Brutalidad metalera orca
El mundo de Warhammer siempre ha tratado mal a los Orkos. Y es normal que estos se cabreen, y no tengan otra cosa en su cabeza que machacar y hacer trizas a la clase más favorecida de ese mundo... los humanos.
Así que toca meternos en el papel de nuestros amigos de piel verde. Disfrutar de su brutal tontuna, y de toda esa beligerante forma de ver la vida. En un juego que bajo el desarrollo de Rogueside, no me ha dado un segundo de respiro, además de inyectarme una buena dosis de acción, y un montón de Orkos cabreados descuartizado humanos... placentero a más no poder.
Warhammer 40.000: Shootas, Blood & Teef es unos de esos juegos que uno se pone frente a él para desestresarse. Para soltar adrenalina por cada poro. Y ante todo, para disfrutar de una experiencia arcade solo o en compañía bestial, sin reparo y con mucho humor negro. En un concepto sencillo, donde; el saltar, el correr y el disparar a todo bicho viviente es toda una gozada.
Como ya os digo, el juego nos propone un arcade de acción en formato bidimensional. Donde controlaremos a un aguerrido, y con pocas luces, orko. En el que nos planteamos el ataque a nuestros odiados enemigos imperiales, sin el más mínimo miramiento ni piedad. Y es que el odio nos puede. Así que toca disfrutar de una premisa narrativa que destaca más por su absurdo guion, sus simpáticos diálogos, y un humor negro que marca cada paso que damos entre sangres y miembros cercenados.
Una experiencia que empieza escogiendo y dando forma a nuestro orko protagonista. Al cual iremos personalizando tanto a nivel estético, como armamentístico. Pudiendo escoger entre varios de ellos, con diferentes potenciales estadísticos. Y donde una buena cantidad de armas a corta, media y larga distancia, con diferentes características y potenciales, que gracias a los recursos que conseguiremos y podremos ir adquiriendo en los puntos de control. Y que si entendemos a nuestro personaje sabremos cual es la que mejor les vendrá.
Todo ello bajo un control multidireccional con los sticks, que nos da una libertad de control y disparo realmente divertida y accesible. En la que mezclada con; saltos, esquivas, embestidas y un ágil cambio de armas, consigue proponer momentos de acción brutales y muy bien medidas. Y donde los variados enemigos, los potentes jefes finales, y un buen diseño de escenarios con variados recovecos y bien plantadas plataformas, hacen aún más placentera la matanza. Todo ello bajo un esquema centrado en zonas con oleadas, que tendremos que ir completando para poder acceder a la siguiente zona.
Por cierto, una matanza que es ya una gozada si la jugamos hasta con cuatro amigos. Partidas que se pueden hacer online o de forma local. Llegando a unos soberbios momentos de caos y diversión maravillosamente bestiales. Por desgracia, es una diversión que en poco más de dos horas y media tendremos más que superadas. Y donde solo algunos repuntes de dificultad complican la situación, pero nada que una subida de dificultad general no pueda paliar.