Argumento:
Tras Memorias de un hombre en pijama (Astiberri, 2011), Paco Roca propone un nuevo recopilatorio de sus colaboraciones quincenales en la revista El País Semanal, que incluye además una historieta inédita de 12 páginas. El creador valenciano demuestra de nuevo su más acentuada vis cómica y capacidad de observación al poner en su punto de mira la vida cotidiana de un cuarentón que por fin ha conseguido su sueño infantil de quedarse en casa todo el día con el pijama puesto.
Opinión:
Una de las primeras novelas gráficas que leí debió ser Memorias de un hombre en pijama, aunque estrictamente, más de uno diría que son tiras cómicas. Sin embargo, su premisa era hablar de algo así como la crisis de un cuarentón que lidia con la vida cotidiana y su trabajo como dibujante, vestido en pijama.
Lo curioso es que la temática era seria, pero siempre acompañada de un humor basado en chistes y ciertas observaciones, a lo Seinfeld. No imaginaba que habría otros libros para darle una continuidad, incluso en una trilogía, como es el caso. Y ahora que leo esta segunda parte, caí en la cuenta de que estaba equivocado.
Ahora, ansío leer la tercera parte, Confesiones de un hombre en pijama, que para mi fortuna podré disfrutar en físico (regalo de mi hermano tras viajar a Barcelona, la cuna de los cómics. Quién fuera catalán para vivir ahí y no en la Ciudad de México, que apenas abre, tímidamente, las secciones de novelas gráficas en las librerías, cuando allá, cuentan, ¡hay librerías de cómics!).
En fin, este segundo libro goza de chistes, a veces impredecibles en su resolución, que ofrecen la carcajada. Pero también cuenta con riesgos narrativos y visuales, como es insertar al propio Paco Roca junto a su alter ego, en dibujo, y cómo es esa relación en la vida diaria.
Además, experimentos propios como unir a tres Pacos Roca, en diferentes etapas de la vida: el del pasado, el presente y el futuro. Una locura que nunca había visto en el cómic y aquí es digno de cualquier relato literario. Eso es la serie del hombre en pijama y quien diga lo contrario, que mejor considere su concepto añejo de novela, porque desde hace rato los dibujantes ya dan clases de literatura, y Paco Roca es una muestra.