Celebradas las elecciones andaluzas del pasado 22 de Marzo y, a la vista de los resultados, más fruto de la poca cabeza de muchos de mis queridos paisanos andaluces que de un análisis racional de lo que se votaba y, sobre todo, de las consecuencias que ese voto pasional y no ponderado podría suponer, nos encontramos ante lo que dije en una entrevista que me hacían en INTERECONOMÍA TV, al día siguiente de las elecciones: “si los partidos que conforman el nuevo arco parlamentario andaluz junto al PSOE (PP, Podemos, Ciudadanos e IULV-CA) son coherentes con lo que han dicho en campaña, es muy probable es que nos podamos ver abocados a una nueva convocatoria electoral”, ante la imposibilidad de que doña Susana pudiera formar un gobierno, en minoría, con las mínimas garantías de “gobernabilidad”, valga la redundancia. Todo ello, dando por supuesto que el PSOE seguiría siendo paladín de la incoherencia, como nos ha venido demostrando a lo largo de sus 35 años de “dictadura del proletariado. Bueno, pues parece que, tras este mes y medio de conversaciones y a pesar del primer ofrecimiento del PP con ese “do ut des” -te apoyo si me apoyas, claro-, rechazado de inmediato por la señora Díaz; de los amagos del representante de Ciudadanos, ese “polifacético” y polivalente candidato, que lo mismo se intenta colocar con el PP, lo intenta con UPyD, o hace la pinza desde un partido local con el PSOE para desbancar a uno de sus anteriores partidos y, al fin, tocar poder (en el fondo parece que es lo que importa) y que se pasa al partido naranja para aprovechar los aires de cambio en el mapa político; de que la gaditana, integrada en Podemos desde el partido anticapitalista y ”encantada de haberse conocido” tras situar a su amigo en la lista municipal de Cádiz, tampoco se ha decidido a facilitarle las cosas o de ver cómo el representante de IULV-CA no ha olvidado la penúltima de la señora Díaz al expulsarlos del gobierno andaluz y convocar elecciones anticipadas, el escenario de la repetición de elecciones se hace más patente. Recordemos que lo que el candidato del PP le propuso era abstenerse en la votación a cambio de que el PSOE (ella, en el caso de Andalucía) aceptara que gobernase, en todos sitios, la lista más votada, a lo que se negó doña Susana en redondo y a lo que ahora apela para ella. Eso sí, lo que ella no permitió en 2012 cuando el Partido Popular de Javier Arenas el “fugitivo” (bis) obtuvo tres escaños más que ella en estas últimas elecciones. “Cosas veredes…”, lo que para usted no vale para mí sí –así son ellos, y ellas-. Ciudadanos, por su parte (y algo parecido -con matices- Podemos), le exigía la entrega de las actas de senador y diputado, respectivamente, por parte de Griñán y Chaves, padrinos de doña Susana, junto con un pacto contra la corrupción, sobre lo que se produce un “sí pero no –o no ahora-“ y “palabras, palabras, palabras” -al más puro estilo Mina (conocida cantante italiana de mi juventud, para los más jóvenes)- sin mucha voluntad por su parte y pese a que el Sr. Marín, al quedársele corta su indiscutible “vocación” de servicio en el ámbito local de Sanlúcar (poco para tan “altos”, “firmes” e “inamovibles” ideales y principios) y verse como Vicepresidente de lo que más bien parece la “Unta” de Andalucía ha estado a punto de apoyar a la Presidente en funciones -el o la que preside es presidente- aunque la actuación contundente de Albert Rivera lo ha impedido: “Oye, Juan, a ver si me vas a desmontar el chiringuito que ya tengo casi vendido a tanto iluso (ignorante, diría yo) que se cree que somos un partido de centro derecha”. Por último, el amigo Maíllo no ha podido superar el “trauma” de ser excluido