ANÁLISIS: The Last Guardian

Publicado el 24 diciembre 2016 por Raúl Vázquez Santos @Generacionpixel

Desde un principio que nos hemos enfrentado a este esperadísimo The Last Guardian, sabíamos que un choque de sensaciones se iban a suceder en nuestro cerebro. Por lo que realizar una crítica coherente iba a ser un autentico drama. Por ello, y tras darle muchas vueltas, nos hemos tenido que plantear este análisis desde dos puntos bastante diferenciados; la parte de sensaciones y la parte meramente técnica.

Por ello, os pedimos que respetéis por igual ambos apartados, y entendáis que esta obra del Team Ico sobresale por encima de cualquier tipo de crítica que en este texto podáis encontrar. Ya que hay videojuegos que son únicos e imperecederos en el tiempo y en el recuerdo… y este The Last Guardian, lo es.

ANÁLISIS

VERSIÓN DISPONIBLE

PS4

VERSIÓN ANALIZADA

PS4

DESARROLLADOR

TEAM ICO

DISTRIBUIDOR

SONY

VALORACIÓN

9’5

NUESTRA FORMA DE VALORAR LOS JUEGOS

El mundo del amor

Son momentos difíciles en nuestra carrera como críticos de videojuegos, cuando nos encontramos con juegos que toca mucho la fibra sensible, y tenemos que expresaros esos sentimientos en un simple texto. Entendemos que es nuestra misión, pero os aseguramos que lo que uno vive delante del Trico y su joven amigo seguramente nadie pueda expresar con las palabras idóneas.

Y es que The Last Guardian, detrás de ese aspecto de aventura minimalista, donde los puzles se suceden sala tras sala, se encuentra una increíble interacción y evolución de dos personajes como jamás habíamos visto en un videojuego. Y es que más allá de la aventura que los llevará a lo largo y ancho de un casi perfecto mapeado, todo gira en torno a la más que apasionante capacidad de relación y compenetración para vivir en un entorno hostil y desconocido. Pero que el simple ansia por vivir y descubrir el porqué de todo lo que nos rodea  nos llevará a unir esfuerzos entre hombre y bestia.

Si todo esto os parece confuso que os vaya a resultar emocionante, como ha sucedido en decenas de juegos donde cooperamos con una IA, estáis más que equivocados. Y es que The Last Guardian es capaz de traernos una IA de esas que marcan época, y no por perfecta, si no por que reacciona con coherencia y libre albedrio. La sensación que tendremos junto a Trico es la misma que muchos tendréis con vuestras mascotas… esos momentos de obediencia, junto a otros que no alcanzamos a entender que es lo que les pasa por su cabeza… y que como en cualquier relación de este tipo, el tiempo nos irá enseñando mucho como llevar cada situación adelante.

Una buena sobredosis de emociones y de interrelaciones que os aconsejamos vivir en primera persona, ya que será la única forma que entendáis al 100% que os queremos trasmitir en las anteriores líneas… y si no lo hacéis, es que no tenéis corazón.

Interludio Jugable

Entre los dos grandes puntos hemos tenido que incrustar uno extra, en el que os queremos comentar puntos meramente jugables y narrativos.

Lo primero es deciros que la historia nos ha parecido preciosa dentro de su simpleza. Un cuento bastante triste, narrado desde un punto de vista muy especial, y de la cual no os vamos a contar nada más, ya que lo tendréis que vivir por vosotros mismos.

Por otro lado. La parte en la parte jugable, os tenemos que decir que la aventura dura en torno a las doce horas, con una dificultad bastante variable según nuestra capacidad de orientación  y resolutiva de puzles, los cuales por cierto son bastante curiosos y bien llevados. Todo en un muy buen mapeado bastante lineal, pero que carece de la más mínima indicación, cosa que nos terminará dando una sensación de libertad verdaderamente apasionante.

