Ángel Fernández abraza a Elena Corrales, capitana del Al-Qázeres, antes del inicio del partido ante el Bàsquet Femení Sant Adrià.
Toni Delgado
"En los inicios del Ros Casares Godella teníamos un presupuesto modesto y nos fijábamos en jugadoras muy jóvenes con proyección y en órbita de selección", recuerda Ángel Fernández (Torrent, Valencia, 1963), que hizo debutar en Liga Femenina a jugadoras como Noemí Jordana y Marta Fernández. Estuvo 19 años en el Valencia Basket, donde tocó casi todas las teclas, y también ha entrenado en México y Guatemala. La última experiencia como entrenador de Ángel Fernández ha sido en el Al-Qázeres, al que llegó en enero para sustituir a Jesús Sánchez. Tiene un ritmo pausado y un tono didáctico.
—¿Ahora se trabaja mejor con las jugadoras?Sí. En categorías de formación siempre hay clubes muy resultadistas, pero los de referencia, como el Bàsquet Femení Sant Adrià, encuentran el equilibrio entre la formación individual, la competitividad y la exigencia de los resultados. La jugadora actual está más preparada a todos los niveles. —¿Compite mejor?Sin duda. Hace años nos faltaba ese gen competitivo cuando jugábamos fuera de España, tanto en selecciones como en clubes. Hoy en día se entrena mucho la técnica y la táctica individual, pero también la competitividad. —¿Se ha ampliado el concepto de liderazgo? Ahora se puede ser líder con tacto. Para mí liderar es emocionar. Hay entrenadores y entrenadoras que son grandes líderes desde la efusividad o la tranquilidad, igual que existen jugadores y jugadoras que lo son hablando mucho o, simplemente, con gestos. Puedes liderar con palabras, aunque éstas tienen que ir acompañadas de actos. —¿Qué puntos de liderazgo tienes como entrenador?Intento liderar desde la humildad, transmitiendo valores como el sacrificio y el trabajo, y sin generar conflictos con vestuario, cuerpo técnico y directiva. Trato de dar ejemplo. En función de cómo sea el grupo de personas con las que trabajas, lideras de una manera o de otra. —Por ejemplo...A veces necesitas hablar o motivar más, otras, tu mensaje llega con gestos o puedes ir delegando entre las jugadoras y el cuerpo técnico. Quien lidera, además de emocionar al grupo, tiene que saber adaptarse a él. —¿En el Al-Qázeres delegaste más? ¿Hiciste más gestos? ¿Hablaste más? Llegué a finales de enero después de que Jesús Sánchez renunciara al cargo de mutuo acuerdo con la junta directiva. Intentamos activar al equipo siempre desde la tranquilidad, pero con capacidad de trabajo y sacrificio. Empezamos bien, pero después llegaron las derrotas. Nos perjudicaron las lesiones y que la plantilla fuese bastante corta. Sinceramente, creía que podíamos meternos en los playoffs y así se lo transmití al grupo. A veces invitábamos a equipos masculinos de Cáceres a los entrenamientos para entrenar como mínimo 10 y hacer cinco contra cinco, puesto que podíamos llegar a reunir a sólo siete jugadoras de la primera plantilla.
Ángel Fernández con el Al-Qázeres. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords.
