ANÁLISIS: The Witness

Publicado el 07 febrero 2016 por Raúl Vázquez Santos @Generacionpixel

Mucho tiempo ha pasado desde que Jonathan Blow se hiciera famoso en la escena independiente gracias al genial Braid. Un plataformas-puzzle que nos sorprendió muchísimo en aquel entonces, y que abrió con ello la inmensa puerta de lo que actualmente es la escena independiente en el videojuego. Por ello, el retorno del amigo Blow es algo tan esperado por todos, ya que su nombre se enlazó desde el principio a la genialidad del concepto que presento con Braid.

Por ello, y pese a la espera, The Witness es uno de esos juegos que esperábamos con muchas ansias, ya que con él se demostraría el potencial de este creativo, y sinceramente, lo ha vuelto a encumbrar como uno de los grandes creadores de videojuegos de los últimos años. Así que atentos a este The Witness, a lo que nos plantea, y a lo que es capaz de influenciar a futuros proyectos, los cuales cojan más de una idea de esta experiencia tan especial.

ANÁLISIS

VERSIÓN DISPONIBLE

PS4 – PC

VERSIÓN ANALIZADA

PS4

DESARROLLADOR

THEKLA INC.

DISTRIBUIDOR

THEKLA INC.

VALORACIÓN

9

NUESTRA FORMA DE VALORAR LOS JUEGOS

Desde el punto de vista narrativo, nos hemos topado con un juego que es capaz de trasmitir y hacernos seguir adelante en la historia tan solo con sensaciones, como la soledad o el desasosiego. Y es que ser capaces de hacernos ver lo que les ha pasado a los habitantes de esta isla, los cuales nos los encontraremos en forma de estatua desperdigados por ella, es un misterio que nos llevará muchas horas superar y conocer. La cosa es, que este se nos quedará pegado al cerebro y no podremos parar hasta que sepamos su conclusión.

Por cierto, mención especial a algunos momentos que nos dejarán con la cabeza torcida o simplemente con la boca abierta por el mensaje que son capaces de trasmitirnos.

Entrando en el juego, decir que todo sucede en una isla como ya hemos comentado, en la que apareceremos tras salir de un edificio, y en la que nos mete directamente en situación de lo que nos vamos a encontrar en las siguientes más de cuarenta horas de juego. Es decir… una isla que explorar, y cientos de puzles que nos darán las posibilidades de descubrir que sucede en este mundo.

En lo que respecta a nosotros como personaje dentro del juego, decir que vagaremos por él en perspectiva de primera persona, con la capacidad de interactuar con muchos lugares del escenario, que nos llevarán al siguiente punto más importante además de andar, los puzles.

Y es que si explorar el lugar es importante, los puzles son algo esencial para descubrir todos los secretos y con ellos darle sentido al juego. Los puzles son todos de la misma temática, puzles de laberintos, es decir, puzles que siempre serán necesario movernos por ellos de diferentes formas para encontrar un objetivo definido. Eso sí, aunque las mecánicas sean muy similares la forma de llevarlas a cabo variarán bastante.

Es curiosísimo y de admirar, la integración que poseen estos respecto al escenario y al discurrir de la historia en sí. Siendo esa especie de sinestesia entre decorado y puzles lo que hace de este The Witness un juego sobresaliente y original a más no poder.

Punto curioso es como encontraremos variadas ayudas para resolver los puzles, con una integración en el escenario sencillamente magistral, llegando en algunos momentos a estar tan bien integradas que no parecerán ni pistas.

Pese a lo que pueda parecer en los primeros compases del juego, nos encontramos ante un juego verdaderamente difícil, y no solo porque haya algunos puzles que sean bastante difíciles. Si no porque nos encontramos con puzles que no sabremos ni que hacer, ya que todo es intuición y capacidad imaginativa por parte del jugador, porque lo que es el propio juego os aseguramos que no nos ayudará en nada. Es cierto que debemos ir aprendiendo poco a poco, pero no será difícil que en un mundo tan abierto aparezcamos en una zona donde nada tenga el más mínimo sentido, así que vuelta atrás y por otro lado.

Por último, en lo que respecta al control este está perfectamente implementado en ambas versiones, siendo igual de accesible en PC que en consola.

Desde el punto de vista técnico nos encontramos ante uno de esos productos que pese a su simpleza técnica, consigue que un precioso tratamiento artístico nos haga ver una acuarela de sensaciones y lugares en un mapeado extenso y lleno de diferentes ambientaciones.

Y es que se nota en cada rincón de este el cariño que se ha puesto, los años de trabajo, y esa capacidad de mostrar al resto de los diseñadores que sin falta de potencia si pueden hacer grandes obras que nos entren por los ojos hasta nuestro corazón, y de ahí no quieran salir.

A nivel sonoro nos encontramos ante un juego que vive del sonido ambiente. Es decir, solo escucharemos el sonido de la naturaleza o el de nuestros propios pasos, cosa que le da un aspecto más inquietante a la vez de tranquilo a esta isla en la que hemos aparecido.

NUESTRA OPINIÓN FINAL

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Sin lugar a duda este The Witness ha hecho subir a los altares del mundo del vidoejuego a Jonathan Blow. Demostrando con ello el increíble talento que tiene el creativo. Y es que The Witness es un derroche de creatividad, un derroche de complejidad dentro de un sencillo mundo, y ante todo, es un derroche de las matemáticas aplicadas al arte.

Si es cierto que no es un juego para todo el mundo, pero si es cierto que cada uno que se atreva a enfrentarse a un tan maravilloso mundo quedará marcado por él. Una gran experiencia que solo algunos genios son capaces de traernos ante nuestros ojos.

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