es presentado el modo campaña del título, que nos permite tomar el control de estos 8 guerreros (que ya de por sí también son verdaderos clichés), mientras superan las dificultades que encuentran por el camino. Cada una de estas muy breves campañas estarán compuestas tan solo por un puñado de combates, aunque de ello es digno de señalar que (a excepción del último combate de cada historia) estas se encuentran muy bien entrelazadas entre sí y nos permitirán disfrutar de las perspectivas de ambos bandos dependiendo de qué trama estemos siguiendo en ese momento.

La única dificultad que nos presentará este modo campaña será el de vencer a unos rivales controlados por una IA que esquivará a la perfección y cuya puntería es envidiable, aunque ya volveremos a ahondar en este tema más adelante. Sin embargo, la poca originalidad de la que  hace gala este modo tan solo es una muestra más de la simplicidad que prevalece en el videojuego, y aunque este modo campaña se nos antoje algo meramente anecdótico, sí que llega a añadir a la experiencia un trasfondo que es de agradecer además de unas pocas horas de juego en solitario de lo más desafiantes (hasta llegar a convertirse en desquiciantes en demasiadas ocasiones).

El balón prisionero aderezado con un estilo arcade y una ambientación fantástica

Esta modalidad, sin embargo, no llega a empañar la experiencia de juego al tratarse tan solo de un simple añadido que sirve para ofrecerle variedad pues el mayor peso del juego se encuentra en sus modalidades multijugador. Encontraremos varias formas de disfrutar junto a otro jugador de Strikers Edge, entre las cuales prima la partida multijugador local (obviamos la pantalla partida dada la forma de la arena) que es sin ningún lugar a dudas la mejor forma de jugar ya que será junto a uno o más amigos como mejor podremos exprimir la competitividad inherente a la propuesta. Nuestra experiencia con el apartado online desgraciadamente ha sido completamente desalentadora, pues este se encontraba prácticamente desértico en el momento de realizar nuestro análisis, y todo parece indicar que en el futuro continuará estándolo desperdiciando así una gran posibilidad que nos ofrecía el juego.

Strikers Edge nos ofrece una partida tras otra con el clásico esquema del balón prisionero, dividiendo el campo de batalla en dos partes iguales separadas entre sí por un río (ya sea un río de lava, uno de agua helada o algún otro tipo dependiendo del mapa en el que transcurra la partida) que fluye de manera vertical con respecto a nuestra perspectiva. Cada uno de los equipos se encontrará en un lado del terreno de juego y no podrá acceder de ninguna forma al del contrario. Los combates se llevarán a cabo entre dos equipos ya sea en partidas 1v1, 2v2 o, incluso contando con equipos desbalanceados 1v2.

El objetivo que nos plantea el título es tan simple como el de dejar al contrario sin salud, arrojando para ello nuestra arma una y otra vez (lo que vendría sustituyendo a la pelota del balón prisionero). Todo ello, por supuesto, mientras también tratamos de evitar que el contrario acierte con sus proyectiles en nosotros, para que no seamos los que acabemos tumbados y sin salud. A este esquema de juego arcade tan simplificado se le añade una capa más de complejidad en forma de esquives que nos ayudarán a mantener nuestra salud intacta, bloqueos que impedirán en el último momento ser golpeados por el proyectil de nuestro rival y ataques cargados que producirán diferentes efectos dependiendo del personaje con el que participemos en el combate.

A ello se le suma la incompetencia de la IA que encontraremos a lo largo de nuestras batallas en solitario. Nuestros rivales no sentirán jamás la necesidad de hacer uso de las coberturas que encontrarán en la arena, ni serán demasiado inteligentes a la hora de realizar sus ataques especiales, de esquivar los nuestros o de evitar las penalizaciones que surgirán en determinados mapas. No obstante, no por ello podremos limitarnos a eliminar a nuestros rivales controlados por la IA tranquilamente, pues estos no contarán con la mayor limitación que nos impondrá el título (al menos durante las primeras horas de juego): un manejo del personaje fácil de aprender y muy simple (con los sticks del DualShock 4 controlaremos dirección de movimiento y apuntado y con L1, L2 y R2 el resto de posibilidades) pero muy difícil de dominar, debido en gran parte al peso de los personajes y que estos no girarán bruscamente con un simple cambio en la dirección del stick, sino que primero tendrán que frenar con respecto a su trayectoria original para después reincorporarse en la nueva dirección deseada.

