Vamos a empezar fuerte, respondiendo a la pregunta que todo el mundo se hace, para que los que no tengáis ganas de leer tochos podáis ir directos a la nota después de esto: ¿Es Torchlight II mejor que Diablo III? La respuesta es si. Y hay muchos motivos para justificar esta afirmación tan rotunda, aunque podríamos resumir diciendo que el juego de Runic hace mejor todo lo que se propone el de Blizzard, y lo hace con mucho menos.
Teniendo los dos juegos a mano, parece mentira echar la vista atrás y ver todos los problemas que tuvo Diablo III para ser desarrollado. Y digo esto porque Torchlight II es, en esencia, un juego muy similar a este a nivel tecnológico, evolucionando todo lo que se proponía en el anterior Diablo, que fue copiado hasta agotar el género al que hoy intentan revivir. Tema aparte es saber si lo han conseguido.
Pero hablemos del juego,que es lo que importa. ¿Te gusta avanzar matando todo lo que se mueve, conseguir objetos con numeritos más grandes y aprender habilidades para matar más y mejor a tus enemigos? Enhorabuena, este es tu juego. Ojo, también podría serlo Diablo III, o cualquiera de los clones que hay en el mercado, pero claro, aquí se trata de ver que tal está Torchlight II. Pues que queréis que os diga, es más de lo mismo, pero algo mejor.
Podremos elegir entre cuatro clases que, aunque intentan diferenciarse del clásico Guerrero/Mago/Arquero, al final acaban respondiendo más o menos a uno de esos arquetipos, aunque el jugador tenga mucha más libertad de la habitual para adecuar el personaje a su modo de juego. Cada clase tiene tres grupos de habilidades que, a diferencia de lo habitual en el género, no se organizan en forma de árbol. En la práctica esto quiere decir que puedes coger cualquier habilidad de cualquier grupo siempre que cumplas con el nivel establecido para hacerlo, así de fácil. Como comprenderéis, esto da lugar a un montón de posibilidades y builds posibles para que los más pros se rompan la cabeza sopesando combinaciones.
Se ha puesto mucho esfuerzo en que la experiencia de juego sea lo más cómoda posible, y se nota que los desarrolladores han jugado mucho a juegos de este género, porque han identificado perfectamente cuales son las acciones más tediosas y repetitivas y han conseguido facilitar la labor al jugador. Por citar algunos ejemplos, pulsando espacio podemos cerrar todas las ventanas que tengamos activas, y volviéndolo a pulsar se abrirán automáticamente la ventana de inventario y la de características de nuestro personaje. Los viajes de vuelta a la ciudad son menos habituales, ya que nuestra mascota puede cargar con todos los objetos que no queramos y venderlos por su cuenta, como en el primer Torchlight.
La mejora más destacable con respecto a su entrega anterior es que ahora existe una historia, y viajas a varias localizaciones. La historia, aunque genérica y poco interesante, por lo menos consigue dar esa sensación de avance de la que carecía el primer Torchlight, donde todo pasaba en la misma ciudad, sólo que cada vez más abajo. Recorreremos un montón de distintos escenarios con sus correspondientes enemigos temáticos, que nos soltarán objetos temáticos con sus correspondientes numeritos. Sigue siendo la zanahoria y el burro, pero ahora por lo menos se disimula con un argumento.
También tendremos un buen puñado de quests secundarias y secretos que acompañan a la trama principal y nos dan excusas para investigar los extensos mapeados que están a nuestra disposición. Aunque estas misiones no suelen variar más allá del "Traeme este objeto y mata a este enemigo morado", se agradece la variedad y las recompensas asociadas, por qué no decirlo.
El juego luce bien, aunque sigue pecando de ese aspecto demasiado "cartoon" que lo hace algo menos serio, sin que esto sea nada malo. Sin embargo, es curioso comparar la cantidad de palos que recibió Diablo III por presentar un look menos oscuro, mientras que nadie se ha metido con Torchlight II por este motivo. Distinto rasero supongo. Se ha mejorado mucho en los efectos de luces, explosiones y similares, y se puede decir que las peleas son bastante espectaculares. Y como todo lo que haremos será pelearnos, eso es bueno.
El caso es que Torchlight II es un juego divertido, que te puede mantener horas delante de la pantalla, aunque no aporta nada nuevo ni especial. Pero Diablo III también lo es, y sus virtudes y defectos son casi idénticos. Si me permitís el símil futbolístico, ambos juegos serían juegos de puestos UEFA, sin llegar a la Champions pero bien en líneas generales. El problema es que mientras para un equipo como el Celta de Vigo llegar a la UEFA es un logro acojonante, para el FC Barcelona, por ejemplo es un fracaso. Y ahí radica el fondo de la cuestión: Diablo III en UEFA es un fracaso, mientras que Torchlight II ligeramente por encima es una grata sorpresa y una buena noticia. Así son las cosas, es una cuestión de expectativas.
Terminando: Si te gusta mucho el género y has disfrutado de otros juegos similares, Torchlight II te ofrece la misma experiencia pero mejorada, y sin tonterías online ni casas de subastas puestas para controlar lo que juegas. Si no te gusta el género o no has jugado nunca a un juego del estilo, este es, probablemente, el mejor juego a probar, ya que mejora mucho a los anteriores, y resulta divertido y desafiante. Y porque no decirlo, es bastante más barato.
Nota: 7,5