de su rango vicepresidencial y pasa factura, aunque, a fin de cuentas, ha sido el más clarito en el debate de investidura –algunos dicen de “embestidura”, tras el varapalo recibido por la reina del Canal Sur- y le ha dicho lo que todos piensan y muchos sabemos: “No la apoyo porque usted no es de fiar”. Así que nos vemos abocados a una nueva convocatoria electoral si, en los escasos dos meses que quedan de plazo -el 5 de Julio parece ser la fecha límite para formar gobierno (no me atrevo a ponerlo con mayúscula)- doña Susana no consigue el apoyo de alguno de los partidos (el de IUA no le sería suficiente) o la abstención suficiente para hacer valer lo que ella no respetó hace tres años y que sus 47 escaños le permitan formar el ansiado gobierno “en minoría” y refrendar su “amarga” victoria. Tampoco es descartable que las posturas de unos y otros sólo se traten, en realidad, de un paripé calculado para no complicarse demasiado de cara a las inminentes elecciones municipales y autonómicas del próximo 24 de Mayo que, un cambio de comportamiento sobre lo dicho en la campaña de las andaluzas, podría pasarles facturas. Después ya habrá tiempo de “justificar” el cambio de cara a las generales. Frente a esta posibilidad no son pocos los que dicen que hay que evitar una repetición de los comicios andaluces “para no incurrir en un nuevo coste electoral” -14 millones de euros parece que fue el coste de la campaña de Marzo- y eso lo dicen, mayormente, los que organizaron el “gran fraude”, Griñán dixit, de los ERE -casi 1.000 millones de euros- o el de la formación -unos 3.000 millones más- con la inestimable ayuda de su sindicato hermano, la UGT. Nunca es tarde para demostrar ese espíritu austero que a algunos tanto les molesta cuando lo dicen otros y que ahora, lo que sería un escaso 1’4 % respecto del primer caso y menos del 0’5 % del segundo, parece suponer un “dispendio que habría que evitar”. Mientras tanto, Andalucía sigue paralizada con su 35 % de paro global -12 puntos por encima de la media de España-, su 59 % de paro juvenil –hasta 25 años-, que se hace aún más dramático cuando consideramos la horquilla entre 16 y 19 años en la que se dispara hasta el 69 %, superando holgadamente el 70% en algunas provincias. Precisamente, hace un par de días, asistía en la Fundación Rafael del Pino de Madrid, a la presentación de la cuarta edición del libro sobre el “Índice de Libertad Económica en España 2015” con el subtítulo “¿Por qué los madrileños son más ricos que los andaluces?”, en el que un año más, Andalucía aparece en penúltimo lugar, sólo superada por Extremadura y precedida por Asturias y Castilla La Mancha, curiosamente, comunidades en las que los gobiernos socialistas han sido los predominantes desde la transición, mientras Madrid lo encabeza y su renta per cápita se sitúa también en primer lugar destacado, seguida por Vascongadas, Navarra y Cataluña. Es decir, Andalucía sigue encabezando los índices negativos, paro, abandono escolar, calidad de educación, deuda, etc., y en la cola de los positivos, libertad económica, renta per cápita, etc. Menos mal que el Sol no lo gestiona la Junta de Andalucía. En definitiva, que Andalucía sigue sin despertar ¡Pobre Andalucía! Y doña Susana se queda, de momento, “compuesta y sin novio”, víctima de su propia medicina.
ANDALUCÍA NO DESPIERTA (Nueva Crónica de una muerte anunciada II), por @AntoniodltL
Publicado el 11 mayo 2015 por Catalega @Catalega
Hoy contamos con una
nueva colaboración del amigo del Blog Antonio de la Torre, que nos deja su
opinión sobre los resultados en las elecciones andaluzas y la situación que se
está viviendo en esta tierra. Muy interesante, como siempre.
