Hace ahora casi tres años, exactamente el 26 de Marzo de 2012, justo al día siguiente de las últimas elecciones andaluzas, escribía un artículo para mi cosecha, porque entonces publicaba sólo en Facebook, con este mismo título, tras el resultado del escrutinio provisional, según el cual el PP había ganado las elecciones, pero me temía que la pinza de la izquierda se impusiera, como así fue. Este artículo, que en mi opinión sigue vigente, con algunos cambios por el posible nuevo panorama electoral, tal vez podría escribirlo el próximo 23 de Marzo. Decía lo siguiente: <<Andalucía vuelve a decepcionar y parece que está conforme, o no lo suficientemente en contra, con la mala gestión y la corrupción, cuando no el robo generalizado, de los políticos que la han puesto en el último lugar de todo en Europa (déficit, empleo, nivel de educación, abandono escolar, etc.), excepto en sol que, para suerte de todos, no depende del PSOE. Mi más sentido pésame a mis paisanos andaluces de bien, que los hay, y muchos. Pero se ha vuelto a imponer el interés de la mamandurria y el clientelismo al sentido común. Una vez más y van… todas. Ahora, si Izquierda Unida fuera sensata, lo que es mucho pedir, supongo, debería seguir los pasos de lo que han hecho sus compañeros de Extremadura y abstenerse para no ser cómplice del desastre en que más de 30 años de PSOE ha sumido a esta región. En cuanto al amigo Arenas, ese eterno aspirante más veterano que la Catedral-Mezquita de Córdoba, debería irse ya a su retiro playero (¡hay que ver qué buen bronceado luce siempre!) porque su imagen de señorito andaluz trasnochado no da para más. Si no ha sido capaz de ganar, aunque presuma de (amarga) victoria, estas elecciones, después de todo lo que hemos visto en estos años y, especialmente, en los últimos meses y días, en cuanto a despilfarro, drogas, altos cargos detenidos por corrupción, desempleo total (31%) y juvenil –menores de 25 años-(50%), nivel de enseñanza (última según el informe PISA), basura televisiva, etc., etc., será mejor que deje paso a otra gente que sepa transmitir un mensaje de confianza que él, por cuarta vez, no ha sabido hacer. Sus últimas decisiones de no participar en debates, de predicar “Diálogo y humildad” en lugar de honradez y trabajo puede hacer pensar que está conforme con seguir en la poltrona de la oposición a costa del presupuesto. Claro que no hay que culpar sólo a Javier Arenas porque la política del PP en estos cuatro meses tiene también su parte de culpa en el resultado del desastre de Andalucía (sí, desastre sin más. Llamarlo victoria, aunque con el calificativo de amarga, sabiendo, como sabíamos todos, que no valía con ganar sino que había que hacerlo por mayoría absoluta, no deja de ser un eufemismo para el auto-consuelo y tratar de salvar el tipo). La falta de claridad y contundencia en el mensaje que esperábamos la mayor parte de los que votamos PP el pasado 20-N, le ha pasado factura de nuevo. Una factura de 450.000 votos o, lo que es lo mismo, seis o siete escaños que le hubieran dado la mayoría absoluta al PP. El Partido Popular nacional no ha querido, o no ha sabido, que para el caso es lo mismo, cortar con esa ventana de propaganda que supone la RTVE , en particular en Andalucía. Por poner sólo un ejemplo: ¿alguien se imagina una situación al contrario y que el PSOE, gobernando España, hubiera permitido dejar más de tres meses la Televisión Pública en manos de la oposición, con unas elecciones autonómicas trascendentales a la vista? El PSOE se hubiera saltado lo que hubiera que saltarse (recordemos la LOCE, Irak y demás actuaciones de los últimos 8 años) y actuado con hechos consumados, legales o no, antes que permitir no controlar ese importante medio de intervención para manipular el “rebaño”. Mientras el PP no se convenza de que el mensaje a transmitir es el que da Esperanza Aguirre en Madrid (así está Madrid, en cabeza de todo), no hay nada que hacer hasta la ruina total. Como español y andaluz, aunque residente fuera y, por tanto, sin posibilidad de voto allí, siento que mis paisanos no hayan tenido la capacidad de cambiar el signo de estas elecciones. Ellos sabrán lo que han hecho, pero el resultado