Analizamos la 3º temporada de Justified

Publicado el 02 mayo 2012 por Lapalomitamecanica
Raylan se apunta otro tanto con una temporada magnética

Si hace unos años todos estábamos atrapados por las peripecias de Vic Mackey y sus chicos, que duda cabe que el canal de cable FX lo ha vuelto a conseguir regalándonos otro drama policíaco de los que dejan huella en el panorama seriéfilo. Sin embargo, ambas series son tan dispares y complejas  que uno no hace sino sentirse afortunado de poder degustarlas. En su tercer año (la cuarta temporada ya está confirmada), Justified se sigue mostrando como una serie pausada donde la perfecta ambientación sureña recrea una atmósfera de viejas heridas en la que la ley del más fuerte se impone como si estuviéramos asistiendo a uno de los clásicos westerns de Sergio Leone.
¿Quién será el último vaquero del condado de Harlan en pie? Descúbrelo en nuestro análisis de la tercera temporada, tras el salto.
Desde luego, este año Justified lo tenía complicado para dejar alto el listón después de una segunda temporada apasionante gracias sobre todo a una extraordinaria Margo Martindale en el papel de Mags Bennet (su epílogo final, imborrable de la memoria), no obstante, podemos estar de enhorabuena porque Justified ha vuelto a demostrar que es un producto de una genuina genialidad no fruto de la casualidad, sino de unos guiones trabajados hasta decir basta por el mítico autor de la novela original Elmore Leonard, y si bien ésta no ha sido la mejor temporada de las tres que hemos contemplado hasta ahora, quizás podamos afirmar que estamos ante la que  más testosterona ha irradiado gracias a la enorme cantidad de gallos que se han pavoneado este año en el corral de Harlam


Una de las claves que han convertido esta andadura en una temporada eléctrica es la enorme cantidad de frentes abiertos con los que nos hemos topado, aunque todos ellos han quedado siempre eclipsados por el malo de la temporada, que no ha sido que otro que Robert Quarles (Neal McDonough). Elegante, casi albino y recién llegado de Detroit, Bobby acude al pueblo de Harlam para convertirse en el nuevo rey midas del crimen en representación de los intereses de la familia de la ciudad (Adam Arkin promete como nuevo gran villano como capo mafioso). No obstante, como veníamos diciendo, esta season ha supuesto también un punto y a parte  que consigue recomponer las piezas del tablero para próximas partidas: la rivalidad entre Boyd y Limehouse, la incorporación del propio Ellstin en el tablero, la complicada relación de Winona,  Raylan y el hijo que está en camino, la mafia de Detroit…
Neal McDonough está sencillamente eléctrico en el papel de Robert Quarles consiguiendo dar forma a un criminal magnífico que ralla la descripción de psicópata de manual. No obstante, toda esa elegancia y gélida pasividad fruto de una mente calculadora se va un poco al traste en unos últimos capítulos cuando un cada vez más desequilibrado Robert no hace sino dar palos de ciego ante su imposibilidad cumplir sus propósitos para desgracia de Boy. A partir de entonces, Quarles no es sino un cadáver andante e imprevisible  que busca alguien que ponga remedio a sus sufrimiento, lejos de un Wynn Duffy (otro excelente secundario) que, agazapado una vez más, consigue salir indemne otra temporada a pesar de que Raylan le tenga cogida la matrícula desde tiempo atrás.

Pero si decimos que esta temporada ha estado plagada de personajes brillántemente descritos, uno de ellos es sin duda Ellstin Limehouse como cabecilla de la comunidad negra de Noble´s Holler. Perro viejo curtido en mil batallas que se postula como uno de los grandes titanes para la cuarta temporada de Justified. El duelo Limehouse-Crowder no ha hecho sino comenzar en un toma y daca constante en el que el curtido Limehouse ha jugado con todos como ha querido, siempre controlando la información y adelantándose al siguiente movimiento. Si tengo que quedarme con un momento estrella de esta temporada, sin duda me quedo con Raylan desenfundando y cortando el viento con sus dos pistolas frente al cuchillo de carnicero de Limehouse y sus chicos. Simplemente colosal.
Tampoco nos podemos olvidar de magníficos secundarios como Dewey y su asfixiante carrera a contrarreloj por sus riñones como si de la película Crank: Veneno en la sangre se tratase, o del vástago de Mags, Dickie Bennet, un personaje que Jeremy Davies recrea a la perfección como un auténtico bufón al que le queda demasiado grande el patio de los mayores, y solo podemos compadecernos del pobre Dickie y del hundimiento del apellido Bennet como si de los Targaryen se tratase.

Justified es una serie con una personalidad absoluta que va más allá del tópico del western creando una atmósfera de dolor de rencillas pasadas frutos de vendettas de antiguos clanes. Harlam es así, solo rige una ley, y uno no es más que el respeto que infunde en los demás. Raylan es el fruto de sus circunstancias, (recordar los últimos minutos y ese trágico final cuando el Marshall confiesa a Winona la verdadera intención de Arlo) busca la redención porque la catarsis siempre es más fuerte que el rencor aunque sea en vano. Justified consigue una tercera temporada notable que si bien tiene sus "peros" (la inverosímil huida de Quarles de la autocaravana ante la impasividad de Boyd o su vagabundeo con quemaduras) todo queda relegado a un espectáculo que destila pólvora, testosterona y que ha encumbrado definitivamente a Timothy Oliphant y a su Raylan de gatilli fácil como el referente actual del thriller policíaco en televisión.