Celebradas las elecciones andaluzas del pasado 22 de Marzo y, a la vista de los resultados, más fruto de la poca cabeza de muchos de mis queridos paisanos andaluces que de un análisis racional de lo que se votaba y, sobre todo, de las consecuencias que ese voto pasional y no ponderado podría suponer, nos encontramos ante lo que dije en una entrevista que me hacían en INTERECONOMÍA TV, al día siguiente de las elecciones: “si los partidos que conforman el nuevo arco parlamentario andaluz junto al PSOE (PP, Podemos, Ciudadanos e IULV-CA) son coherentes con lo que han dicho en campaña, es muy probable es que nos podamos ver abocados a una nueva convocatoria electoral”, ante la imposibilidad de que doña Susana pudiera formar un gobierno, en minoría, con las mínimas garantías de “gobernabilidad”, valga la redundancia. Todo ello, dando por supuesto que el PSOE seguiría siendo paladín de la incoherencia, como nos ha venido demostrando a lo largo de sus 35 años de “dictadura del proletariado. Bueno, pues parece que, tras este mes y medio de conversaciones y a pesar del primer ofrecimiento del PP con ese “do ut des” -te apoyo si me apoyas, claro-, rechazado de inmediato por la señora Díaz; de los amagos del representante de Ciudadanos, ese “polifacético” y polivalente candidato, que lo mismo se intenta colocar con el PP, lo intenta con UPyD, o hace la pinza desde un partido local con el PSOE para desbancar a uno de sus anteriores partidos y, al fin, tocar poder (en el fondo parece que es lo que importa) y que se pasa al partido naranja para aprovechar los aires de cambio en el mapa político; de que la gaditana, integrada en Podemos desde el partido anticapitalista y ”encantada de haberse conocido” tras situar a su amigo en la lista municipal de Cádiz, tampoco se ha decidido a facilitarle las cosas o de ver cómo el representante de IULV-CA no ha olvidado la penúltima de la señora Díaz al expulsarlos del gobierno andaluz y convocar elecciones anticipadas, el escenario de la repetición de elecciones se hace más patente. Recordemos que lo que el candidato del PP le propuso era abstenerse en la votación a cambio de que el PSOE (ella, en el caso de Andalucía) aceptara que gobernase, en todos sitios, la lista más votada, a lo que se negó doña Susana en redondo y a lo que ahora apela para ella. Eso sí, lo que ella no permitió en 2012 cuando el Partido Popular de Javier Arenas el “fugitivo” (bis) obtuvo tres escaños más que ella en estas últimas elecciones. “Cosas veredes…”, lo que para usted no vale para mí sí –así son ellos, y ellas-. Ciudadanos, por su parte (y algo parecido -con matices- Podemos), le exigía la entrega de las actas de senador y diputado, respectivamente, por parte de Griñán y Chaves, padrinos de doña Susana, junto con un pacto contra la corrupción, sobre lo que se produce un “sí pero no –o no ahora-“ y “palabras, palabras, palabras” -al más puro estilo Mina (conocida cantante italiana de mi juventud, para los más jóvenes)- sin mucha voluntad por su parte y pese a que el Sr. Marín, al quedársele corta su indiscutible “vocación” de servicio en el ámbito local de Sanlúcar (poco para tan “altos”, “firmes” e “inamovibles” ideales y principios) y verse como Vicepresidente de lo que más bien parece la “Unta” de Andalucía ha estado a punto de apoyar a la Presidente en funciones -el o la que preside es presidente- aunque la actuación contundente de Albert Rivera lo ha impedido: “Oye, Juan, a ver si me vas a desmontar el chiringuito que ya tengo casi vendido a tanto iluso (ignorante, diría yo) que se cree que somos un partido de centro derecha”. Por último, el amigo Maíllo no ha podido superar el “trauma” de ser excluido de su rango vicepresidencial y pasa factura, aunque, a fin de cuentas, ha sido el más clarito en el debate de investidura –algunos dicen de “embestidura”, tras el varapalo recibido por la reina del Canal Sur- y le ha dicho lo que todos piensan y muchos sabemos: “No la apoyo porque usted no es de fiar”. Así que nos vemos abocados a una nueva convocatoria electoral si, en los escasos dos meses que quedan de plazo -el 5 de Julio parece ser la fecha límite para formar gobierno (no me atrevo a ponerlo con mayúscula)- doña Susana no consigue el apoyo de alguno de los partidos (el de IUA no le sería suficiente) o la abstención suficiente para hacer valer lo que ella no respetó hace tres años y que sus 47 escaños le permitan formar el ansiado gobierno “en minoría” y refrendar su “amarga” victoria. Tampoco es descartable que las posturas de unos y otros sólo se traten, en realidad, de un paripé calculado para no complicarse demasiado de cara a las inminentes elecciones