Anecdotarios

Por Mientrasleo @MientrasleoS


     Como buen día de los inocentes seguro que muchos venís de leer alguna de esas bromas que nos colocan los periodistas en las noticias. de verdad, debo de tener poco sentido del humor pero le veo poca gracia a que me cuenten que Burger King ha sacado una Whopper para zurdos, igual que la normal pero con los ingredientes girados ciento ochenta grados. De hecho, si me tengo que remontar a alguna broma divertida en los medios... seguramente acabaría una vez más en la emisión radiofónica de La guerra de los mundos, aunque me temo que eso no sería exactamente una inocentada. He visto bromas de todo tipo, graciosas, crueles, olvidables e incluso alguna que ha sentado tradición, como la de las carreras de bañeras en Estados Unidos. Sin embargo no veía ninguna que me convenciera.
     Estaba claro, la tenía que idear yo. Inicialmente era fácil, os podía contar que leer perjudica la salud, porque los libros cogen polvo, pesan... y son armas mortales con esas páginas afiladas como cuchillos de teletienda. Pero no he podido, sólo de pensar en decir que no me gustan los libros empecé a sentirme mal. Así que opté por cambiar de tercio y hablar de mi relectura de Ray Bradbury y de como decidí seguir la sugerencia de su libro más famoso. Y acabé así haciendo una improvisada pira con mi biblioteca en el pasillo... ¿el primero para la quema? Los libros arden mal, por supuesto, el título lo merece. Pero me sucedía lo mismo, ya no era malestar sino una especie de vértigo el que se iba apoderando de mi cuerpo. Pareciera que todos los libros de la habitación me hablasen al unísono provocando que me pitaran los oídos. En fin, que no podía ser, me tenía que buscar otra cosa que elevase el sentido del humor para homenajear una fecha que todos conocemos por las bromas que se gastan y no por si nació o murió tal o cual persona.
     Al final, y por una de esas raras asociaciones, acabé pensando el nos "Anecdotarios" tan de moda hace un par de años. Parecía que todo aquel que tuviera un trabajo estaba en el derecho, qué digo derecho, tenía el deber de compartir con todos sus peripecias. Y así nos enteramos que había médicos, enfermeras, profesores... que iban a su trabajo sabiendo que en algún momento se iban a reír. Y por ende y un módico precio, lo haríamos nosotros pasado el tiempo de rigor. Reconozco que me leí un par, tres tal vez, pero pronto entendí que la diferencia entre una anécdota y un libro que las recopila es la ausencia de ambiente. No hay amigos, ni cañas, ni codazos y eso le resta encanto. Me distrajeron, sí, pero también se me mezclaron hasta el punto de no recordar la profesión de sus protagonistas. Son libros de consumo rápido que dejan alguna sonrisa y poco poso.
     Porque a ver, digo yo que todos tenemos una anécdota que contar, ¿no? Yo recuerdo una vez que se descolgó un estante en el que tengo libros, por la noche claro. Se posó encima del que estaba debajo dejando una inclinación perfecta para que fueran cayendo los libros retumbando contra el suelo. Como si fueran pasos, uno tras otro... Ni que decir tiene que no lo descubrí hasta la mañana siguiente, la noche la pasé quieta y callada. Como corresponde.
     Y vosotros, ¿compartís alguna anécdota relacionada con libros?, ¿habéis comprado alguno de estos "Anecdotarios"?
     Gracias