ANÁLISIS: Zombie Vikings

Publicado el 12 septiembre 2015 por Raúl Vázquez Santos @Generacionpixel

¿Qué hay más de moda actualmente que los zombies en el panorama audiovisual? Pues nada, así que imagínate juntarlos con los guerreros más bestias que jamás han existido, los vikingos. De esa mezcla nace lo nuevo del estudio sueco Zoink Games; encuadrado en el género “beat’em up”, Zombie Vikings nos pone en la piel de cuatro dementes vikingos no muertos al servicio de Odín.

Lastrado desde un primer momento por su necesidad de actualizar el juego por numerosos bugs, la falta de compañía online para exprimir su verdadera esencia y el no haber salido como juego para el plus este mes tras votación de la comunidad, ha hecho que Zombie Vikings no tuviera el estreno pretendido en consolas.

Por suerte, os destripamos las entrañas de este título, para que podáis ustedes mismo decidir si darle o no una oportunidad.

ANÁLISIS

 

VERSIÓN DISPONIBLE

PS4 – PC

VERSIÓN ANALIZADA

PS4 – PC

DESARROLLADOR

ZOINK!

DISTRIBUIDOR

ZOINK!

VALORACIÓN

6’5

NUESTRA FORMA DE VALORAR LOS JUEGOS

Clichés y disparates de la cultura vikinga y de los no muertos

Si por algo destaca Zombie Vikings es por la irracionalidad de sus diálogos y por sus estereotipos en todo lo que le rodea. A priori, esto sería un punto negativo, pero Zoink Games ha conseguido hacer de esto, la base de un título divertido y absurdo a la verdad.

El modo campaña empieza con una escena entre un Odín viejo y destartalado y un Loki un poco oligofrénico y de oscuras intenciones. Éste roba el único ojo sano que le queda a Odín, por lo que su padre, a falta de no poder recurrir a Thor y demás héroes nórdicos, llama de entre los muertos a cuatro peculiares vikingos, que como buenos zombies comerán cerebros y como buenos vikingo llevarán yelmos con cuernos.

Con estos 4 valerosos zombikingos y el barco de Odín turbo diesel inyección, con cierre centralizado y teléfono en el interior (todo esto no es broma), deberán ir tras Loki, pasando numerosos parajes y enfrentándose a diversos engendros de la naturaleza para recuperar el ojo de Odín.

A lo largo de la campaña, nos encontramos con diálogos disparatados y nada lógicos para seres de aquella época. Referencias y críticas al mundo actual, como a Facebook, Mercadona, los selfies, Instagram o Amazon son continuos, así como otros chascarrillos sobre la política actual u otros personajes famosos. Estas conversaciones equilibran la historia infantil que se nos plantea.

Monedas, cerebros y todo lo que se ponga por delante

Como ya hemos dicho, Zombie Vikings es un beat’em up, que no destaca especialmente dentro de su género, pues lo que debemos de hacer es acabar con todos los enemigos que se crucen en nuestro camino, mientras recogemos a nuestro paso todas las monedas y cerebros que encontremos, a través en un entorno 2’5D, en el que contamos con entornos con profundidad que permitirán movernos hacia dentro de los escenarios.

El juego gana o pierde bastante si lo jugamos solo o acompañado. Ya sea de forma online o local, es altamente recomendable jugarlo de forma cooperativa, pues aumenta la diversión y las opciones de movimientos, como la posibilidad de hacer torres para alcanzar ciertas cajas y la facultad de revivirse entre los personajes, cosas que vienen omitidas si jugamos de forma individual, ya que no contamos con la ayuda de la IA.

La mecánica de juego es simple, casi en exceso. Podemos realizar tres tipos de ataque, uno simple, uno mediante pulsación de un botón y uno en velocidad, añadiendo además, un ataque especial -diferente para cada personaje (de poca utilidad en la mayoría de las ocasiones). Estos cuatro ataques no dan lugar a combinaciones o combos de ningún tipo, produciendo el mismo efecto al unir uno con otro, que al hacerlo por separado. Esto dar lugar a una monotonía tremenda a la hora de ir matando a los enemigos, que se transforma en pesadez en ciertos momentos. Para más inri, lo único que varía de un personaje a otro, además de lógicamente su apariencia, es su ataque especial.

El toque rolero lo pone la selección, al comienzo de cada misión, del arma y la runa que podremos llevar con nosotros. Jamás encontrareis armas más variopintas que las que os ofrece este título, desde el auténtico talón de Aquiles (un pie clavado a una espada), hasta pirugatita (un gato amarrado a un palo). En cuanto a las runas, estas ofrecen distintas mejoras de velocidad, curación, salud, salto, etc.

Con estas dos variables, acaban las posibilidades de personalización de nuestros personajes, que aunque rebose de imaginación en las distintas alternativas, se queda bastante corta.

En cuanto a los enemigos, estos también son bastante variopintos, aunque pecan de semejanza. Pues a lo largo de los distintos lugares que debemos ir visitando, nos encontramos con los mismo enemigos pero con distinto disfraz. Por el contrario, tiene una buena cantidad de jefes, que a pesar de su escasa dificultad, le darán más profundidad al elenco de enemigos disponibles.

Si hablamos de la duración, podemos asegurarnos unas 8-10 horas para acabar la campaña, aunque por contra, tenemos un mínimo incentivo en cuanto a su rejugabilidad, pues la falta de tesoros o secretos ocultos, hace que una segunda vuelta sea solamente por pura diversión.

La dificultad, no siendo graduable por el usuario, es modesta, incluso para los jefes finales. No encontraremos grandes dificultades a lo largo del trayecto, a pesar de que los enemigos están bastante duros y hay que darle una buena cantidad de goles para acabar con ellos.

Un plantel monstruoso de Papel y acuarela

En cuanto a su apartado técnico, el título presenta luces y sombras. Tras una actualización que corrige fallos técnicos, sigue pecando de algunos bugs, donde nos obligará a salirnos del juego para tener que volver a empezar la fase actual por el principio. Por otro lado en cuanto a su framerate, alcanza las 30 imágenes por segundo con ciertas bajadas cuando se acumulan muchos enemigos en pantalla.

La parte positiva se presenta en su gran apartado artístico, una de las piedras angulares del título. Nos encontramos con entornos similares a los teatros de papel y personajes caricaturizados. Los distintos lugares que iremos visitando son muy diversos y con muchos detalles, aunque al igual que con los enemigos, muchas partes del entorno se repiten en distintas fases cambiando su estampado o color. Los personajes principales y los enemigos rebosan personalidad y originalidad, mezclando lo grotesco con lo infantil.

En cuanto al apartado sonoro, su bso le acompaña a la perfección, con melodías desenfadadas y efectos de sonido acordes al estilo visual. Las voces de los personajes, que encajan a la perfección con su aspecto, vienen en inglés con subtítulos, incluyendo además los menús en español.

NUESTRA OPINIÓN FINAL

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Zombie Vikings debería de estar dentro del género de “juego acompañado”, aquel que debería de tener como requisito el jugar al menos con un segundo jugador. Aunque no es para menospreciar su campaña individual, su forma cooperativa aumenta exponencialmente la diversión y la calidad del título, que junto a sus diálogos excéntricos y su aspecto cómico, hacen de este título una buena opción para unas tardes de diversión acompañada. Si por el contrario, eres un jugador melancólico y buscas un título más serio, con mayor calidad en cuanto a su jugabilidad y potencia gráfica, aquí no hallarás paz, pero siempre podrás darle una oportunidad y echar unas risas.

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