ANDALUZ – El Valle del Cauca puede definirse con una palabra: entusiasmo

Cali, una ciudad emocionante que deslumbra, que sofoca, que inspira, que atrapa y que a veces tortura por su historia, por su clima, por sus habitantes, por su despreocupado hablar de la gente y la cordialidad violenta que hacen de ella esa ciudad que no queremos, pero que tampoco podemos dejar de amar.

Entre Cali y yo hay un pasado que sigo queriendo: el del cine, el de la literatura, de la música, de los buenos copys y la excelente publicidad. A este pasado siempre lo sigo recordando como el presente, porque gracias a él me pude convertir en lo que soy ahora.

Como decía Andrés Caicedo, entre la salsa y el rock se forma la creatividad en el ambiente, la inspiración en el clima, en el caminar y en el respirar; por eso antes de crear se me vienen a la mente esos rostros de la historia que alguna vez me hubiese gustado conocer para vivir dicha trasformación en la cultura, el cine y la publicidad desde Cali para Colombia.

Sin darme cuenta, me convertí en publicista, tal vez e inconscientemente para logar tener algún apego con la historia de esta ciudad, ya que siempre he pensado que la creatividad marca la historia, convirtiéndola en leyenda.