Análisis: The Lady

Publicado el 01 febrero 2015 por Raúl Vázquez Santos @Generacionpixel

Mpd Art Hallucinations se ha encargado de desarrollar y distribuir un título que tiene miga. No por espectacularidad, sorprendente ni complejidad, sino por su rareza y por su especialidad que conlleva poder jugarlo. Estamos hablando de The Lady, un juego que no todos van a jugar a él, ni será conocido por muchos, menos aún recordado el día de mañana (que no debería). Todo lo que The Lady conlleva, lo hace distinto, todos y cada uno de los apartados, por lo que vamos a intentar explicarnos con una brevedad y precisión ya que este título no necesita más.

Comenzaremos como estamos acostumbrado pro la historia, si es que tiene. Y es que en este juego, no hay argumento, no interaccionamos con demás personas, no hay carteles, ni narrador… no hay nada. Bueno sí, tenemos a nuestra protagonista y su retorcida mente que es la que se encargará de ubicarnos en un contexto determinado en forma de diferentes escenarios.

The Lady es un juego de terror psicológico en la que la única forma de avanzar es en la resolución de puzles. Además, al ser un juego en el que solo podremos movernos como un scroll lateral, carece de profundidad en este caso y por lo tanto estamos en un juego de dos dimensiones en cuanto  a propiedades métricas se refiere.

Las mecánicas del juego son simple, y ajustadas a lo que se nos presenta. Debemos buscar la manera de avanzar al siguiente nivel ¿Cómo? Al azar, probando una combinación, y si no sale, otra. Y así hasta que demos con la tecla, ya que no contamos con ayuda, ni consejos, ni pistas, ni nada similar. Incluso después de probarlo cientos de veces, tampoco saldrá ni un mensaje emergente ni nada. Estamos solo en el juego, con el trastorno mental de nuestra dama y poco más.

La mecánica es la que es, y no tenemos nada en contra ni nada, lo que sí que no nos ha gustado, en cambio, es el control de nuestra dama. Una única orden podemos darle, y no es problema, lo que sí que lo es su control, el cual nos ha resultado un poco tosco y en el que no nos permite realizar dos acciones a la vez, y el juego, al requerir en ciertos momentos de reflejos y rapidez, entorpece nuestra experiencia jugable, algo de lo que vive The Lady.

Respecto a la inteligencia artificial de nuestros enemigos, por llamarlo de alguna manera, y de los objetos que nos encontramos a la largo de la experiencia jugable es lineal pero va acorde con lo que tenemos en nuestras pantallas, ya que para la resolución de puzles han de darse una serie de patrones correctos para poder avanzar de nivel.

La duración es relativa. El juego, no es muy rejugable, pero en el caso de que lo queramos rejugar el juego no superará la hora. O al menos no debería. En una primera vuelta, entre descubrir la resolución del puzle, fallar una y mil veces, morir, no dar con la clave y demás, podemos tardar alrededor de unas cuatro horas perfectamente. Estamos hablando de una duración de lo más relativo, ya que cada uno encontrará mayor o menor suerte en unos puntos.

La dificultad del juego es elevada. No hay ayuda en ningún momento ni bajo ninguna circunstancia, no hay puntos de control, no podemos guardar la partida, ni nada. El juego hay que pasárselo de principio a fin sin parar (o sin apagar el PC).

Llegamos al apartado técnico. Un arma de doble filo. Del que no sabemos dónde agarrarnos. Empezando por el apartado visual, la sangre, un mundo reprimido, oscuro, penoso y gore, mucho, es lo que nos rodea. El diseño de nuestra dama, macabro, sin brazos, ojos rojos adormilados y un aspecto desplomado y desganado. Aparentemente, guste o no, que a nosotros sí, es lo que presenta The Lady. Ahora bien, el sonido. Jugar con sonido a The Lady es tan necesario como rallante e insoportable, tanto es así que sangraremos por nuestros oídos por tener unas melodías repetitivas, constantes y que producen dolor de cabeza por la intensidad. Si viniera un experto en sonido, probablemente quiera meter en la cárcel a Michael Patrick Rogers, el creador del juego, pero a decir verdad, este es justamente la melodía que encaja en este título.

Llegamos al final del análisis, donde esperamos haber sido más claros que objetivos, ya que el juego, es lo que es y deja poco a la opinión subjetiva en los aspectos tocados. Jugar a The Lady no lo hace cualquiera. Primero, hay que ser un gafapastero, y de los buenos, para pararse a jugar, si es que nos decantamos por comprarlo claro está, pero es especial. Es un título que ofrece lo que ningún otro puede ofrecer a día de hoy, tanto como para bien como para mal, ya ahí no nos metemos. Pero lo que es Journey a la ternura, lo es The Lady a lo macabro, por lo que quien tenga ganas de variar, de probar cosas nuevas, o simplemente de aclarar alguna duda que se le ha quedado tras leer nuestro análisis, que lo haga, porque no se va a arrepentir de jugarlo de ninguna manera.

LO PEOR

-El apartado técnico, encaja a la perfección.

-Es especial y diferente

LO MEJOR

-Duración.

-Dificultad.

-Control.

“Nuestra forma de valorar los juegos