Artículo realizado por: Manu Azpicueta (@MAzpikueta)
Decía Vicente del Bosque que nos estamos “malacostumbrando” y no le falta razón al salmantino. Tercer gran campeonato consecutivo en el que llegamos a las semifinales-en las dos últimas ocasiones levantamos la Copa-. Tan peligrosa es la euforia como el victimismo, y estamos cayendo más en el segundo que en el primero. Se escucha en el runrún frases del tipo: jugamos mal en la fase de grupos, no tiramos a puerta contra Francia, que si tenemos menos descanso, etc.
El principal tema que nos preocupa, y que nos hunde en el victimismo, es el tema del 9. Del Bosque confía en la fórmula del “falso 9” y no me extrañaría que la volviera a utilizar frente a Portugal. Una cosa ha quedado clara, han pasado cuatro partidos y el único delantero de verdad que ha jugado es Torres. Eso deja clara una cosa. Del Bosque no confía en sus delanteros. Valora la experiencia de Torres-por eso le saca-, pero Negredo y Llorente están por si le pasa algo a Torres o a Fàbregas (el falso 9).
La ausencia de Villa está condicionando en demasía el juego de La Roja, pero no es para menos, pues como Villa ahora mismo no hay otro. El Guaje es un ratón del área que aprovecha como nadie los espacios y que de cara a puerta es letal. Torres, sin embargo, es un delantero puro, un killer, un rematador. Y Llorente y Negredo se acercan más a ese tipo de delantero que a Villa. Por eso Del Bosque pone a Fàbregas. Cesc aprovecha los espacios, pero le falta el olfato goleador de Villa. Por eso en muchas jugadas, sobre todo contra Francia en la línea de tres cuartos se nos hacía de noche.
Ahora que en Portugal, Pepe juega en su sitio, como central, hay que barajar bien las opciones en ataque. El luso-brasileño es un central muy rápido y hace muy bien las coberturas. Pero poniéndole enfrente un delantero -que salvo sorpresa sería Torres- le fijaría en su puesto, sin dejarle libertad y así Silva e Iniesta podrían aprovechar los espacios. Recordemos si no lo bien que vino la entrada de Llorente para esa función en el Mundial. Villa pasó a la izquierda y gracias a un espacio llegó el gol. Vicente es el que manda y no se puede dudar de que el hombre que nos dio un mundial busca lo mejor, esperemos que haga lo que haga, acierte. Al contrario que mucha gente yo tengo fe en él.