reflejado en las urnas no ayuda a desterrar la imagen estereotipada del andaluz que en muchos sitios (especialmente en Cataluña, como dejó patente Arturo Más) se tiene de los andaluces: conformistas, poco diligentes y a los que mientras les subvencionen para la copita de vino, les permitan hacer sus chapuzas bajo cuerda y no les compliquen demasiado la vida, si los políticos roban, da igual: “ya han abusado bastante los señoritos”, así que ahora el ‘cortijo político’ tiene derecho a suplantar al cortijo agrícola y ganadero tan denostado por esa izquierda populista que los arruina más aún, pero que lo hace con buena música y sabe vender que es por “el bien del pueblo”, que son ellos y sus allegados. Sevillanas, ferias y romerías, manzanilla y “rebujito”, soleares y fandangos, sol y playa y… ¡a robar! Pasen días caigan dietas. ¡¡¡DESPIERTA ANDALUCÍA!!! O seguirás a la cola de Europa, más cerca de Venezuela, Cuba y demás satélites subdesarrollados que del mundo occidental, cada vez más lejos a este paso.>> Hasta aquí el mencionado artículo de hace tres años. Desgraciadamente, tres años después, con ligeros matices y algunas caras nuevas entre los clásicos, y nuevos actores en forma de partidos, que entonces no contaban o no existían, el panorama ha cambiado poco en lo fundamental y a peor. Por ejemplo, el Presidente de la Junta de Andalucía entonces, José Antonio Griñán, cedió los trastos apresuradamente a Susana Díaz, ante la más que posible imputación por el mayor caso de corrupción de los últimos 40 años, en busca de un puesto que le blindara ante lo que se le venía encima, como así ha sido tras ser imputado por parte del Tribunal Supremo, lo mismo que, un poco antes, había hecho con él su antecesor, Manuel Chaves, por la misma “precaución” de salvaguardia y ahora también imputado en el mismo procedimiento, que se vino a Madrid a calentar escaño en compañía de su inseparable Gaspar Zarrías, otro que tal baila. Andalucía sigue a la cola de aprovechamiento escolar, como lo vuelve a destacar el último Informe PISA y a la cabeza de abandono de las aulas. La corrupción ha seguido aflorando y creciendo y el número de imputados y/o detenidos ronda el centenar. Las tasas de desempleo han aumentado significativamente hasta el 34’2 % (un 10 % más) en el total de la población activa y el 59’0 % (casi un 20% más) entre los menores de veinticinco años que, en el caso de jóvenes de entre 16 y 19 años asciende al 68’7 %. Dos candidatos a la cabeza de los dos grandes partidos sin mucho predicamento, aunque aparenta tener un poco más la actual Presidenta, dado el nivel más que gris del candidato que el ausente Javier Arenas se ha sacado de la chistera teniendo, en mi opinión, bastante mejor es opciones donde elegir (Oña, Sanz, Zoido...). ¿Ha tirado la toalla el Partido Popular a priori en lo que algunos dicen que responde a un pacto de no agresión en otras comunidades, por ejemplo Madrid? El tiempo dirá. Además, aparecen, con posibilidades ciertas de voto, tres nuevas formaciones, Ciudadanos, Podemos (tal vez a costa de la desaparición de IU) y UPyD, que van a influir de manera sensible en las posibles combinaciones postelectorales, si se respeta ese aparente pacto PP/PSOE. ¿O habría que decir PPOE? En la festividad poco explicable de la Fiesta de Andalucía, creo que el llamamiento viene bien para mis paisanos andaluces, a tres semanas de una nueva cita electoral, a ver si sirve de revulsivo y recapacitan ante lo que puede ser un resultado de difícil “digestión” para Andalucía y no más fácil gestión para el encargado de sacar adelante un posible gobierno. Por cierto, y para los “cuatro” andalucistas despistados que no se quieren enterar de la realidad, nunca ha existido el mal llamado Nacionalismo Andaluz ni Blas Infante ha sido “padre de la Patria andaluza” ni héroe de nada. Me parece lamentable a lo que ha llegado el "café para todos" del Profesor Clavero, aquel ministro deAdolfo Suárez. Desde mi punto de vista sólo debe existir el NACIONALISMO ESPAÑOL, la única nación al Sur de los Pirineos, excepción hecha de Portugal, todo lo demás son inventos contra la historia de cinco siglos, por lo menos o, tal vez de más de dos mil años.
