Lo normal es que, a la hora de prepararnos para un determinado torneo, nos fijemos sobre todo en los posibles rivales y en buscar y analizar partidas suyas. A menudo este casi nuestro único entrenamiento. Pero hay una actividad, altamente productiva, que solemos olvidar: analizar nuestras propias partidas, algo que deberíamos hacer de manera sistemática.
¿Por qué debemos analizar nuestras partidas? Se podrían esgrimir numerosos argumentos, y todos beneficiosos para mejorar nuestro juego, pero vamos a centrarnos en los que considero más importantes:-El primero es que aprenderemos mucho más acerca de la apertura que hemos jugado, sobre todo, si en algún momento nos hemos visto sorprendidos por una jugada del contrario que no conocíamos. Si es así, el análisis será muy productivo y nos ayudará a conocer mejor las aperturas. -El segundo, aprenderemos finales. ¿Quién no se ha enfrentado alguna vez a un final, que sabe que es teórico, pero no recuerda exactamente cuál es el plan correcto? El análisis posterior de la partida nos ayudará a encontrar el camino adecuado y hará que tarde bastante tiempo en volver a olvidársenos. -El tercero, el más importante, encontrarás tus errores, incluso en las partidas que has ganado y de las que te sientes orgulloso, comprobarás que no has jugado tan bien como creías. Observarás tus procesos mentales, errores recurrentes y los fallos estratégicos y tácticos. Hoy en día el uso del ordenador y de Internet es algo cotidiano en cualquier actividad y en la nuestra es fundamental. El uso de programas y motores de juego nos aportarán una ayuda inapreciable. Es como si un GM de 2.600 ELO nos analizara nuestros movimientos, pues ese es el rating que alcanzan muchos de los programas que hay en el mercado. Lo que es seguro, es que después del análisis, sabrás más ajedrez que antes de empezar a analizar.
Más adelante hablaremos de la manera correcta para realizar nuestros análisis caseros.