Revista Historia

Ángel colodro:"en 'el caso' se podía transitar por la invisible frontera que separa el estilo periodístico del literario".

Por Crimenycriminal @crimenycriminal
Seguimos desde 'CrimenyCriminologo' hablando con los periodistas de 'El Caso'. Y lo hacemos hoy con uno que tenía un especial carisma. Un periodista que, hasta entrar en el semanario de sucesos, trabajó como detective en la más acreditada agencia de Madrid y que gracias a eso conocía a la perfección los secretos mas íntimos que guardaba la capital de España. Sin duda, nos encontramos ante uno de los mayores expertos en lo que rodea al género policíaco español. Su crónicas han sido publicadas en la revista Interviú y en los periódicos Diario 16, El Independiente y El País. Es autor de los libros: "Fugitivos" (Temas de Hoy, 1994), junto a Jesús Duvá; "Crónica negra de la España reciente" (Nuer ediciones, 1992); "El misterio de la llave perdida" (Es Ediciones, 2009); y "El secreto del condón asesino" (Cometa, 2010). Máster en Escritura para la Televisión y el Cine por la Escuela de Doctorado de la Universidad Autónoma de Barcelona y profesor de creatividad y técnicas para generar ideas, a lo largo de su trayectoria profesional también ha participado en calidad de guionista y/o director en diversos programas de televisión de Antena 3, Tele 5, ETB y La 2. El reportero que nos acompaña no es otro que Ángel Colodro.
¿Cómo entró 'El Caso' en su vida?
A finales de 1983 buscaba trabajo como periodista en Madrid, después de tres años de haber editado en Sabiñánigo (Huesca) una publicación local que se había quedado pequeño para mis aspiraciones profesionales. Fui a un kiosko de prensa. Vi que había un periódico que se llamaba El Caso. Como antes de aquello había trabajado en Madrid como auxiliar de detective privado, pensé que era el medio adecuado. Compre un ejemplar para saber donde estaba la redacción. Hable con el director y empecé a trabajar en calidad de colaborador.
¿Qué recuerdos tiene de este semanario de sucesos?
Como el medio donde se valoraba más al reportero que al redactor y donde a la hora de escribir, siempre en clave de crónica, se podía transitar por la invisible frontera que separa el estilo periodístico del literario.
¿Qué diferencias existen entre el periodismo de sucesos de antaño y el actual?
Antes lo que se buscaba era el fondo humano de las historias, sin prejuicios, y ahora lo que se persigue es su utilización por parte de los agentes sociales o políticos.
¿Qué caso le marco más durante su etapa en el semanario?
El caso de un hombre que había pasado tanta hambre durante la guerra civil, que asesinó a hachazos a su mujer por robarle alimentos que almacenaba obsesivamente en una especie de cueva junto a su casa. La comida era para la hija de ambos cuyo marido había quedado en paro. Tras el crimen, el hombre prendió fuego la cueva, cerro la puerta, se tragó la llave y se quitó la vida arrojándose a un pozo. Hasta tal punto me impactó que es el argumento de mi novela "El misterio de la llave perdida"
¿Qué artimañas usaba para conseguir la noticia?
Empatizar con los familiares de los protagonistas de los sucesos hasta que descargaban con nosotros sus emociones al contarnos la historia
¿Qué noticia del semanario jamás quiso dar o investigar?
Si la hubo no la recuerdo a bote pronto
¿Qué caso recuerda con más cariño durante su etapa en este semanario?
No eran historias para enamorarse las que tenía encomendadas.. 
¿Cómo se enteraban de las noticias antes que los propios agentes de la autoridad?
Eso no era lo habitual. Otra cosa es que la policía ocultaba casos cuando consideraba que podían causar alarma y nos enterábamos a través del Instituto Anatómico Forense.
¿Ha temido por su vida durante la investigación de alguno de los casos?
Amenazas sí, pero tanto como para temer por mi vida no en El Caso Si en otras etapas de mi vida profesional investigando sucesos con ramificaciones políticas. Pero más que las amenazas que nunca se repetían lo que se temía eran las denuncias judiciales que, aunque casi nunca acababan en nada, te tenían en vilo y a veces procesado durante años.
Supongo que tantas horas de calle dejarían también muchas anécdotas ¿Alguna que se pueda contar?
Anécdotas pocas y poco relevantes ante los casos que tratábamos.
¿Los sucesos vendían más antes, ahora o siguen interesando igual a la sociedad?
La "venta" de la crónica negra y su, digamos, antagonista la crónica rosa (la de las bodas, no la del despelleje y los conflictos de familia) está mas en función de la situación social del momento que del momento en sí; de los ciclos de euforias o de depresiones sociales. En las crisis, el suceso, y sobre todo el de sangre, se convierte en el bálsamo de fierabrás de aquellos que lo pasan mal y se pueden consolar con las historias de otros a los encima les ha caído un crimen.


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