Hoy jueves os traemos una
nueva colaboración de Antonio de la Torre, en la que hace un análisis sobre las
próximas elecciones en Andalucía, recuperando un artículo escrito hace tres
años y adaptándolo a 2015. Es su homenaje al Día de Andalucía. Esperemos que
Andalucía despierte, falta nos hace.
Hace ahora casi tres años, exactamente el 26 de Marzo de 2012, justo al día siguiente de las últimas elecciones andaluzas, escribía un artículo para mi cosecha, porque entonces publicaba sólo en Facebook, con este mismo título, tras el resultado del escrutinio provisional, según el cual el PP había ganado las elecciones, pero me temía que la pinza de la izquierda se impusiera, como así fue. Este artículo, que en mi opinión sigue vigente, con algunos cambios por el posible nuevo panorama electoral, tal vez podría escribirlo el próximo 23 de Marzo. Decía lo siguiente: <<Andalucía vuelve a decepcionar y parece que está conforme, o no lo suficientemente en contra, con la mala gestión y la corrupción, cuando no el robo generalizado, de los políticos que la han puesto en el último lugar de todo en Europa (déficit, empleo, nivel de educación, abandono escolar, etc.), excepto en sol que, para suerte de todos, no depende del PSOE. Mi más sentido pésame a mis paisanos andaluces de bien, que los hay, y muchos. Pero se ha vuelto a imponer el interés de la mamandurria y el clientelismo al sentido común. Una vez más y van… todas. Ahora, si Izquierda Unida fuera sensata, lo que es mucho pedir, supongo, debería seguir los pasos de lo que han hecho sus compañeros de Extremadura y abstenerse para no ser cómplice del desastre en que más de 30 años de PSOE ha sumido a esta región. En cuanto al amigo Arenas, ese eterno aspirante más veterano que la Catedral-Mezquita de Córdoba, debería irse ya a su retiro playero (¡hay que ver qué buen bronceado luce siempre!) porque su imagen de señorito andaluz trasnochado no da para más. Si no ha sido capaz de ganar, aunque presuma de (amarga) victoria, estas elecciones, después de todo lo que hemos visto en estos años y, especialmente, en los últimos meses y días, en cuanto a despilfarro, drogas, altos cargos detenidos por corrupción, desempleo total (31%) y juvenil –menores de 25 años-(50%), nivel de enseñanza (última según el informe PISA), basura televisiva, etc., etc., será mejor que deje paso a otra gente que sepa transmitir un mensaje de confianza que él, por cuarta vez, no ha sabido hacer. Sus últimas decisiones de no participar en debates, de predicar “Diálogo y humildad” en lugar de honradez y trabajo puede hacer pensar que está conforme con seguir en la poltrona de la oposición a costa del presupuesto. Claro que no hay que culpar sólo a Javier Arenas porque la política del PP en estos cuatro meses tiene también su parte de culpa en el resultado del desastre de Andalucía (sí, desastre sin más. Llamarlo victoria, aunque con el calificativo de amarga, sabiendo, como sabíamos todos, que no valía con ganar sino que había que hacerlo por mayoría absoluta, no deja de ser un eufemismo para el auto-consuelo y tratar de salvar el tipo). La falta de claridad y contundencia en el mensaje que esperábamos la mayor parte de los que votamos PP el pasado 20-N, le ha pasado factura de nuevo. Una factura de 450.000 votos o, lo que es lo mismo, seis o siete escaños que le hubieran dado la mayoría absoluta al PP. El Partido Popular nacional no ha querido, o no ha sabido, que para el caso es lo mismo, cortar con esa ventana de propaganda que supone la RTVE , en particular en Andalucía. Por poner sólo un ejemplo: ¿alguien se imagina una situación al contrario y que el PSOE, gobernando España, hubiera permitido dejar más de tres meses la Televisión Pública en manos de la oposición, con unas elecciones autonómicas trascendentales a la vista? El PSOE se hubiera saltado lo que hubiera que saltarse (recordemos la LOCE, Irak y demás actuaciones de los últimos 8 años) y actuado con hechos consumados, legales o no, antes que permitir no controlar ese importante medio de intervención para manipular el “rebaño”. Mientras el PP no se convenza de que el mensaje a transmitir es el que da Esperanza Aguirre en Madrid (así está Madrid, en cabeza de todo), no hay nada que hacer hasta la ruina total. Como español y andaluz, aunque residente fuera y, por tanto, sin posibilidad de voto