municipales y autonómicas del próximo 24 de Mayo que, un cambio de comportamiento sobre lo dicho en la campaña de las andaluzas, podría pasarles facturas. Después ya habrá tiempo de “justificar” el cambio de cara a las generales. Frente a esta posibilidad no son pocos los que dicen que hay que evitar una repetición de los comicios andaluces “para no incurrir en un nuevo coste electoral” -14 millones de euros parece que fue el coste de la campaña de Marzo- y eso lo dicen, mayormente, los que organizaron el “gran fraude”, Griñán dixit, de los ERE -casi 1.000 millones de euros- o el de la formación -unos 3.000 millones más- con la inestimable ayuda de su sindicato hermano, la UGT. Nunca es tarde para demostrar ese espíritu austero que a algunos tanto les molesta cuando lo dicen otros y que ahora, lo que sería un escaso 1’4 % respecto del primer caso y menos del 0’5 % del segundo, parece suponer un “dispendio que habría que evitar”. Mientras tanto, Andalucía sigue paralizada con su 35 % de paro global -12 puntos por encima de la media de España-, su 59 % de paro juvenil –hasta 25 años-, que se hace aún más dramático cuando consideramos la horquilla entre 16 y 19 años en la que se dispara hasta el 69 %, superando holgadamente el 70% en algunas provincias. Precisamente, hace un par de días, asistía en la Fundación Rafael del Pino de Madrid, a la presentación de la cuarta edición del libro sobre el “Índice de Libertad Económica en España 2015” con el subtítulo “¿Por qué los madrileños son más ricos que los andaluces?”, en el que un año más, Andalucía aparece en penúltimo lugar, sólo superada por Extremadura y precedida por Asturias y Castilla La Mancha, curiosamente, comunidades en las que los gobiernos socialistas han sido los predominantes desde la transición, mientras Madrid lo encabeza y su renta per cápita se sitúa también en primer lugar destacado, seguida por Vascongadas, Navarra y Cataluña. Es decir, Andalucía sigue encabezando los índices negativos, paro, abandono escolar, calidad de educación, deuda, etc., y en la cola de los positivos, libertad económica, renta per cápita, etc. Menos mal que el Sol no lo gestiona la Junta de Andalucía. En definitiva, que Andalucía sigue sin despertar ¡Pobre Andalucía! Y doña Susana se queda, de momento, “compuesta y sin novio”, víctima de su propia medicina.
Celebradas las elecciones andaluzas del pasado 22 de Marzo y, a la vista de los resultados, más fruto de la poca cabeza de muchos de mis queridos paisanos andaluces que de un análisis racional de lo que se votaba y, sobre todo, de las consecuencias que ese voto pasional y no ponderado podría suponer, nos encontramos ante lo que dije en una entrevista que me hacían en INTERECONOMÍA TV, al día siguiente de las elecciones: “si los partidos que conforman el nuevo arco parlamentario andaluz junto al PSOE (PP, Podemos, Ciudadanos e IULV-CA) son coherentes con lo que han dicho en campaña, es muy probable es que nos podamos ver abocados a una nueva convocatoria electoral”, ante la imposibilidad de que doña Susana pudiera formar un gobierno, en minoría, con las mínimas garantías de “gobernabilidad”, valga la redundancia. Todo ello, dando por supuesto que el PSOE seguiría siendo paladín de la incoherencia, como nos ha venido demostrando a lo largo de sus 35 años de “dictadura del proletariado. Bueno, pues parece que, tras este mes y medio de conversaciones y a pesar del primer ofrecimiento del PP con ese “do ut des” -te apoyo si me apoyas, claro-, rechazado de inmediato por la señora Díaz; de los amagos del representante de Ciudadanos, ese “polifacético” y polivalente candidato, que lo mismo se intenta colocar con el PP, lo intenta con UPyD, o hace la pinza desde un partido local con el PSOE para desbancar a uno de sus anteriores partidos y, al fin, tocar poder (en el fondo parece que es lo que importa) y que se pasa al partido naranja para aprovechar los aires de cambio en el mapa político; de que la gaditana, integrada en Podemos desde el partido anticapitalista y ”encantada de haberse conocido” tras situar a su amigo en la lista municipal de Cádiz, tampoco se ha decidido a facilitarle las cosas o de ver cómo el representante de IULV-CA no ha olvidado la penúltima de la señora Díaz al expulsarlos del gobierno andaluz y convocar elecciones anticipadas, el escenario de la repetición de elecciones se hace más patente. Recordemos que lo que el candidato del PP le propuso era abstenerse en la votación a cambio de que el PSOE (ella, en el caso de Andalucía) aceptara que gobernase, en todos sitios, la lista más votada, a lo que se negó doña Susana en redondo y a lo que ahora apela para ella. Eso sí, lo