Por eso este 28 de febrero, aún de luto por la pérdida de uno de los genios de nuestra cultura, el mejor embajador posible del flamenco y mito de la guitarra, de la que hoy llorarán todas cuantas haya en el mundo, mi atuendo es de paz y esperanza, colores de mi Andalucía que lleva a gala "por sí, para España y la humanidad".
Por eso este 28 de febrero, aún de luto por la pérdida de uno de los genios de nuestra cultura, el mejor embajador posible del flamenco y mito de la guitarra, de la que hoy llorarán todas cuantas haya en el mundo, mi atuendo es de paz y esperanza, colores de mi Andalucía que lleva a gala "por sí, para España y la humanidad".