Análisis: War of the Roses

Publicado el 02 noviembre 2012 por 99redpotions @99RedPotions
Cualquiera que haya vivido un poquito sabe de sobra que los golpes que más duelen son los que recibes con  los brazos abiertos. No importa que la ostia sea fuerte, floja o de intensidad media: el problema es que tu te esperabas abrazos, caricias y mimitos, y de repente tienes un carrillo rojo y dolorido y una cara de gilipollas porque las cosas no son como te imaginabas. ¿Y por qué, os preguntaréis, empiezo así un análisis? Pues porque, este párrafo puede resumir perfectamente mi experiencia con War of the Roses.

Yo esperaba a este juego con ilusión, con esperanza y con un cosquilleo en el estómago, como el tipo que compra un ramo de flores y espera a su novia pacientemente en el sitio en el que han quedado. Ambientación histórica, combate medieval online y una estética cuidada. Joder, si hasta os dije por aquí lo mucho que esperaba de este juego.
Preo luego llegó la beta, a la que sólo tenían acceso los que hubieran reservado el juego (como un servidor), y me llevé la primera colleja. Vale que quedaba  mucho por hacer, que ni los menús, ni la apariencia eran definitivos, y que ese lag galopante podía ser perfectamente debido a que la infraestructura necesaria aun no estaba preparada pero, el núcleo del juego en sí, ya pintaba mal. Aun así esperé al lanzamiento definitivo, esperando el milagro.
Y de milagro nada señores. Podría deciros que War of the Roses no es un juego online con ambientación medieval, si no que se trata de un simulador de correr como un pollo sin cabeza agitando una espada y cerrar aquí el texto, darle a publicar y aun así tendríais una idea bastante fidedigna de lo que esconde el juego. Pero no voy a hacer eso, yo que se por qué.

Al mogollón

 Si algo bueno se puede decir de este juego, es que es bonito. Se nota trabajo en las armaduras de los jugadores, en las armas y en la capacidad de personalización que te posibilitan. Los distintos jugadores son perfectamente reconocibles por su atuendo, personalizable cuando se llega a cierto nivel de experiencia y de riqueza, y también te dan la posibilidad de personalizar tu escudo de armas. Puedes ver a un jugador con muchas horas a sus espaldas, ver su armadura y sus accesorios y decir: Joder, quiero ser como él, aunque claro, luego piensas que ha estado horas y horas jugando a corretear por una pradera atacando a gente al bulto y se te quitan las ganas.
Y es que lo importante del juego, que es el combate, está completamente roto. Y eso que, al menos en papel, se basa en uno de los mejores simuladores medievales del mercado: Mount & Blade. Para los que no hayáis jugado a este excelente juego, os explico: El sistema es simple, con el botón izquierdo del ratón usamos el arma, y dependiendo de cómo movamos el mismo, se atacará por los lados, por arriba o en estocada. Con el botón derecho bloqueamos con el escudo o con el arma, dependiendo de lo que tengamos equipado. Esto tan simple, que tan bien funciona en otros juegos, aquí se torna incómodo, impreciso y totalmente aburrido.
No hay posibilidad de estrategia en equipo, ya que la lucha se resuelve normalmente a favor del grupo que tenga más componentes, o que estén mejor equipados, y aunque los mapas nos presentan los típicos tipos de juego online (Deathmatch, capturar zonas, etc) al final todo se resume en ir con un grupo numeroso y cargarse a los menos numerosos.
El sistema de niveles y clases de personajes, que debería limitar esto, tampoco es ninguna maravilla: Comenzamos siendo un soldado normal y corriente, con espada y escudo, y ganamos experiencia para desbloquear más tipos de personajes, como arqueros, ballesteros y caballeros a pie. El problema es que las clases a distancia son extremadamente lentas y débiles, y al final todo el mundo opta por ser caballero, ya que es mucho mejor que el soldado. Un montón de caballeros dando golpes al aire en grupos numerosos, a eso se reducen casi todas las partidas que he echado.

Muriendo

No os voy a mentir, en ocasiones me he divertido porque, al final, estás jugando con más gente y cualquier cosa competitiva acaba siendo divertida, os lo dice un tipo que ha jugado horas y horas al Wetrix. Además, la posibilidad de realizar ejecuciones más o menos espectaculares en función de tu clase ayuda a que de vez en cuando el juego sea, por lo menos, reconfortante. A todo el mundo le gusta apuñalar en el cuello a otra gente,eso es así.
Pero claro, si quieres divertirte matando gente per se, tienes millones de alternativas en el mercado mucho mejores que War of the Roses. Y si queréis matar gente al estilo medieval, os sale mejor instalar el mod online de Mount & Blade Warband que gastaros los cuartos en un juego que no consigue nada de lo que pretendía. Una lástima que un producto de este tipo no haya alcanzado un nivel decente para ser disfrutable, ya que, en mi opinión, hacen falta juegos online que se alejen de los típicos shooters, al menos para presentar alternativas a aquellos que preferimos luchar acero contra acero.
Nota: 3