En una glorieta del madrileño parque del Retiro podemos ver una de las esculturas más "bellas" y carismáticas de cuantas constituyen el inventario artístico de la capital: la de la fuente del Ángel Caído. Se trata de un monumento a la caída de Lucifer, tras el enfrentamiento de las fuerzas del Bien y del Mal.
Como todos sabemos Lucifer (Luzbel) fue uno de los más bellos ángeles del paraíso, hasta que de allí fue expulsado y convertido en demonio, tras su enfrentamiento con Dios. La obra de Ricardo Bellver pretende recoger ese momento.
Fue enviada y nos representó, en el año 1.978, en la Exposición Universal de París. Algo que la convierte en singular es el hecho de ser una de las pocas esculturas en el mundo, dedicada a la figura de El Diablo.Otra curiosidad... ¡ojo al dato!: la glorieta del Ángel Caído se encuentra exactamente a 666 metros sobre el nivel del mar.