Bethesda nos trae lo que supone una antesala al retorno del aclamado Doom, los shooters en primera persona no tendrían una coherencia si no hacemos memoria y recordamos este brutal nacimiento en la industria, bastantes años atrás, donde más de uno aún se veía su cabellera a la perfección en el espejo y a tantos otros la cara le estaba siendo invadida por un acné corrosivo agresivo.
Wolfenstein: The New Order es, a priori, un título de preparación como veníamos comentando en el párrafo anterior, pero que sin duda y de forma muy silenciosa se nos planta en las tiendas siendo una brutal alternativa en el mercado, como un juego Triple AAA más, donde además y perteneciendo al género al que pertenece, abre un amplio abanico con su jugabilidad añeja, como sucede con la cata de un buen vino, sabíamos que si tuviésemos reminiscencias de lo que suponía un Wolfenstein de la época, nada podía ser negativo.
EL DOMINIO NAZI
Nos ponemos en la piel de un americano, Blazkowicz, para junto al pelotón de reconocimiento intentar contener el avance nazi.
Reescribiendo la historia, una victoria apoteósica de la Alemania Nazi, el mundo a los pies de la ideología aria por excelencia, y como tales, vanidosos como ellos solos. Calavera, una de las sombras alargadas de Hitler como principal enemigo y target de la campaña, la cual está sobradamente infecta de momentos estelares de “último suspiro”.
Todo cambia cuando nuestro protagonista sufre un accidente, algo que lo mantiene en total fuera de juego durante un tiempo que alucinareis al jugarlo. Como soldado clave, Blazkowicz está en búsqueda y captura por parte de las tropas enemigas, el sometimiento Nazi ha comenzado, es hora de recuperarse, volver y vengarse, anular por completo las fuerzas hostiles y en el camino recuperar a viejos compañeros, eres un super soldado.
VUELTA AL PASADO 2.0
Sentarte delante del monitor y colocar las manos sobre el teclado y el ratón, iniciar el juego y observar un HUD bastante familiar, si eres de esos que en tu juventud consumió o devoró horas o días completos como si de minutos se tratasen en juegos como Quake, en este caso Wolfenstein os robará sin piedad una sonrisilla, nada fuera de lo común, simplemente observar ese simbolito de salud y escudo, totalmente numéricos, totalmente añejos, sentirse completamente vulnerables, “Tómese usted este botiquín y recuperará 40 de vida”.
Realmente sabíamos que en los tiempos que corren no todo iba a ser tan “Antiguo”, los FPS han evolucionado y desde la era Modern Warfare parece ser que los shooters no pueden tomar otro camino que no sea el de asemejarse para que el populacho se sienta como “en casa”. Pese a todo, se ha intentado fusionar la jugabilidad moderna con lo que supone un juego de acción en primera persona hoy día.
Avanzar y masacrar suponía Wolfenstein en su día y si queremos supondrá lo mismo aquí, pero tenemos otra alternativa, ponernos el traje de ninja y hacerlo todo con el máximo sigilo posible, al menos con lo que respecta a matar guardias cabecillas, estos indicados en pantalla por una señal de radio, donde no sabemos en qué posición exacta se encuentran, pero somos conscientes de los metros a los que se encuentran situados de nosotros, eliminar a estos enemigos con la mayor discreción posible supone lograr el éxito en una misión, de lo contrario el cabecilla de turno dará la alarma y como buena rata campera se esconderá, no pararán de aparecernos enemigos, la clave está en que el comandante muera, una vez eliminado solo deberemos limpiar la zona de enemigos hasta que la “música para zonas tensas” finalice.
No solo nos enfrentaremos a enemigos al uso, típicos nazis orgullosos de la ideología que defienden gritándonos a diestro y siniestro en un alemán cerrado, también nos iremos encontrando con una serie de enemigos superiores a lo largo de la historia, con artillería pesada, blindados, perros… y una serie de zonas con “jefes de nivel” donde rezaremos para no ser alcanzados por sus armas letales.
El arsenal del que dispondremos a lo largo del juego cuenta con armas ya conocidas, y sobre todo con formas de usarlas conocidísimas y un tanto peculiares para la altura y tiempo en el que estamos. Vuelven las armas a dos manos, como antaño, sembrando el caos allá por donde pisábamos, toque más peliculero no podía haber, además de no hacerlo con armas sencillas como la pistola o el subfusil, llevar una metralleta a dos manos, una escopeta semiautomática del tamaño de un tanque o sobre todo, francotiradoras a dos manos hace que esbocemos una sonrisa maligna, esa sonrisa de sentirse poderoso y a la vez ridículo con ellas equipadas.
EL QUIERO Y NO PUEDO: LA ODISEA
Quizás la parte donde más flojee Wolfenstein, y no precisamente por ser mala, pero un apartado técnico en su generalidad tan bueno hablando por su puesto en la versión PC, no puede tener tantísimos problemas de rendimiento.
El juego de inicio ya comienza con problemas, en este caso y sufriendo lo que hemos sufrido en la redacción, tenemos que advertir que dependiendo de AMD o Nvidia, el juego podrás iniciarlo “sin” problemas, puesto que con AMD deberás actualizar tu controlador a una versión actua para que le juego simplemente te inicie. Absurdo y ridículo en los tiempos que corren que aún tengamos estos problemas que suponen tanto coñazo para los usuarios de PC.
Una vez terminada la odisea de iniciarlo, comienza la batalla contra la tasa de frames, una lucha encarnizada dependiendo a que PC se enfrente el juego, aconsejando con antelación a nuestros lectores que si no poseen un ordenador medianamente optimo ni lo intenten, la lucha la ganara la mala optimización, además por goleada.
Pero todo no va a ser negativo, el juego cuando se deja jugar se observa que luce bastante bien, un detalle gráfico muy cuidado con un suave aroma a Rage y lo que consiguió con ID.
La versión en consolas de nueva generación no luce del todo mal, pero claramente está muy por debajo de la versión de PC, y por supuesto, del rendimiento que pueden ofrecer las mismas.
NUESTRA OPINIÓN FINAL
Un wolfenstein renovado que cuenta con numerosos guiños que nos transportan automáticamente a tiempos donde aún jugábamos con tazos algunos, otros simplemente tendrían menos edad, pero todos disfrutábamos por igual los videojuegos añejos.
The New Order se convierte así en una gran alternativa para todo el amante del FPS, con una narrativa e historias muy sólidas, unos personajes con cierto carisma y sobre todo una jugabilidad muy consistente que mezcla épocas de la industria.
LO MEJOR
-Historia y narrativa
-Jugabilidad
-Guiños
LO PEOR
-Máxima dificultad descompensada (Muy fácil y muy difícil)
-Malísima optimización en compatibles