que ella no permitió en 2012 cuando el Partido Popular de Javier Arenas el “fugitivo” (bis) obtuvo tres escaños más que ella en estas últimas elecciones. “Cosas veredes…”, lo que para usted no vale para mí sí –así son ellos, y ellas-. Ciudadanos, por su parte (y algo parecido -con matices- Podemos), le exigía la entrega de las actas de senador y diputado, respectivamente, por parte de Griñán y Chaves, padrinos de doña Susana, junto con un pacto contra la corrupción, sobre lo que se produce un “sí pero no –o no ahora-“ y “palabras, palabras, palabras” -al más puro estilo Mina (conocida cantante italiana de mi juventud, para los más jóvenes)- sin mucha voluntad por su parte y pese a que el Sr. Marín, al quedársele corta su indiscutible “vocación” de servicio en el ámbito local de Sanlúcar (poco para tan “altos”, “firmes” e “inamovibles” ideales y principios) y verse como Vicepresidente de lo que más bien parece la “Unta” de Andalucía ha estado a punto de apoyar a la Presidente en funciones -el o la que preside es presidente- aunque la actuación contundente de Albert Rivera lo ha impedido: “Oye, Juan, a ver si me vas a desmontar el chiringuito que ya tengo casi vendido a tanto iluso (ignorante, diría yo) que se cree que somos un partido de centro derecha”. Por último, el amigo Maíllo no ha podido superar el “trauma” de ser excluido de su rango vicepresidencial y pasa factura, aunque, a fin de cuentas, ha sido el más clarito en el debate de investidura –algunos dicen de “embestidura”, tras el varapalo recibido por la reina del Canal Sur- y le ha dicho lo que todos piensan y muchos sabemos: “No la apoyo porque usted no es de fiar”. Así que nos vemos abocados a una nueva convocatoria electoral si, en los escasos dos meses que quedan de plazo -el 5 de Julio parece ser la fecha límite para formar gobierno (no me atrevo a ponerlo con mayúscula)- doña Susana no consigue el apoyo de alguno de los partidos (el de IUA no le sería suficiente) o la abstención suficiente para hacer valer lo que ella no respetó hace tres años y que sus 47 escaños le permitan formar el ansiado gobierno “en minoría” y refrendar su “amarga” victoria. Tampoco es descartable que las posturas de unos y otros sólo se traten, en realidad, de un paripé calculado para no complicarse demasiado de cara a las inminentes elecciones municipales y autonómicas del próximo 24 de Mayo que, un cambio de comportamiento sobre lo dicho en la campaña de las andaluzas, podría pasarles facturas. Después ya habrá tiempo de “justificar” el cambio de cara a las generales. Frente a esta posibilidad no son pocos los que dicen que hay que evitar una repetición de los comicios andaluces “para no incurrir en un nuevo coste electoral” -14 millones de euros parece que fue el coste de la campaña de Marzo- y eso lo dicen, mayormente, los que organizaron el “gran fraude”, Griñán dixit, de los ERE -casi 1.000 millones de euros- o el de la formación -unos 3.000 millones más- con la inestimable ayuda de su sindicato hermano, la UGT. Nunca es tarde para demostrar ese espíritu austero que a algunos tanto les molesta cuando lo dicen otros y que ahora, lo que sería un escaso 1’4 % respecto del primer caso y menos del 0’5 % del segundo, parece suponer un “dispendio que habría que evitar”. Mientras tanto, Andalucía sigue paralizada con su 35 % de paro global -12 puntos por encima de la media de España-, su 59 % de paro juvenil –hasta 25 años-, que se hace aún más dramático cuando consideramos la horquilla entre 16 y 19 años en la que se dispara hasta el 69 %, superando holgadamente el 70% en algunas provincias. Precisamente, hace un par de días, asistía en la Fundación Rafael del Pino de Madrid, a la presentación de la cuarta edición del libro sobre el “Índice de Libertad Económica en España 2015” con el subtítulo “¿Por qué los madrileños son más ricos que los andaluces?”, en el que un año más, Andalucía aparece en penúltimo lugar, sólo superada por Extremadura y precedida por Asturias y Castilla La Mancha, curiosamente, comunidades en las que los gobiernos socialistas han sido los predominantes desde la transición, mientras Madrid lo encabeza y su renta per cápita se sitúa también en primer lugar destacado, seguida por Vascongadas, Navarra y Cataluña. Es decir, Andalucía sigue encabezando los índices negativos, paro, abandono escolar, calidad de educación, deuda, etc., y en la cola de los positivos, libertad económica, renta per cápita, etc. Menos mal que el Sol no lo gestiona la Junta de Andalucía. En definitiva, que Andalucía sigue sin despertar ¡Pobre Andalucía! Y doña Susana se queda, de momento, “compuesta y sin novio”, víctima de su propia medicina.