Por el resto, una interesante aventura, con un control que cumple correctamente pese a darnos la sensación de antiguo, y cantidad de puzles y experiencias junto a nuestro querido Trico, y unos seres mágicos y mitológicos que nos harán la vida algo menos fácil.

El mundo de la técnica

Tras este buen batiburrillo de sensaciones de todo tipo, no nos ha quedado otra que dejar en un apartado a parte la parte técnica, y con lo que ello conlleva, polémica.

Nos hemos encontrado con un juego que pese al amor que procesa cuando nos ponemos frente a él. Este posee también un número de puntos negros que entendemos que a muchas personas puedan chocar, pero entendemos que otras puedan llegar a sopesar, y dar por suficiente para su valoración final del juego el apartado de sensaciones y jugabilidad, más que meras cosas banales como pueda ser su apartado visual.

Y es que no nos encontramos ante un juego que pueda especialmente ser criticado por ello, ya que hay que decir por encima de todo, que las animaciones de Trico son el acto visual de animación más grande que hayamos visto hasta la fecha, sin quedarse atrás el niño, el cual consigue mostrar esta debilidad que solo en un niño se puede representar. Y es que la sensación de que ambos están totalmente vivos es constantes, y más cuando sus actos en el juego se realizan con una naturalidad verdaderamente pasmosa.

Pero si hay que reconocer que hay otros puntos que os tenemos que destacar. En un primer lugar la horrible cámara que posee el juego. Y es que todo visto desde el punto de vista de un mundo enorme adaptado a seres tan grandes, la cámara no consigue rotar y colocarse en los ángulos que nos gustase, viéndonos con ellos que en ciertos momentos todo está perdido de nuestra vista y nos tenemos que centrar.

Por otro lado también sufre de algunas y leves bajadas de framerate, no siendo especialmente dañinas para el propio disfrute del juego, pero si notorias para todo aquel que en vez de estar disfrutando de los sentimientos, posea un contador de fps en sus gafas. Una desgracia que podremos superar con tanto amor.

Por el resto nada es criticable. Un diseño artístico precioso, un diseño de escenarios increíble, una gama de colores bastante deprimente que consigue trasmitir mucho, y por último, una viveza en los movimientos de cada uno de los dos protagonistas que quitan el hipo.

En lo que respecta a la parte sonora, no hemos encontrando ningún tipo de reproche. Ya que nos encontramos con un juego de los que suelen centrarse más en el sonido ambiente y en el siempre interesante silencio, que orquestar la acción, y la verdad que le va como anillo al dedo. Eso sí, parte musical encontraremos a lo largo del juego, la cual se implementará y se hará de sonar en momentos muy específicos de una forma sutil y coherente. Por otro lado, hay que hacer mención del idioma inventado que tendrá el niño, lo cual le da un toque aún más místico… eso sí, no os preocupéis que los subtítulos estarán en castellano.

NUESTRA OPINIÓN FINAL

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Quizás haya sido uno de esos análisis que marcan a un crítico de videojuegos. Y es que me he topado con un cúmulo de sensaciones enfrentadas verdaderamente anormales. Ya que en mi mente pasaba por encima de todo una buena dosis de sensaciones que apenas hay juegos que sean capaces de darnos a sentir, pero por otro lado también nos encontrábamos con algunos problemas técnicos.

Y es que ahí ha estado el momento de choque mental, hasta que hemos reorganizado las ideas, hasta darnos cuenta que la experiencia y las sensaciones trascienden a todo problema superficial. Consiguiendo, como pocos juegos han sido capaces a lo largo de la historia; hacernos llorar, hacernos sufrir, e incluso hacernos amar. Por ello, queremos dar una nota de esas que demuestran que The Last Guardian está en ese selecto mundo de las obras maestras, que sin lugar a duda nadie se puede perder si tiene aún un poquito de amor por todo lo que supone este amado mundillo de los videojuegos.

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