—El Al-Qázeres contó con jugadoras a las que nunca había aspirado y formó quizás el grupo de más calidad de su historia. No clasificarse para los playoffs fue, como mínimo, una gran decepción. Yo no sé si ha tenido más o menos presupuesto. Sí que se intentó contratar un buen plantel, aunque corto. Cuando llegué, Shacobia Barbee ya se había lesionado y estaba su sustituta, Roneeka Hodges. Luego sufrimos las lesiones de Paula Ginzo y María Romero. Hemos sido siete u ocho jugadoras con dos jugadoras de muchísimo caché y nivel, como Pao Ferrari y Gaby Ocete, que han demostrado su profesionalidad hasta el último partido. —¿Cómo te encontraste anímica y emocionalmente al grupo y cómo intentaste reconducir la situación?Sobre todo quise que pasaran página. Creo que el grupo quería empezar de cero después de todo lo que dicen que había sucedido. Yo no estaba allí y no lo viví. Sí que te puedo asegurar que en mi etapa no hubo ningún acto de indisciplina ni entre ellas ni hacia el cuerpo técnico. —Te has sentido respetado entonces. Sí. Podíamos jugar mejor, peor, regular, mal, con más o menos acierto, pero la actitud ha sido la correcta. —A veces el equipo se colapsaba mentalmente. Nos ha costado un poco ser más competitivas en los momentos malos. Excepto en un par de partidos, sobre todo en el de la remontada ante el Araski en Vitoria, cuando el rival nos hacía un parcial importante nos veníamos abajo mental y físicamente. No es excusa que fuéramos siete u ocho jugadoras, aunque sí que es cierto que con Paula Ginzo estábamos en dinámica ganadora. Su lesión fue un mazazo. —¿Carla Nascimento es una líder?Al menos sí lo ha sido en el Al-Qázeres. Transmite positividad y anima continuamente a sus compañeras, siempre da el 100% y tiene buena actitud incluso cuando se equivoca. Siempre piensa en el grupo, en plural. Quizás le faltasen cualidades extraordinarias. Carla era una líder en silencio, sobre todo para las jugadoras de Cáceres. —Tu adiós del Al-Qázeres se comunicó muy rápido, casi tras concluir la fase regular. ¿Tenías claro que no ibas a continuar? ¿El club también lo veía así? Sabía que no iba a seguir y 48 horas después del último partido la junta me transmitió que había decidido no prolongar mi contrato. Por una serie de motivos, yo ya había optado por no continuar. —¿Los motivos eran personales?No. Las etapas pueden ser cortas, medianas o largas, y creo que la mía en Cáceres se había cumplido, por más que estuviese muy a gusto. Si antes de que acabase la temporada el club me hubiese ofrecido la renovación, probablemente lo habríamos hablado. Pero al final de curso pienso que ambas partes teníamos claro que la relación profesional había finalizado. —¿Dónde entrenarás la temporada que viene? Mi intención es seguir en la Liga Día, aunque preveo que habrá pocos movimientos, dirigir categorías de formación de club o responsabilizarme de un proyecto de Liga Femenina 2 de gente joven y con una estructura sólida y con cantera... Me motiva esto último porque es lo que he hecho casi toda mi vida. En el Valencia Basket estuve 19 años tocando todas las categorías de formación, desde la escuela hasta el equipo de Liga EBA, y dirigiendo la cantera. —Has entrenado en México. En junio hará seis años que salí del Valencia Basket y me fui a México, donde fui campeón de la COCABA con la selección femenina. Con el Club AZTKS, subcampeón de la Liga profesional mexicana (LMBPF). Colaboré un tiempo como director técnico en el CB Claret valenciano. Ah, también fui seleccionador femenino de la Federación Nacional de Guatemala.
—¿Cómo se vive y está el baloncesto en Guatemala?
En Centroamérica hay una gran afición y, sobre todo, muchas licencias federativas. Es el segundo deporte más practicado después del fútbol. —¿En Guatemala hay infinidad de ligas como en México?No. En México, como dices, no están unificadas y se está intentando que todo pase por la Asociación Deportiva Mexicana de Básquetbol (ADEMEBA). En ese aspecto, Guatemala es de los países más organizados porque la federación controla las diferentes federaciones de los departamentos (comunidades). Les falta, eso sí, más formación para las entrenadoras y entrenadores y recursos e inversión que permitan a las jugadoras recibir una retribución económica. Enlaces relacionados Míriam Forasté: "Soy una jugadora muy de sensaciones. Si me salen un par de cosas, me vengo arriba"