allí, siento que mis paisanos no hayan tenido la capacidad de cambiar el signo de estas elecciones. Ellos sabrán lo que han hecho, pero el resultado reflejado en las urnas no ayuda a desterrar la imagen estereotipada del andaluz que en muchos sitios (especialmente en Cataluña, como dejó patente Arturo Más) se tiene de los andaluces: conformistas, poco diligentes y a los que mientras les subvencionen para la copita de vino, les permitan hacer sus chapuzas bajo cuerda y no les compliquen demasiado la vida, si los políticos roban, da igual: “ya han abusado bastante los señoritos”, así que ahora el ‘cortijo político’ tiene derecho a suplantar al cortijo agrícola y ganadero tan denostado por esa izquierda populista que los arruina más aún, pero que lo hace con buena música y sabe vender que es por “el bien del pueblo”, que son ellos y sus allegados. Sevillanas, ferias y romerías, manzanilla y “rebujito”, soleares y fandangos, sol y playa y… ¡a robar! Pasen días caigan dietas. ¡¡¡DESPIERTA ANDALUCÍA!!! O seguirás a la cola de Europa, más cerca de Venezuela, Cuba y demás satélites subdesarrollados que del mundo occidental, cada vez más lejos a este paso.>> Hasta aquí el mencionado artículo de hace tres años. Desgraciadamente, tres años después, con ligeros matices y algunas caras nuevas entre los clásicos, y nuevos actores en forma de partidos, que entonces no contaban o no existían, el panorama ha cambiado poco en lo fundamental y a peor. Por ejemplo, el Presidente de la Junta de Andalucía entonces, José Antonio Griñán, cedió los trastos apresuradamente a Susana Díaz, ante la más que posible imputación por el mayor caso de corrupción de los últimos 40 años, en busca de un puesto que le blindara ante lo que se le venía encima, como así ha sido tras ser imputado por parte del Tribunal Supremo, lo mismo que, un poco antes, había hecho con él su antecesor, Manuel Chaves, por la misma “precaución” de salvaguardia y ahora también imputado en el mismo procedimiento, que se vino a Madrid a calentar escaño en compañía de su inseparable Gaspar Zarrías, otro que tal baila. Andalucía sigue a la cola de aprovechamiento escolar, como lo vuelve a destacar el último Informe PISA y a la cabeza de abandono de las aulas. La corrupción ha seguido aflorando y creciendo y el número de imputados y/o detenidos ronda el centenar. Las tasas de desempleo han aumentado significativamente hasta el 34’2 % (un 10 % más) en el total de la población activa y el 59’0 % (casi un 20% más) entre los menores de veinticinco años que, en el caso de jóvenes de entre 16 y 19 años asciende al 68’7 %. Dos candidatos a la cabeza de los dos grandes partidos sin mucho predicamento, aunque aparenta tener un poco más la actual Presidenta, dado el nivel más que gris del candidato que el ausente Javier Arenas se ha sacado de la chistera teniendo, en mi opinión, bastante mejor es opciones donde elegir (Oña, Sanz, Zoido...). ¿Ha tirado la toalla el Partido Popular a priori en lo que algunos dicen que responde a un pacto de no agresión en otras comunidades, por ejemplo Madrid? El tiempo dirá. Además, aparecen, con posibilidades ciertas de voto, tres nuevas formaciones, Ciudadanos, Podemos (tal vez a costa de la desaparición de IU) y UPyD, que van a influir de manera sensible en las posibles combinaciones postelectorales, si se respeta ese aparente pacto PP/PSOE. ¿O habría que decir PPOE? En la festividad poco explicable de la Fiesta de Andalucía, creo que el llamamiento viene bien para mis paisanos andaluces, a tres semanas de una nueva cita electoral, a ver si sirve de revulsivo y recapacitan ante lo que puede ser un resultado de difícil “digestión” para Andalucía y no más fácil gestión para el encargado de sacar adelante un posible gobierno. Por cierto, y para los “cuatro” andalucistas despistados que no se quieren enterar de la realidad, nunca ha existido el mal llamado Nacionalismo Andaluz ni Blas Infante ha sido “padre de la Patria andaluza” ni héroe de nada. Me parece lamentable a lo que ha llegado el "café para todos" del Profesor Clavero, aquel ministro deAdolfo Suárez. Desde mi punto de vista sólo debe existir el NACIONALISMO ESPAÑOL, la única nación al Sur de los Pirineos, excepción hecha de Portugal, todo lo demás son inventos contra la historia de cinco siglos, por lo menos o, tal vez de más de dos mil años.
