Andrew Chalk y su "Violin By Night", deberían ser patrimonio de la humanidad. Se podría delimitar su música entre etiquetas como drone, ambiental,collage sonoro y todas esas cosas que tanto nos gustan. Pero eso sería ponerle puertas a un disco que comparte categoría con "A Starway to the Stars" de The Caretaker, por su delicada factura y retorcer la poca emotividad que nos queda. Posiblemente, este también pueda considerarse como su mejor disco hasta la fecha, acercándose a la emoción de "Endless Summer" en "A Spirit on a Staircase", dejarse llevar por armonías ultravioletas en "Blackwater",sumergirse en largas noches junto al espíritu de Loren Connors y Scott Tuma en "Red Horses" y cerrar con "Blue Field", como himno para la vigilia. Tremendo.
Andrew Chalk y su "Violin By Night", deberían ser patrimonio de la humanidad. Se podría delimitar su música entre etiquetas como drone, ambiental,collage sonoro y todas esas cosas que tanto nos gustan. Pero eso sería ponerle puertas a un disco que comparte categoría con "A Starway to the Stars" de The Caretaker, por su delicada factura y retorcer la poca emotividad que nos queda. Posiblemente, este también pueda considerarse como su mejor disco hasta la fecha, acercándose a la emoción de "Endless Summer" en "A Spirit on a Staircase", dejarse llevar por armonías ultravioletas en "Blackwater",sumergirse en largas noches junto al espíritu de Loren Connors y Scott Tuma en "Red Horses" y cerrar con "Blue Field", como himno para la vigilia. Tremendo.