Sin embargo, poca más profundidad podemos esperar de Strikers Edge, un título que ha convertido la sencillez en su mayor cualidad, aunque ello también puede llegar a convertirse en uno de sus mayores inconvenientes a la hora de atrapar al jugador. Y es que en demasiadas ocasiones hemos podido evitar sentir que nos hubiese gustado que nos obligasen a exprimir de una forma más táctica el campo de batalla o las habilidades propias de cada guerrero, lo que facilitará la aparición del temido tedio si no añadimos a la experiencia la rivalidad con otro jugador.

Pocas opciones pero verdaderamente preciosas

El apartado gráfico que los chicos de Fun Punch Games le han otorgado a su propuesta hay que elogiar que el bello estilo pixel art que han conseguido es de lo más apropiado para retrotraernos al estilo de juego arcade del que hace gala el título. El videojuego también contará con toda una serie de detalles que nos permiten comprobar el cariño y el empeño que el estudio portugués ha puesto para crear Strikers Edge, entre los cuales nos gustaría destacar (a pesar de haber muchos otros) las sutiles pero muy logradas animaciones de los personajes.

En cuanto al aspecto sonoro del título debemos señalar que repite tónica con respecto al arte, pues a pesar de que los temas musicales que acompañarán nuestras partidas no llegarán a convertirse en algo digno de ser recordado, cumplen su papel. Los efectos sonoros, sin embargo, sí que nos parecen de nuevo algo digno de elogio: desde los golpes de nuestras hachas, lanzas o flechas hasta los vítores o abucheos de los espectadores (pasando por los breves pero intensos comentarios del comentarista y por otros ejemplos igualmente válidos) nos ayudan a la perfección a sumergirnos en la acción dinámica que nos propone el juego.

Tampoco nos gustaría pasar por alto antes de finalizar estas breves impresiones sobre el apartado técnico del juego, la existencia de ciertas caídas de frames muy incómodas y bruscas que no llegan a ser demasiado continuas pero sí lo suficientemente notables como para empañar la experiencia. No podemos garantizar, no obstante, que la versión Pro de la sobremesa de Sony cuente también con estos fallos, pues nosotros nos hemos valido de una PlayStation 4 estándar para realizar este análisis.

Conclusión

El título de Fun Punch Games promete ofrecernos una partida tras otra de acción multijugador de la vieja escuela con la que retrotraernos a la época de las recreativas donde rivalizábamos todo cuanto nuestra pequeña cartera nos permitiese con nuestros amigos. Su propuesta jugable es de lo más entretenida y puede llegar a engancharnos sobre todo si compartimos la experiencia con amigos… o desconocidos. Strikers Edge apuesta por una simpleza que le confiere una gran personalidad, aunque también trae consigo evidentes problemas a la fórmula como lo es la falta de profundidad agudizada, además, por una oferta demasiado limitada (8 personajes y tan solo 4 mapas con demasiadas pocas diferencias más allá del apartado artístico).

Las impresiones que habéis podido disfrutar sobre Strikers Edge han sido posibles gracias a una copia de prensa facilitada por parte de Sony Interactive Entertainment España.

Jugabilidad - 72%
Gráficos - 76%
Sonido - 57%

68%

El título de Fun Punch Games promete ofrecernos una partida tras otra de acción multijugador de la vieja escuela con la que retrotraernos a la época de las recreativas donde rivalizábamos todo cuanto nuestra pequeña cartera nos permitiese con nuestros amigos. Su propuesta jugable es de lo más entretenida y puede llegar a engancharnos sobre todo si compartimos la experiencia con amigos… o desconocidos. Strikers Edge apuesta por una simpleza que le confiere una gran personalidad, aunque también trae consigo evidentes problemas a la fórmula como lo es la falta de profundidad agudizada, además, por una oferta demasiado limitada (8 personajes y tan solo 4 mapas con demasiadas pocas diferencias más allá del apartado artístico).

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