Hace ahora casi tres años, exactamente el 26 de Marzo de 2012, justo al día siguiente de las últimas elecciones andaluzas, escribía un artículo para mi cosecha, porque entonces publicaba sólo en Facebook, con este mismo título, tras el resultado del escrutinio provisional, según el cual el PP había ganado las elecciones, pero me temía que la pinza de la izquierda se impusiera, como así fue. Este artículo, que en mi opinión sigue vigente, con algunos cambios por el posible nuevo panorama electoral, tal vez podría escribirlo el próximo 23 de Marzo. Decía lo siguiente: <<Andalucía vuelve a decepcionar y parece que está conforme, o no lo suficientemente en contra, con la mala gestión y la corrupción, cuando no el robo generalizado, de los políticos que la han puesto en el último lugar de todo en Europa (déficit, empleo, nivel de educación, abandono escolar, etc.), excepto en sol que, para suerte de todos, no depende del PSOE. Mi más sentido pésame a mis paisanos andaluces de bien, que los hay, y muchos. Pero se ha vuelto a imponer el interés de la mamandurria y el clientelismo al sentido común. Una vez más y van… todas. Ahora, si Izquierda Unida fuera sensata, lo que es mucho pedir, supongo, debería seguir los pasos de lo que han hecho sus compañeros de Extremadura y abstenerse para no ser cómplice del desastre en que más de 30 años de PSOE ha sumido a esta región. En cuanto al amigo Arenas, ese eterno aspirante más veterano que la Catedral-Mezquita de Córdoba, debería irse ya a su retiro playero (¡hay que ver qué buen bronceado luce siempre!) porque su imagen de señorito andaluz trasnochado no da para más. Si no ha sido capaz de ganar, aunque presuma de (amarga) victoria, estas elecciones, después de todo lo que hemos visto en estos años y, especialmente, en los últimos meses y días, en cuanto a despilfarro, drogas, altos cargos detenidos por corrupción, desempleo total (31%) y juvenil –menores de 25 años-(50%), nivel de enseñanza (última según el informe PISA), basura televisiva, etc., etc., será mejor que deje paso a otra gente que sepa transmitir un mensaje de confianza que él, por cuarta vez, no ha sabido hacer. Sus últimas decisiones de no participar en debates, de predicar “Diálogo y humildad” en lugar de honradez y trabajo puede hacer pensar que está conforme con seguir en la poltrona de la oposición a costa del presupuesto. Claro que no hay que culpar sólo a Javier Arenas porque la política del PP en estos cuatro meses tiene también su parte de culpa en el resultado del desastre de Andalucía (sí, desastre sin más. Llamarlo victoria, aunque con el calificativo de amarga, sabiendo, como sabíamos todos, que no valía con ganar sino que había que hacerlo por mayoría absoluta, no deja de ser un eufemismo para el auto-consuelo y tratar de salvar el tipo). La falta de claridad y contundencia en el mensaje que esperábamos la mayor parte de los que votamos PP el pasado 20-N, le ha pasado factura de nuevo. Una factura de 450.000 votos o, lo que es lo mismo, seis o siete escaños que le hubieran dado la mayoría absoluta al PP. El Partido Popular nacional no ha querido, o no ha sabido, que para el caso es lo mismo, cortar con esa ventana de propaganda que supone la RTVE , en particular en Andalucía. Por poner sólo un ejemplo: ¿alguien se imagina una situación al contrario y que el PSOE, gobernando España, hubiera permitido dejar más de tres meses la Televisión Pública en manos de la oposición, con unas elecciones autonómicas trascendentales a la vista? El PSOE se hubiera saltado lo que hubiera que saltarse (recordemos la LOCE, Irak y demás actuaciones de los últimos 8 años) y actuado con hechos consumados, legales o no, antes que permitir no controlar ese importante medio de intervención para manipular el “rebaño”. Mientras el PP no se convenza de que el mensaje a transmitir es el que da Esperanza Aguirre en Madrid (así está Madrid, en cabeza de todo), no hay nada que hacer hasta la ruina total. Como español y andaluz, aunque residente fuera y, por tanto, sin posibilidad de voto allí, siento que mis paisanos no hayan tenido la capacidad de cambiar el signo de estas elecciones. Ellos sabrán lo que han hecho, pero el resultado