Queridos lectores, aquí ya todos sabemos lo que viene a ser la proporción áurea y la secuencia de Fibonacci, pero ahora vienen dos grandes preguntas ¿cómo podemos meter estos conocimientos a la inversión? ¿es posible tener algún tipo de rentabilidad a través de la especulación basada en Fibonacci?
Si lo sé, este hecho simboliza para algunos de vosotros una medida un tanto misteriosa cuya eficacia es más bien nula, pero queridos lectores creerme cuando os digo que está comprobado que funciona. Dado que la razón áurea está presente en muchos elementos de la naturaleza, no es disparatado llegar a pensar que esta secuencia forme parte del comportamiento de los mercados financieros, ya que los componentes forman una parte muy importante de la Naturaleza, y sus reacciones y comportamientos deciden cómo debe de comportarse la masa. De hecho, la experiencia nos enseña que esta relación en el análisis técnico se cumple con una frecuencia que hay que tenerla muy en cuenta.
Es normal que cuando acaba un tramo tendencial, los niveles de corrección cojan alguno de los números de Fibonacci, que ejercerán como apoyos. Si llegado al primero de ellos, la corrección no para, estableceremos el siguiente nivel de probable parada y así hasta el último. De no ser así, ya no estaremos en un escenario correctivo, sino que podremos dar por cerrada la tendencia anterior. Muchos de los analistas y traders, sin olvidarnos de los programas de análisis técnico usan y meten arcos, abanicos o retrocesos de Fibonacci.
Está claro que debemos seguir otros indicadores en este proceso para acordar el posible nivel de parada; el volumen es el más significativo, pues cuanto más baje a medida que se acerca a uno de los números de Fibonacci, mayores son las posibilidades de que ese nivel actúe como fuerte soporte o resistencia.