reflejado en las urnas no ayuda a desterrar la imagen estereotipada del andaluz que en muchos sitios (especialmente en Cataluña, como dejó patente Arturo Más) se tiene de los andaluces: conformistas, poco diligentes y a los que mientras les subvencionen para la copita de vino, les permitan hacer sus chapuzas bajo cuerda y no les compliquen demasiado la vida, si los políticos roban, da igual: “ya han abusado bastante los señoritos”, así que ahora el ‘cortijo político’ tiene derecho a suplantar al cortijo agrícola y ganadero tan denostado por esa izquierda populista que los arruina más aún, pero que lo hace con buena música y sabe vender que es por “el bien del pueblo”, que son ellos y sus allegados. Sevillanas, ferias y romerías, manzanilla y “rebujito”, soleares y fandangos, sol y playa y… ¡a robar! Pasen días caigan dietas. ¡¡¡DESPIERTA ANDALUCÍA!!! O seguirás a la cola de Europa, más cerca de Venezuela, Cuba y demás satélites subdesarrollados que del mundo occidental, cada vez más lejos a este paso.>> Hasta aquí el mencionado artículo de hace tres años. Desgraciadamente, tres años después, con ligeros matices y algunas caras nuevas entre los clásicos, y nuevos actores en forma de partidos, que entonces no contaban o no existían, el panorama ha cambiado poco en lo fundamental y a peor. Por ejemplo, el Presidente de la Junta de Andalucía entonces, José Antonio Griñán, cedió los trastos apresuradamente a Susana Díaz, ante la más que posible imputación por el mayor caso de corrupción de los últimos 40 años, en busca de un puesto que le blindara ante lo que se le venía encima, como así ha sido tras ser imputado por parte del Tribunal Supremo, lo mismo que, un poco antes, había hecho con él su antecesor, Manuel Chaves, por la misma “precaución” de salvaguardia y ahora también imputado en el mismo procedimiento, que se vino a Madrid a calentar escaño en compañía de su inseparable Gaspar Zarrías, otro que tal baila. Andalucía sigue a la cola de aprovechamiento escolar, como lo vuelve a destacar el último Informe PISA y a la cabeza de abandono de las aulas. La corrupción ha seguido aflorando y creciendo y el número de imputados y/o detenidos ronda el centenar. Las tasas de desempleo han aumentado significativamente hasta el 34’2 % (un 10 % más) en el total de la población activa y el 59’0 % (casi un 20% más) entre los menores de veinticinco años que, en el caso de jóvenes de entre 16 y 19 años asciende al 68’7 %. Dos candidatos a la cabeza de los dos grandes partidos sin mucho predicamento, aunque aparenta tener un poco más la actual Presidenta, dado el nivel más que gris del candidato que el ausente Javier Arenas se ha sacado de la chistera teniendo, en mi opinión, bastante mejor es opciones donde elegir (Oña, Sanz, Zoido...). ¿Ha tirado la toalla el Partido Popular a priori en lo que algunos dicen que responde a un pacto de no agresión en otras comunidades, por ejemplo Madrid? El tiempo dirá. Además, aparecen, con posibilidades ciertas de voto, tres nuevas formaciones, Ciudadanos, Podemos (tal vez a costa de la desaparición de IU) y UPyD, que van a influir de manera sensible en las posibles combinaciones postelectorales, si se respeta ese aparente pacto PP/PSOE. ¿O habría que decir PPOE? En la festividad poco explicable de la Fiesta de Andalucía, creo que el llamamiento viene bien para mis paisanos andaluces, a tres semanas de una nueva cita electoral, a ver si sirve de revulsivo y recapacitan ante lo que puede ser un resultado de difícil “digestión” para Andalucía y no más fácil gestión para el encargado de sacar adelante un posible gobierno. Por cierto, y para los “cuatro” andalucistas despistados que no se quieren enterar de la realidad, nunca ha existido el mal llamado Nacionalismo Andaluz ni Blas Infante ha sido “padre de la Patria andaluza” ni héroe de nada. Me parece lamentable a lo que ha llegado el "café para todos" del Profesor Clavero, aquel ministro deAdolfo Suárez. Desde mi punto de vista sólo debe existir el NACIONALISMO ESPAÑOL, la única nación al Sur de los Pirineos, excepción hecha de Portugal, todo lo demás son inventos contra la historia de cinco siglos, por lo menos o, tal vez de más de dos mil años.